Prueba Benelli 752S: Modestia aparte
La historia de Benelli es turbulenta, llena de altibajos, salpicada con momentos de gloria y profundas crisis, una historia de apasionado carácter latino hasta que, a comienzos de siglo, la marca entró a formar parte del gigante chino Qianjiang.
A partir de ese momento inicia una nueva etapa, centrada en modelos de pequeña y mediana cilindrada que ahora, con la Benelli 752S de esta prueba, se abre a categorías superiores.
Embarcada Benelli en ese nuevo período de tutelaje por parte de la industria china, su trayectoria desde entonces ha sido progresiva. Poco a poco ha ido escalando posiciones en los mercados gracias a una gama que también ha ido creciendo desde las pequeñas octavo de litro hasta alcanzar una completa oferta en la gama media.
Ha sido una labor ardua y consistente que ahora alcanza su cenit con esta 752S, el primer modelo de esta nueva etapa que se adentra en el segmento de las grandes cilindradas. La firma de Pesaro ha completado una gran labor estructurando una oferta que ha ido creciendo desde las cilindradas más humildes hasta alcanzar una variada y completa gama media capaz de satisfacer a una gran parte del público.
Y ahora, por fin, ha dado el primer paso hacia proyectos de mayor envergadura. La 752S es la primera de esas creaciones, la primera de las motos grandes de este nuevo ciclo. Y, modestia aparte, pueden presumir de una gran moto.
La Benelli que nos ocupa es un modelo de aspecto atractivo, musculosa, compacta, de rotunda presencia que a priori parece ofrecer todo lo que se espera de una naked deportiva de esta segunda década del siglo.
Y a fe que lo hace, pero sin excesos, de una forma sencilla y eficiente, sin alardes tecnológicos. No le faltan medios ni detalles, pero juega la baza de la economía y la simplicidad. Lo que hay es lo que se ve. Todo sinceridad. Con esto queremos decir que no esperes una compleja unidad de control con modos de conducción, curvas de potencia, control de tracción… ni suspensiones electrónicas, ni sofisticados ABS cornering, ni tampoco sofisticados y ligeros componentes en titanio, magnesio o carbono.
No, la 752 S juega otras cartas, más simples, pero de buena calidad. Tiene todo lo necesario y alguna cosa más, todo bien medido y una medida equilibrada a su precio final.
Resultona
El conjunto resulta atractivo en cualquiera de sus acabados de color, desde el negro que hemos tenido la ocasión de probar hasta el clásico blanco o el rojo, sin olvidar el característico verde de la marca del leoncino.
- La instrumentación se concentra en una pantalla TFT a color que muestra dos configuraciones en función de la iluminación del entorno.
En su frontal, un bulboso faro de óptica led es coronado por una moderna pantalla TFT, que ofrece una interfaz diferente en función de las condiciones de iluminación. En cualquiera de los dos casos la información es clara y abundante y queda flanqueada por los preceptivos testigos luminosos.
Un ancho manillar cónico precede al amplio depósito de 14,5 litros de capacidad y un cómodo asiento de una sola pieza.
- El asiento de una pieza muestra dos niveles igualmente mullidos y cómodos para piloto y pasajero.
- El guardabarros trasero ejerce también funciones de portamatrículas y aloja los intermitentes traseros.
En la zaga destaca la forma en que la marca italiana ha resuelto el guardabarros, una pieza que sujeta al eje de la rueda trasera y ejerce a su vez de portamatrícula y anclaje para los intermitentes traseros, obviamente equipado con leds. La óptica posterior se reserva el lugar habitual, rematando el colín.
Dos últimos detalles, el silencioso del escape es una bonita pieza cónica que discurre a media altura por el costado derecho y emite un espectacular sonido. Bien. Por otra parte el radiador, ubicado en el lugar habitual, es de gran tamaño y sobresale demasiado por los laterales. No tan bien.
En cuanto a su ergonomía, nada que objetar, antes bien resulta bastante cómoda en cualquier circunstancia. El asiento, pese a su altura de 810 mm, no es muy ancho en su arranque junto al depósito y permite hacer pie sin demasiados problemas, incluso para un piloto de talla media.
El piloto cuenta con estriberas recubiertas de goma y el pasajero dispone a su vez de un par de buenas asas y unas estriberas no muy altas igualmente con su pieza de goma. Suficiente para trayectos de corto y medio alcance.
