La moto de Honda más inolvidable de una saga mítica: rendimiento y detalles de primer nivel
Si de motos exclusivas y únicas se trata, hay una superdeportiva de Honda que permanece en los recuerdos de miles de personas. Cuál es, por qué, cuánto rendía y todos los detalles.
La Honda VFR400R se convirtió a finales del siglo pasado en un objeto de deseo inaccesible para miles de personas; una moto superdeportiva fabricada para Japón a escala de la RC30 que era prácticamente un sueño inalcanzable.
Un contexto que la premió y un antes y después como pocos
En los 80 y principios de los ‘90 Japón vivía un boom interno de la moto superdeportiva, pero su reglamentación nacional hacía muy difícil el acceso a las de más de 400 cc. Este techo provocó el nacimiento y desarrollo de varias generaciones realizadas en exclusiva para ellos mismos.
Así, las 250 cc de dos tiempos realizadas a imagen y semejanza de las motocicletas del mundial y las 250 y 400 de cuatro tiempos a escala de los modelos de superbike se vendían muy bien a los jóvenes. No obstante, llegaban en contadas unidades a Europa, donde no estaban homologadas en casi ningún país.
Honda, presente en todos los sub-segmentos, fabricaba vehículos de dos ruedas de 400 cc con motores tanto en línea como en V, una configuración iniciada a principios de los 80.
De esta manera, Honda lanzó en 1982 su primera VF400F, una moto que fue orientándose cada vez más hacia el segmento deportivo, hasta que en 1986 fue reemplazada por la primera VFR400, cuyas unidades tuvieron tres versiones básicas: las primeras denominadas NC21 en 1986 y sus sucesoras NC23 y NC30 en 1987.
Características destacadas de la Honda VF400F
Cada una de las variantes de la Honda VF400F exhibía diferencias que las identificaba claramente, pero una base común formada por su motor de cuatro cilindros en V de 90° y su chasis de doble viga de aluminio. A su vez, pesaba 164 kg, lo que la favorecía al momento de las aceleraciones y exigencias.
Las primeras disponían de un basculante de doble brazo, las segundas estrenaron el monobrazo que habían diseñado en Elf para sus motos de GP y las terceras fueron las que más cambios mecánicos recibieron. Esto se debió principalmente al calado de su cigüeñal a 360° en vez de los 180 originales y la salida por el lado izquierdo del escape, lo que despejaba la llanta completamente por el lado derecho.
Asimismo, las tres VF400F, más allá de cada detalle propio, se identificaban por su aspecto exterior clavado al de la VFR750R RC30 con la que se corría en superbike y de la que heredaba los dos pequeños faros delanteros o el colín de apariencia monoplaza.
Cabe mencionar que las NC30 en Japón estaban restringidas en su potencia y en su velocidad máxima por la homologación local, pero cuando fueron puestas a la venta en algunos países europeos a un precio semejante al de sus hermanas mayores de 750 cc, se les cambió la central electrónica para lograr aumentar sus prestaciones y alcanzar unos 60 CV.
¿Por qué era la deportiva más destacada de la época?
La Honda VF400F contaba con motores más que considerables que alcanzaban las 14000 rpm, lo que hace más de 30 años estaba fuera del alcance de las deportivas de alta cilindrada. Asimismo, la semejanza con las RC30 también era evidente en el diseño de la carrocería y en su decoración con los habituales colores de carreras de la firma japonesa, aunque a lo largo de sus tres años de vida se ofrecieron en casi 10 opciones de colores.
En lo que a sus accesorios respecta, un detalle característico de este modelo de Honda era la llanta trasera, la cual tenía 18 pulgadas de diámetro en vez de 17. Cuando se las puso en venta en el viejo continente se les cambió la central electrónica para lograr aumentar sus prestaciones y llegar a unos 60 CV.
La competencia, la clave de la Honda VF400F en todo sentido
Aunque en Europa las carreras de esta categoría carecieron de gran popularidad, eclipsadas por las de F2 y luego Supersport, las carreras de F3 les permitieron a la VF400F tener mayor reconocimiento, ya que peleó contra todas las de 400 cc de cuatro tiempos y las 250 de dos un campeonato que se convirtió en el más importante.
Por otra parte, la moda de las motos superdeportivas careció de una vida muy larga en Japón. De hecho, a finales de la década había decaído hasta que las ventas se hundieron. Más allá de que el contexto no acompañó del todo, sus más de 40 años desde que fue producida la mantiene en el recuerdo de muchos.
Nació en 1995 y los fierros son una de sus principales pasiones. Periodista, licenciado en comunicación y especialista en marketing digital, integra desde 2022 el staff de MotorDigitalPress y colabora con la estrategia de contenidos en www.autotest.com.ar, www.lamoto.com.ar y www.transportemundial.com.ar.
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Tomado de https://Lamoto.com.ar