Crónica del festival Camorock con Battle Beast al frente: El regreso a la batalla

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Este festival se consagra ya como uno de los mejores en cuanto a contenido y aportaciones, considerando su bajo presupuesto, de los que allí se dejan cada año el pellejo, tanto en la organización como en la barra, para que todo salga de la mejor manera posible y sin sacar ni un duro para su propio bolsillo, ya que sólo cuentan con la colaboración del ayuntamiento del lugar, que desde la primera propuesta por parte de la organización del festival depositó en ellos su confianza y aportación para que fuese posible. En definitiva, precios populares para beber y comer allí e incluso zona de acampada donde poder pernoctar y grandes personas “behind the scenes”.

Añadir que, durante estos dos años de standby, se ha mantenido el compromiso con el festival por parte de la banda estrella y más esperada, Battle Beast, y era la propia Noora Louhimo quien nos lo confirmaba días antes, a través de las redes sociales, lo cual es de agradecimiento absoluto.

Antes de dar comienzo a las actuaciones, nos llegaba la noticia de la existencia de un contratiempo en la recepción del material de Battle Beast en el aeropuerto, y para subsanarlo, el mismo teclista de Arábiga, José Pino, al igual que algunos músicos de las diferentes bandas, se ponían en contacto con los finlandeses para cederles su teclado y demás instrumentos, agradeciéndole y aceptando los de Helsinki su ofrecimiento con total humildad, lo cual les honra.

Dados los acontecimientos, no hubo más remedio que hacer un pequeño cambio en el orden original del cartel, pasando los nórdicos al último lugar, llegando finalmente el equipo una hora antes de su actuación.

A la hora prevista daba comienzo el espectáculo, y los encargados de inaugurarlo para esta edición eran los lucentinos Arábiga, que tras un receso de siete años volvían el pasado 2021 y en este Camorock se presentaban con la novedad de un nuevo cantante, que además también está al mando de las seis cuerdas de la banda, Mario J. Alcántara. Finalmente la solución estaba en casa. Tras una intro muy nuestra, de corte andalusí, empezaba a sonar su primer tema, “Reino de Taifas”. Las ganas se notan, la música nos mueve una vez más hacia esta congregación anual y cordial de hermanos del metal.

Todas las miradas estaban puestas en Mario, al que ya conocíamos a la guitarra, y para el que, de algún modo, el micro no era un extraño,ya que solía intervenir en los coros.

La banda de rock andaluz, que ya cuenta con dos trabajos anteriores, el primero de nombre homónimo y el segundo llamado  ‘Retazos de vida’, se encuentra inmersa en su tercer álbum de estudio, cuyo lanzamiento se prevé para finales de verano de este año 2022, y del cual nos dejaban temas como “Dueña de mí”, “El día que dijimos no”, “Desespero” y “Sueños de un Sultán”. Así, uno a uno, se defendieron todos los temas del setlist de la banda que completan Raúl Torrico al bajo, José Pino a los teclados y programaciones, y a las baquetas, otra novedad para este regreso, de Juan Antonio Muñoz.

Con uno de mis temas favoritos, “Un día no es día sin ti”, se despedían hasta la próxima y por la puerta grande.

El heavy metal de la banda gaditana Snakeyes, que se formara allá por el año 2013, siguió calentando el ambiente más que festivo y añorado de la tarde noche fresquita en el Camorrillo.

Con un frontmande nacionalidad rumana al más puro estilo Rob Halford en primera línea de la formación, interpretaban un setlist de diez temas, todos en inglés, extraídos de sus más de ocho años de carrera musical.

“Mask of Reality”, “War Machine” y “The Evil Dead” entre otros, tomaron posiciones dentro de la primera parte del show hasta llegar a la intro de bombo y toms acompañados de un solo de guitarra de Justi Bala para abrir el siguiente tema, “Shadows Warriors”.