En parado sale a relucir un aspecto que, nunca mejor dicho, lastra la capacidad de maniobra de la Benelli, su peso. Acostumbrados a lidiar con taras que no alcanzan los 200 kilos en esta clase de monturas, la 752S deja constancia de sus 228 kilos cuando queremos maniobrar en parado. No es que se trate de un peso pesado, pero sí que arrastra la masa suficiente como para que su corto radio de giro –otra de sus pequeñas lagunas– complique ligeramente los movimientos en espacios estrechos. Las gruesas botellas de su horquilla invertida son en este caso las culpables de tan escasa movilidad. Por fortuna, esa sensación de pesadez y esa torpeza en parado desaparecen con rapidez cuando se inicia la marcha.
Un cuerpo llamativo
Y eso nos lleva a ver como Benelli ha resuelto la estructura de su grupo ciclístico, reunido en torno a un bastidor de acero de tipo Trellis formado por un conjunto de tubos que tienen su réplica en un basculante, también realizado en acero, con una disposición de doble brazo asimétrico.
Las geometrías de este chasis no ofrecen lugar a dudas, estamos ante una naked de generosas dimensiones, 1.460 mm de distancia entre ejes, que mantiene un buen equilibrio entre aplomo y agilidad.
Una de las gratas sorpresas que nos brinda esta italiana es el empleo de una horquilla invertida multiajustable. No suele ser muy habitual que una máquina de esta categoría y precio monte un conjunto Marzocchi con barras de 50 mm de diámetro que permiten su reglaje tanto en hidráulico –compresión y extensión– como en precarga de muelle. Un lujazo. A su vez, la zaga de la 752S emplea un monoamortiguador ajustable en precarga que presenta una carrera de 60 mm.

Las pinzas radiales de 4 pistones muerden con potencia y progresividad discos de 320 mm de diámetro.
Para completar la jugada, Benelli combina en su equipo rodante la potencia de unos frenos bien dimensionados con la ligereza de unas llantas de impecable diseño.
Así pues, nos encontramos con dos grandes rotores delanteros de 320 mm de anclaje semiflotante, mordidos por pinzas radiales Brembo de cuatro pistones. Dotación que se completa con un disco trasero de 260 mm y pinza de pistón simple. Por supuesto a esto habrá que sumarle un sistema ABS.
Finalmente la 752S viene equipada con llantas de aluminio y diseño de radios en Y que permiten utilizar gomas en medidas 120/70-17” y 180/55-17”, respectivamente. En este caso se trata de unos Pirelli Angel ST de carácter sport-touring que encajan a la perfección con el estilo y las prestaciones de la Benelli.
En lo tocante a su mecánica, elemento determinante en el carácter de la 752S, se trata de un bicilíndrico en línea de 754 c.c., refrigerado por agua, 4 válvulas por cilindro, doble árbol de levas en culata, inyección electrónica y escape 2 en 1 rematado en un sobrio pero atractivo silencioso cónico.
El resultado son 76,8 CV de potencia a un régimen de 8.500 revoluciones y un par máximo de 67 Nm a 6.500 vueltas, nada espectacular, pero sí muy lógico para un modelo que pretende llegar a un público muy amplio.
Este corazón bicilíndrico late de forma suave y regular desde muy abajo del cuentavueltas y ofrece un buen empuje en todo el arco de revoluciones y solo arroja una pequeña laguna en su comportamiento, el funcionamiento de su embrague.
Algo duro de accionamiento, detalle que no sería mayor problema a no ser que a eso le sumemos un tacto algo extraño, ya que presenta un punto en su recorrido, un vacío que provoca un leve temblor en la leva y que lo ralentiza en su acción sobre todo en reducciones.
Una vez conscientes de ese peculiar comportamiento, te acostumbras y lo anticipas, aunque no estaría de más pulir ese detalle para no deslucir una mecánica por otra parte dulce y enérgica.
Sobre el terreno
Ya hemos mencionado la buena acogida de la Benelli al piloto una vez instalado sobre ella, cómoda y sin complicaciones, solo su peso y el pobre ángulo de giro complicarán moverla en parado. Pero, ¡oh!, una vez se gira la llave de contacto y el motor cobra vida, se obra el milagro, la 752S se mueve muy bien a bajas vueltas y sus kilos parecen pesar la mitad.
Dato importante, el sonido que emite su escape. En estos tiempos políticamente correctos parece que el silencio cotiza al alza, sin embargo convendremos que el rugido de un motor y su escape es la mitad del alma de una moto. La 752S enamora por su música, un bramido grave y contenido, nada escandaloso, pero lúbricamente vibrante para estimular las endorfinas.
Puestos a tono, iniciamos la marcha y nos zambullimos de lleno en el tráfico de primera hora de la mañana, donde la Benelli se mueve con relativa soltura gracias sobre todo a un motor que parece levitar desde muy abajo, suave y sin traqueteos; puedes colarte entre las filas de coches. El manillar no excesivamente ancho tampoco representa un problema para sortear el atasco, únicamente nos veremos limitados cuando el espacio se reduce a mínimos y la 752S ya no puede girar en corto.
