Laia Sanz: la mujer que conquistó el Dakar saudita
No hay Dakar que pueda con ella. Laia Sanz sigue incombustible en el desafío más extremo del motor tras completar su décima participación consecutiva en la prueba, un récord histórico jamás alcanzado por ningún piloto español en el apartado de motos. La de Soficat Xerox ha cruzado la meta de la duodécima y última etapa del Rally Dakar 2020 con su GasGas RC 450F en 18ª posición final y, nuevamente, como mejor piloto femenina de la carrera.
Este resultado redunda en la tremenda competitividad y regularidad de la mejor piloto en los 42 años de historia de la prueba. Novena en 2015, 12ª en 2018 y 2019, 15ª en 2016, 16ª en 2014 y 2017… Los números no engañan: en las últimas siete ediciones, Laia Sanz se ha mantenido siempre entre los 20 mejores, todos hombres menos ella, algo que marca la excepcionalidad de su trayectoria.
Más aún si se tiene en cuenta que todos sus éxitos se han producido en una década donde la categoría de las dos ruedas se ha profesionalizado como nunca lo había hecho hasta ahora, con una treintena de pilotos oficiales o semioficiales y siete equipos de fábrica.
Por todo ello, la de Corbera de Llobregat no esconde su satisfacción: “Estoy muy contenta de haber conseguido mi diez de diez. Es la parte más positiva de este Dakar y algo muy difícil de conseguir. Nunca hubiera imaginado alcanzar un pleno de ediciones terminadas que tuviera dos dígitos. Muy pocos lo han logrado en la historia de la carrera y ningún español lo había hecho antes, así que puedo estar muy orgullosa de ello”.
Para la piloto de Soficat Xerox, completar la carrera y llegar hasta el final se convirtió en una prioridad a partir del momento en el que el reto de acabar entre los 15 primeros, o incluso intentar el asalto al top 10, se puso cuesta arriba.
“Cuando vi que sería muy difícil acabar más adelante, me concentré en tratar de acabar el rally, sin importar mucho el resultado. Aun así, hasta ayer estuve peleando y tratando de aprovechar las oportunidades para acabar en el top 15. No fue posible esta vez, pero no pasa nada. No puedo estar más que satisfecha con mi actuación porque, pese a las adversidades de este año, como siempre, he estado luchando hasta el final”, afirma.
Laia Sanz cierra así su décima participación, una edición que pronto se complicó con una inoportuna caída en la segunda etapa, al inicio de una supermaratón en la que los pilotos no tenían asistencia. La de Soficat Xerox y GasGas no sólo tuvo que sobreponerse al dolor por el fuerte golpe que se llevó en la cadera y pilotar con la moto tocada, sino que además se vio forzada a rodar en posiciones retrasadas, con mucho polvo en suspensión de pilotos más lentos que interfirió en sus posibilidades de progresar durante tres jornadas.
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La segunda semana no fue mucho mejor. El trágico mazazo que supuso para ella, y para el resto de pilotos, el fallecimiento de Paulo Gonçalves pesó mucho en el ánimo, pero también el hecho de tener que competir después de ese suceso por pistas excesivamente rápidas donde “no había nada de técnica, nada de navegación y en las que sólo se trataba de ir gas a fondo asumiendo mucho riesgo”, lamenta. Ahora sólo cabe esperar a que pasen doce meses para que la mejor piloto femenina del Dakar intente un nuevo hito.
Tomado de Todocircuito