Carabela: La marca mexicana de motos que no olvidaremos
La entrañable historia de Carabela. En los 60 México tuvo uno de los capítulos más fuertes de su historia. Movimientos estudiantiles, temas políticos, conflictos radicales, el mensaje “paz y amor”, un momento de revolución en la moda y la música… Vaya, no solo fue la época de “rebeldía” total en el país, sino en el mundo.
Por Michelle Rivalcoba
A la par de diversos acontecimientos durante estos años, un grupo industrial en México, dedicado a la fabricación de productos metálicos, sin saberlo, comenzarían a escribir el nombre de la marca.
Liderado por los hermanos Hessel, esta compañía dedicada a la fabricación de bicicletas, incursionaría al mundo de las motocicletas dando vida a la entrañable marca de motocicletas mexicana.
Calidad mexicana con el toque italiano
Acermex era el nombre de la empresa importadora que daría paso a la marca mexicana. Lamentablemente, ahora no es más que un recuerdo, pues debido a varios factores el nombre “Carabela”, se despegó completamente de sus orígenes en tierra azteca
Remo Vecchi, el italiano que llegó a México en los años 50 para adoptarnos como su segunda casa, no tenía ni la menor idea de que su visita para asesorar a dicho grupo industrial ya no tendría regreso.
Vecchi fue el visionario que logró convencer a los hermanos Hessel de que incursionaran en el mundo de las dos ruedas. Y fue el encargado de las alianzas internacionales para convertir la iniciativa en una realidad.
Alemania, Italia y en ese entonces Checoslovaquia, intervinieron en el ensamblaje a través del material; además de Estados Unidos, Europa y Asía de donde llegaron ingenieros especializados. Más tarde se logró que en México se fabricaran la cabeza del motor, las tapas y algunos otros componentes.

Los primeros años
Los primeros motores traídos a México fueron de 80 cm cúbicos y posteriormente de 100 cm cúbicos.
En sus primeros años Carabela solo producía 30 motos por año. Con el tiempo, se introdujeron motocicletas para Off Road y Enduro. Lo que dio paso a la escudería fundada por Remo Vecchi. Todo parecía un sueño, y se sentía bien saber que una marca mexicana de motocicletas podía destacar y crecer.
Pronto Carabela contó con una gran gama de motocicletas de diferente cilindrada y propósito, como la 125 MX Marquesa (antecesora de la Centauro).
Se puede decir que tomando como referencia las marcas más exitosas a nivel internacional, la marca ofreció al mercado mexicano una opción completa y de muy alto nivel.
La inevitable despedida
Todo parecía perfecto, pero la historia no tuvo un final feliz. Con el paso del tiempo, los años de éxito de la marca se vieron limitados cuando la empresa cambió de manos. En los 80 la compañía fue vendida al grupo Alfa de Monterrey que comenzó un proceso de institucionalización encareciendo sus productos.
Finalmente para 1987 Carabela cerró todas sus líneas de producción. Inevitablemente a inicios de los 90 tuvo que declararse en banca rota, terminando con ello la era de las motos mexicanas.
Nota recomendada: CARABELA MINI-MOTO, 1968-1972 “DE BOLSILLO”
Tomado de motociclismoonline.com.mx