En terrenos más despejados, la italiana da lo mejor de sí. La parte ciclo acompaña perfectamente el empuje del bicilíndrico que da rienda suelta y permite aprovechar toda su caballería. Además lo hace de un modo que no pondrá en apuros a los más noveles, suave y progresivamente, pero que no sabrá a poco a los más experimentados porque lo hace de forma enérgica, sin desmayo.
Y cuando hay que sofocar los ímpetus, echamos manos de unos frenos potentes, muy potentes y dosificables, que sin problemas son capaces de detener los más de 200 kilos lanzados al galope.
En esos pormenores, las suspensiones también juegan un papel importante, copiando bastante bien el terreno, de forma sobresaliente la horquilla y bastante bien el amortiguador, aunque cedía ligeramente al abrir el gas de forma contundente. Nada grave.
Tres apuntes finales. La 752S muestra un gran aplomo en recta, incluso a esas velocidades que merman la puntuación del permiso de conducir, aunque en esa tesitura salen a relucir vibraciones en las puntas del manillar.
Su geometría y peso requieren de mayor esfuerzo en los cambios de apoyo y la ralentizan un poco y finalmente, metidos en faena, al apoyar la punta del pie sobre la estribera izquierda el talón se apoya en una placa de plástico que cede y llega a rozar con la cadena. No estaría de más que se sustituyese por una placa metálica.
En cualquier caso, esta Benelli ofrece mucho y bueno, un cúmulo de sensaciones satisfactorias que no necesitan de caras sofisticaciones que la coloquen fuera del alcance del común de los mortales. La 752S cumple de sobras con lo esencial y además se permite algunas delicadezas, así que, modestia aparte, estamos ante una gran moto.
Cómo va la Benelli 752S en…
Ciudad: Se mueve bien entre coches, su manillar no demasiado ancho y un motor que trabaja bien a bajas vueltas ayudan. Solo su pobre radio de giro le resta agilidad en este medio.
Carretera: Un cambio bien escalonado permite exprimir sus más de 70 CV con eficacia y solo el tacto del embrague en reducciones y su peso la hacen menos efectiva entre curvas. Frenada con total confianza.
Autopista: La nula protección frente al viento no es obstáculo para alcanzar buenas puntas manteniendo una absoluta estabilidad. Las vibraciones en el manillar a regímenes altos acaban por molestar con el paso de los kilómetros.
Lo que más nos gusta y lo que menos
Solo+: A pesar de su sencillo planteamiento, ofrece detalles como una horquilla multirregulable y unos frenos realmente eficaces, además de un motor suave a la par que enérgico. Y su atractiva estética y su agradable sonido te atraen.
Solo-: Su peso en parado, las vibraciones del manillar a altas vueltas y sobre todo el tacto peculiar de su embrague son las pocas sombras que evidencia.
Ficha técnica
Motor tipo: 2 cil. twin, 4T LC DOHC 8V
Diámetro x carrera: 88 x 62 mm
Cilindrada: 754 c.c.
Potencia máxima: 76,8 CV a 8.500 rpm
Alimentación: Inyección electrónica
Cambio: 6 velocidades
Embrague: Multidisco en aceite
Transmisión secundaria: Cadena de retenes
Tipo chasis: Multitubular de acero
Geometría de dirección: N.d.
Basculante: Basculante de doble brazo
Suspensión delantera: Horquilla invertida Marzocchi de 50 mm ajustable en hidráulico y precarga, 130 mm de recorrido
Suspensión posterior: Monoamortiguador regulable en precarga con 60 mm de recorridoç
Freno delantero: 2 discos de 320 mm con pinzas Brembo de 4 pistones y ABS
Freno trasero: Disco de 260 mm con pinza de un pistón y ABS
Neumáticos: 120/70-17 y 180/55-17
Distancia ejes: 1.460 mm
Altura asiento: 810 mm
Peso -llenos-: 228 kg
Depósito: 14,5 l
Consumo medio: 5 l/100 km
Autonomía teórica: 290 km
Carnet: A/A2
Precio: 7.799 euros
Garantía oficial: 2 años
Importador: Benelli España
Para más información, visita la web de la marca.
Equipamiento de serie
Instrumentación digital TFT
Reloj horario
Odómetro parcial doble
Indicador temperatura del refrigerante
Indicador de nivel de gasolina
Warning
Indicador de velocidad insertada
Faro led
Regulación maneta freno
Estriberas conductor con goma
Estriberas pasajero con goma
Asas para pasajero
ABS
Tomado de solomoto.es