De nuevo quiso lucirse Carlos Delgado a la batería aporreando la entrada para versionar uno de los temas más espectaculares de la banda inglesa Judas Priest, por la cual están claramente influenciados los de Gades, un “Painkiller” que, aunque no sonó en su totalidad, fue igualmente tarareado por todos los allí presentes.

Con “Metal Monster” y “Down With The Devil”, con el Sphinx Manuel Rodríguez como invitado para cantarla junto a ellos, Cosmin Aionita a la voz, José pineda al bajo, Justi a la guitarra y Carlos Delgado a las baquetas, cedían el testigo a la tercera de las seis bandas que pasarían por las tablas aquella noche.

El Folk Metal de la banda manchega Celtibeerian he de reconocer que me sorprendió enorme y gratamente, ya que este estilo no es de mis predilectos, aunque a partir de ese sábado  tendré que hacerles un hueco en mi colección.

Me congratula observar que cada vez va cobrando una mayor y más importancia la consideración de la figura femenina en este mundo del metal, por ejemplo, como coprotagonista en este caso, de la otra voz de la banda y violinista.

Todo un trallazo y una amalgama de sonidos e instrumentos muy bien sincronizados y armonizados entre sí  iban desfilando por el escenario fusionándose los de folclore celta como las flautas y la gaita del cordobés afincado en tierras vascas, David Sánchez, y los de siempre y no por ello menos valiosos y espectaculares, como la guitarra de Julián Yagüe, la batería de Víctor Fernández, el bajo y voz principal de la banda, Gustavo Infantes; y el majestuoso y clásico violín de Patricia San Martín.

La potencia y garra de la voz de Gus iba desgranando los catorce temas seleccionados para este momento, en ocasiones coreados por David y Patri y en otras, interpretados en exclusiva por la violinista metalera como el tema de “empoderamiento femenino”, palabras suyas, “The Reborn”, que pertenece al último disco.

La banda  surgió en el año 2011 con su álbum debut ‘Tirikantam’, y cuenta con tres trabajos más de donde se extrajeron para el Camorock “Deiwos”, “Fields of Celtiberia”, su versión del “El queso rodante” de Saurom, “Looking for Beer” y la canción considerada como destacada, “The Wolf I Am”, de entre nueve más con «Rise», como adelanto de su próximo disco.

Momento “mosh” del gaitero entre el público, quizás «looking for a beer», y fin de fiesta, pagana o no, y como ellos mismos proclaman: “Come with us to win another battle”. ¡Allí estaremos chicos, en la próxima batalla!

Haciendo doblete entraban de nuevo a jugar dos miembros de Snakeyes para unirse a sus otros compañeros de ciudad, banda y del mundillo del metal en Sphinx.

Una banda también gaditana de heavy metal melódico bajo la batuta de su cantante, Manuel Rodríguez, que cuenta con cinco trabajos en el mercado y el sexto en camino, todos unos veteranos del heavy rock nacional, formados en el año 1995 aunque su primer plástico no vio la luz hasta el año 2001.

Han actuado en dos ediciones del festival Leyendas del Rock, sufrieron una separación y receso como banda de cinco años y volvieron a rehacerse en el año 2019. En definitiva, acumulan ya muchas tablas sobre los escenarios y como músicos. Así, La Esfinge con “Santa maldad” y “La muerte sobre un papel” repartía leña que nos mantenía calentitos a la vez que daban un repaso a su carrera mientras el “Destino” del “Recluso 943” en aquella “Noche maldita” aguardaba “A las puertas del Infierno” pasado, que lejos va quedando ya.

Un guiño a una de las bandas insignia del metal mundial, como es “la dama de hierro” y su “caballería”, y como invitado a subir de nuevo al escenario para cantarla a dúo, Cosmin, para seguir después con “No”. ¿A la guerra y la barbarie, quizás? (Me pregunto a mí misma).

Tocaba ya despedirse y hasta la próxima con “Momentos de lucidez” y el tema homónimo a la banda.

