Rossi, Pedrosa y Lorenzo: Tres razones distintas para colgar el casco
Y finalmente ocurrió: este pasado GP de Styria (o Estiria, como prefiráis) fue el escenario escogido por Valentino Rossi para anunciar algo que muchos ya imaginábamos. Efectivamente, el astro de Tavullia expresó su intención de abandonar el motociclismo de competición a final de esta temporada.
Rossi ha alargado prácticamente diez años la media de vida deportiva de un piloto, y hasta no hace tanto todo parecía darle la razón: en 2018 Rossi logró 5 podios y terminó el Mundial en 3ª posición, contando entonces ya con la respetable edad de 39 años. Su última victoria la consiguió el año anterior. Después sí vino un claro debacle: en 2019 solamente se subió al cajón dos veces, y el año pasado, una, terminando la temporada en un alejadísimo 15º lugar, algo insólito en un 9 veces campeón mundial.
¿Por qué el italiano no colgó el casco antes? No, no fue porque aún pensase que podía lograr el ansiado 10º título. Rossi no tiene un pelo de tonto, y hacía tiempo que era sabedor de que ese trofeo ya era inalcanzable para él. Valentino era totalmente consciente de que la nueva generación de rapidísimos talentos, encabezados por Marc Márquez, eran más rápidos. Es un proceso natural, como seguramente pronto veremos al sucesor del de Cervera, si es que no lo estamos viendo ya en Moto3.
Si Valentino seguía compitiendo era, por un lado, porque disfrutaba de la propia competición, pero también por el miedo al día después, como había manifestado en más de una ocasión el propio Rossi. Ese ‘¿qué voy a hacer ahora, si toda mi vida he competido?’. Además, el influyente entorno del italiano, encabezado por su amigo Uccio Salucci, siempre le ha empujado a seguir.
Las cosas han cambiado en este tiempo. Con una pareja estable, el italiano se ha planteado la posibilidad de la paternidad. Y a nivel deportivo, ‘Vale’ finalmente ha visto que está lejos ya no del podio, sino del grupo delantero. Ya no se divierte como antes, y un campeón extraordinario como él no debería ser recordado luchando por entrar en los puntos.
Seguirá vinculado a MotoGP con su nuevo equipo, aportando su dilatada experiencia y también lo veremos aún compitiendo, esta vez sobre cuatro ruedas, posiblemente en el DTM alemán.
Loor al nueve veces campeón del mundo.
Dani , las lesiones y la presión
Diferentes son los casos de Dani Pedrosa y de Jorge Lorenzo.
El ‘pequeño samurái’ debutó en el Mundial de 125 con 15 años, como Rossi, y tras un espectacular paso por las categorías inferiores pronto saltó a MotoGP.
Todo parecía indicar que el de Castellar ganaría varios títulos en la categoría reina, pero además de sus rivales tenía un enemigo añadido: las lesiones. Si me salen las cuentas, Dani ha tenido hasta 33, que incluyen varias fracturas de clavícula, de fémur y de húmero, entre otras. De sus 18 temporadas en el Mundial, en 11 de ellas ha tenido lesiones de importancia.
La reiteración de fracturas de clavícula fue el motivo de su última lesión en enero de 2019, cuando por un simple mal gesto la clavícula derecha se le rompió en dos partes, justo cuando empezaba su etapa de piloto de pruebas de KTM.
Pedrosa estuvo a punto de lograr el cetro en la temporada 2008 ante Stoner y Rossi, llegando a Alemania como líder del campeonato y de la carrera, pero una caída cuando marchaba destacado significó una nueva lesión y el adiós al título.
También estuvo cerca de conseguirlo en 2012, año en que consiguió nada menos que 7 victorias, 15 podios y 332 puntos, terminando detrás de Jorge Lorenzo.
Pero Dani tenía aún otro enemigo más: la presión. Introvertido hasta la médula, Pedrosa llevaba muy mal la enorme presión de estar en un equipo oficial luchando cada año por el título. Además de eso, no soportaba las multitudes, las ruedas de prensa, las entrevistas… Un día Dani dijo ‘basta’, colgó el mono y ahora, a sus 35 años, vive mucho más feliz en su rol de piloto de pruebas de KTM.
El caso Lorenzo
Jorge Lorenzo no tenía ese problema. De hecho, vivía a gusto con la presión y con todo el entorno de los medios de comunicación y del público. Como Valentino y Dani, Jorge vivió un exitoso paso por las categorías inferiores y no tardó en pasar a MotoGP. También como Pedrosa, Lorenzo logró un segundo puesto en la carrera inaugural y su primer triunfo en la tercera. El título en la categoría reina llegaría dos años después, en 2010, el primero de tres.
Jorge tuvo que lidiar con la presión psicológica ejercida por su compañero de equipo, Valentino Rossi, un maestro en estas artes. Los anteriores rivales de Rossi habían sucumbido antes a la presión ejercida por el italiano. Pilotos de la talla de Biaggi o Gibernau pueden dar fe de ello.
Jorge es un tipo duro, pero el cargante ambiente dentro del equipo y, especialmente, el hecho de no sentirse tan respetado como Rossi, a pesar de sus títulos, le llevaron a fichar por Ducati en 2017 (además de un suculento contrato). La entonces difícil Ducati no fue fácil de domar, pero insistiendo a los técnicos italianos consiguió tres podios ese primer año.
En 2018 no empezaron bien las cosas y Claudio Domenicali, el CEO de Ducati, decidió -demasiado pronto… Domenicali nunca ha sido un hombre paciente- sustituirlo por Danilo Petrucci para 2019. Justo tras ese anuncio Lorenzo empezó a ganar carreras y a hacer podios. Domenicali intentó dar marcha atrás, pero un enojado Lorenzo le cerró la puerta: había decidido aceptar la propuesta de Honda.
Pero no fueron días de rosas los vividos en el potente equipo japonés. Aunque la pretemporada fue bien, e incluso en las primeras carreras se vio a un Lorenzo competitivo con la Honda -especialmente en el GP de Catalunya, hasta su famoso ‘hat-trick’- luego un rosario de caídas y lesiones (especialmente grave la de sus dos vértebras) mermaron su confianza. Desde septiembre de 2018 hasta noviembre de 2019 Jorge tuvo hasta 14 caídas, de las cuales tres de ellas requirieron intervención quirúrgica.
Sin confiar en su moto (“cada vez que ha forzado un poco me iba al suelo”, dijo) y aún con dolor en la espalda, Jorge fue incapaz de rodar rápido tras su regreso, finalizando la mayoría de carreras del final de la temporada en las últimas posiciones. Para alguien habituado a luchar por la victoria, eso era inconcebible.
En la última carrera de la temporada, el GP de Valencia, anunció su adiós, a los 32 años, 10 menos que los que tiene Rossi.
El resto de la historia ya la conocemos: Jorge vive una vida tranquila y relajada entre Lugano, donde reside, y sus frecuentes viajes a los Emiratos Árabes. Es muy activo en redes, comenta el Mundial en su canal ’99seconds’, ejerce como modelo publicitario… No se aburre.
Sigue el Mundial de MotoGP en
Tomado de solomoto.es