Hamyak, la moto que quería ser tanque
Un ingeniero ruso, Eduard Luzyanin, es el artífice del Hamyak (hámster en ruso), un pequeño engendro que vendría a ser una motocicleta (o scooter) con transmisión por oruga, como los tanques. En este caso se trata de una transmisión tomada de una moto de nieve, con los rodillos incluidos. Estos rodillos, que permiten que la cinta de transmisión gire, incluyen un sistema de amortiguación independiente que hace que se adapte a los terrenos irregulares, y esa es la única suspensión que ofrece esta pequeña montura.
La verdad es que inicialmente llama mucho la atención, pero cuando te pones a analizar este invento te das cuenta de un detalle que lo convierte en poco más que un divertido juguete. La estructura tubular que forma el cuerpo del Hamyak alberga en su interior un pequeño motor de scooter de 150 c.c. y está envuelta por la cinta de transmisión, hasta aquí todo más o menos normal, pero es que ahora viene lo bueno. ¡El Hamyak no tiene dirección!
El manillar es solidario al chasis y no permite dirigir el avance de este artefacto. Según explica el propio ingeniero Luzyanin, el giro se tiene que hacer cambiando el peso de lado, como en los patinetes. Es decir, si quieres girar a la derecha deberás inclinar el cuerpo hacia ese lado y para hacerlo hacia la izquierda hacia el otro lado. Lo cierto es que no parece que le vaya a permitir circular por una carretera convencional, aunque tampoco creo que sea esa la intención de su creador. Además, parecer ser que el Hamyak gira mejor y más rápido cuanto más suelto este el terreno, es decir, sobre arena, nieve, barro… terrenos para los que sí ha sido diseñado.
Corre más de lo que puede
Aunque el propulsor que monta le permite alcanzar hasta los 43 km/h, la velocidad recomendada es la mitad, 20 km/h. Y es que el hecho de que no monte más suspensión que la incluida en os rodillos de transmisión hacen que el Hamyak no es precisamente un vehículo muy seguro a esa velocidad.
Pesa 85 kilos y incluye un depósito de gasolina con 10 litros de carga más una garrafa extra anclada en la zaga con 10 litros más. Según su inventor, Luzyanin, el consumo medio es de 1 litro por hora, así que con depósito y garrafa a tope tendríamos autonomía para estar funcionando con él unas 20 horas. Además, al estar pensado para terrenos difíciles, dispone de un equipamiento que está previsto para la aventura y la supervivencia. Así, en los varios compartimentos que esconde en su compacta fisonomía, encontraremos un kit de herramientas de emergencia, una pequeña hacha, una sierra plegable, una linterna, una brújula, un termo y una cuerda de escalada de 15 metros.
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Por el momento no se ha anunciado su comercialización, aunque no descartemos que lo podamos ver desfilando en alguna exhibición de las tropas militares rusas porque el aspecto encaja perfectamente en ese ambiente.
Tomado de solomoto.es