Crítica de Megadeth: The Sick, The Dying… and The Dead!
A estas alturas, sinceramente, no espero encontrar un disco de Megadeth que me vuele la cabeza. No es solo por las polémicas que ha sufrido el grupo, como el bochornoso despido de Dave Ellefson, es que el bueno de Mustaine lleva mucho pasado.
Más allá de una vida de excesos, ha sido determinante el cáncer de garganta que el compositor ha superado, al menos con éxito, lo que ha repercutido claramente en el estado de su voz, más contenida y grave, menos agresiva que antaño. Tampoco hay que olvidar que el headbanging le jodió el cuello, paso por quirófano obligado. A pesar de todos estos hándicaps, el vocalista ha entregado uno de sus mejores discos en años, recuperando cierto brillo compositivo que había perdido en sus últimos lanzamientos.
“The Sick, The Dying… And The Dead: Chapter Three” es un tema marca de la casa, ese thrash melódico de elementos técnicos que facturan tan bien, solo que esta vez suena con más magia. Sorprende lo afilado del riff de “Life In Hell”, tema que se ve perjudicado porque Mustaine tenga que andar contenido en las labores vocales, pero sigue siendo un temazo de puro thrash metal que ya querrían firmar los actuales Metallica. Un vendaval es el single “Night Stalkers”, con esas guitarras asesinas y la vintage colaboración de Ice T… imposible no entregarse a menear las melenas con ese riffaco.
“Dogs of Chernobyl” tiene un desarrollo más complejo, con intros y partes variadas, siendo un competente medio tiempo con cierto tono épico, aunque queda algo deslucida después del tridente inicial. En “Sacrifice” vuelve a verse que el pobre Mustaine llega donde llega, pero las guitarras hacen un juego bastante curioso. Reconozco que disfruto con el estribillo de “Junkie”, aunque el tema no me diga nada especialmente memorable. Digamos que estos tres temas deslucen algo el tremendo arranque del tríptico inicial.
Después del bloque intermedio, el asunto mejora con la melódica “Killing Time”, que recuerda a sus discos clásicos, especialmente en ese estribillo pegadizo, que casi parece salido de ‘Youthanasia’. Sonido clásico, en las coordenadas del grupo, presenta «Soldier On!» con el mejor estribillo del disco en mi humilde opinión, en un tema que fijo va a quedarse en el set list de la banda.
La velocidad y la melodía de “Célebutante” compensa que ya les hayamos oído este tema muchas veces antes, aunque presenta una parte machacona bastante agradecida. “Mission To Mars” abraza totalmente el componente melódico tanto en guitarras como en estrofas y estribillo, convirtiéndose en uno de los mejores temas del álbum. Y para cerrar, un auténtico misil: “We´ll Be Back: Chapter One”. A ver quién tiene arrestos a toserle a ese riff asesino y a ese estribillo. Incluso Mustaine se suelta la melena sonando más agresivo a las voces que en el resto del disco. Un cierre demoledor.
El mejor disco de Megadeth en años, que ha provocado en parte un nuevo romance con ellos, se cierra con dos curiosidades, una versión (bastante divertida, para qué negarlo) del “Police Truck” de los Dead Kennedys, y con Sammy Hagar (ex-Van Halen) colaborando en una versión de su tema «This Planet’s On Fire (Burn In Hell)».
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Tomado de https://mariskalrock.com