Oscura y bien entrada la noche aparecían en escena los gallegos Dark Embrace, que han girado con bandas del calibre de Amon Amarth o Sepultura y tocado en festivales como el Vagos Metal Fest, y que recientemente ha fichado con Massacre Records, contando ya con tres álbumes a sus espaldas, el último lanzado en abril de este mismo año, “The Call Of The Wolves”.

Sobre el escenario manifiestan un poderoso e intenso directo al más puro estilo dark metal, lo cual se hacía notar también y se reflejaba en la voz de Óscar Rilo, su frontman, interpretando la batería de temas que incluyeron en su setlist para la ocasión. “Time Will Tell”, “Let The Blind To See”, “Dark Embrace”, como parte de sus trabajos anteriores y “Never Seen The Sun“ y “Dark Heavy Metal”, tema este último que toma el nombre de su más reciente creación.

Como nota curiosa, incluir la ausencia del bajo de la banda, que abandonaba la formación pocas semanas antes y sin tiempo para solucionarlo, pero decir también que la ausencia tan solo fue física, ya que los chicos sonaron como de costumbre.

Sin duda, el cambio de orden les vino de perlas. Todo el recinto, que este año contaría con la mayor afluencia de público conocida, pudo deleitarse con los sonidos más oscuros de los gallegos.

Armed & Ready y con todo el equipo completo, hacían su aparición estelar y ansiada los finlandeses Battle Beast bajo el ordeno y mando de la poderosa y camaleónica Noora Louhimo, luciendo, como siempre, sus mejores galas y su espectacular maquillaje.

Tras dos años de incertidumbre e impaciente espera debido a ya todos sabemos qué, por fin llegó el día, el momento y la hora y traían bajo el brazo su trabajo más reciente de estudio, ‘Circus of Doom’, para presentarlo en el Camorock, como única fecha en nuestro país sin restricciones.

Una obra maestra, me permitiré afirmar, aunque la banda nunca defrauda tanto con sus trabajos de estudio como en sus directos, que son siempre espectaculares y con una puesta en escena sublime.

La banda cuenta con seis trabajos de estudio en el mercado, y en los cinco últimos la voz corre a cargo de Noora. He tenido la oportunidad de verlos en varias ocasiones en directo, tanto en sala como en festivales, y no dejan de sorprenderme, la fuerza y garra de la “bestia” son sobrehumanas.

Abrían el bolo con el corte que da nombre a lo más nuevo, y seguían con el que encabeza el listado de tracks de su cuarto trabajo, ‘Bringuer Of Pain’, “Straight To The Heart”.

Podríamos decir que su setlist, compuesto por quince temas, estaba basado en los tres últimos trabajos de la banda nórdica, de los cuales fueron dando saltos desde lo más antiguo a lo más reciente, sonando temas como “Armageddon”, “Eye Of The Storm” o “Wings Of Light”, otros como “Bastard Son Of Odin” y “King For A Day”, y “Hollywood Endings” y “Eden” extraídos de su quinto lanzamiento, al que llamaron ‘No More Hollywood Endings’, en el año 2019.

Durante el espectáculo, y como buenos vikingos, también pasaron por sus gargantas, que no por la de Noora, que era más de agua, además de notas musicales, vasos de birra, y repartieron entre el público combinados de gin tonic que el mismo Janne Björkroth traía adosados al soporte de su keytar.

Punto final, no sin antes un poco de sosiego, de tregua, con el temazo “Beyond The Burning Skies”, para una actuación de más de hora y media donde tanto los que ya conocíamos a la banda como los nuevos adeptos a ella quedamos encantados nuevamente unos y sorprendidos de más otros, y es que Battle Beast te dejan siempre un buen sabor de boca, con ganas de más y totalmente «out of control».

Agradecer nuevamente a toda la peña de Alameda que hace posible que el Camorock se celebre cada año, tanto organizadores como “barmen”, y darles mi más sincera enhorabuena por hacer posible todo este rollo, el nuestro, el metal. ¡Hasta la próxima!

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Tomado de https://mariskalrock.com