México sobre ruedas: Menonitas
Los menonitas son un grupo religioso nacido en Suiza en el siglo 14 que tiene presencia en México. Con el tiempo fueron llegando a diferentes países y se diferenciaron de los demás grupos protestantes que surgieron durante este período por sus creencias principales: el bautismo en adultos exclusivamente, la separación entre la iglesia y el estado, la negación al servicio militar y a participar en los asuntos políticos y gubernamentales, y a prestar juramentos de cualquier índole.
Debido a que las personas que se convirtieron en este período tenían raíces culturales alemanas y holandesas, los menonitas desde sus inicios compartían esta misma herencia cultural.
En 1873 el Gobierno canadiense les vendió territorios en la provincia de Manitoba y así fue como llegaron a América. Los grupos de inmigrantes eran muy conservadores y trataban de mantener a sus miembros alejados de las influencias de la sociedad. La iglesia mantenía una disciplina estricta sobre las escuelas, la arquitectura y la decoración de interiores, los vehículos, la ropa, el idioma y en general sobre la vida entera de la comunidad.
Parte del acuerdo al que habían llegado los menonitas con Canadá era que ellos tenían control sobre la educación y al ser un grupo pacifista no se enrolaban al ejército ni hacían servicio militar. La entrada del país a la Primera Guerra Mundial, en agosto de 1914, provocó el surgimiento de una ola de patriotismo en dicho país.

Dificultades desde el inicio
Los menonitas, como minoría, no sólo se diferenciaban del resto de la sociedad canadiense por su religión e ideología, sino porque eran alemanes desde el punto de vista de cultura e idioma, y por eso se les vio como personas cuya lealtad a la Patria estaba en duda.
A raíz de esto, el Gobierno les retiró el control de las escuelas, les impidió que enseñaran el idioma alemán y les quitó las clases de religión. También comenzaron a exigirles que participaran en el servicio militar. Fue entonces cuando la comunidad menonita buscó alternativas para emigrar a un país que les diera los privilegios que ellos querían tener.
Mientras que algunos grupos viajaron a Brasil y Argentina para conseguir tierras y acuerdos, un grupo se puso en contacto con Arturo J. Braniff, empresario mexicano y cuñado del presidente Álvaro Obregón.
El 3 de febrero de 1921, un grupo de líderes menonitas entró a México por Nogales. Los representantes inspeccionaron algunas posibilidades de compra en Sonora, Sinaloa, Jalisco y Nayarit, pero no encontraron el tipo de terrenos que querían.

Migración con Álvaro Obregón
Llegaron a la Ciudad de México y se entrevistaron con Álvaro Obregón, quién se mostró muy interesado porque el proyecto encajaba con las metas de su Gobierno con respecto a la inmigración extranjera a México, y con sus intentos de reconstruir económicamente al País después de la Revolución.
Obregón tenía mucho interés en mejorar la imagen de México en el mundo, sobre todo frente a Estados Unidos, que todavía no reconocía a su Gobierno.
El 25 de febrero de 1921 el Presidente consintió en otorgar a los representantes el acuerdo con las siguientes garantías: libertad religiosa, exención del servicio militar, liberación de cualquier juramento, libertad para establecer sus propias escuelas con sus propios maestros y para administrar sus propiedades según sus propios criterios, así como para establecer sus propios reglamentos al respecto. Y así fue como el Gobierno les vendió parte del territorio que ocupan actualmente.
Hacia finales de 1922, unos 3 mil menonitas se habían establecido en la región. Los trenes de inmigración siguieron llegando esporádicamente entre 1922 y 1925, y algunas llegaron por propia cuenta en los años posteriores. Para 1927 casi 10 mil menonitas habían llegado a México.
Los menonitas se han dedicado al cultivo de tierra, en un principio frijol, maíz, cebada y avena, con la cual tuvieron mucho éxito. Asimismo tienen ganado y son pioneros en la elaboración de queso y embutidos en la zona. Mantienen su identidad y tienen sus escuelas y sus iglesias. Aunque hay buena convivencia, no suelen mezclarse con otros grupos étnicos.

Preservando la historia en México
El Museo Menonita abrió sus puertas en 2001. Desde entonces han hecho modificaciones, actualizaciones y ampliaciones para poder ofrecer al público una experiencia enriquecedora. El edificio que alberga el museo es una réplica de una casa menonita, las cuales tienen una distribución específica para ser prácticas y tener espacios en los que pueda haber respeto y privacidad.
En la primera sala vimos un video dónde vimos una breve la historia de los menonitas y su llegada a nuestro País. En la sala del taller doméstico hay herramientas y maquinaria agrícola. Hay también mesas de carpintería, bancos para la reparación de calzado y hasta una carreta que se utilizó hasta 1980.
La sala conectora es el espacio utilizado para pasar de las labores a la parte habitacional, así como para evitar que el olor de la cocina llegue a las habitaciones. Las familias menonitas son grandes y a los niños se les involucra en las labores domésticas desde que son muy pequeños y sus responsabilidades van aumentando conforme crecen.
Pudimos ver juguetes tradicionales, todos hechos en casa. Las muñecas no tienen cara pues tratan de evitar la vanidad. También hay exhibidos libros en alemán que se utilizan para la educación de los pequeños.
Usaban letrinas que se ubicaban en el exterior de la casa y la bañera se colocaba en el interior de la casa. Utilizaban baldes para llenarla y se bañaban los miércoles y sábados únicamente. Actualmente las casas menonitas cuentan con instalaciones hidráulicas.

Sistema matriarcal
La sala de la cocina comedor es muy amplia y se observan muchos artículos utilizados para la preparación de alimentos y conservas. La enorme despensa se orienta al norte para ser fresca. La mesa de la cocina es muy grande y los hombres comían separados de las mujeres pues venían sucios de trabajar el campo.
Los menonitas tienen un sistema matriarcal y aunque hay roles bien definidos, las mujeres no sirven a los hombres pues no es bien visto en su sociedad. Los dormitorios se separan por sexos y los niños suelen dormir en la misma habitación que sus padres hasta que cumplen 4 años.
Pudimos ver distintos vestidos utilizados en la comunidad menonita. Las mujeres casadas utilizan colores oscuros con pañoletas oscuras mientras que las mujeres solteras utilizan blancas. Las mujeres comprometidas utilizan color café y el vestido de novia es negro. A sus difuntos los visten de blanco para el entierro.
Hoy en día hay menonitas más liberales que miran televisión, escuchan radio o navegan por internet. Sin embargo, los más conservadores no hacen usos de estas tecnologías.
A través de fotografías y exhibiciones pudimos darnos una pequeña idea de cómo es la vida de esta comunidad que, sin duda, es de gran riqueza y tradición.
Chihuahua no deja de sorprendernos con su gran riqueza cultural. Los invitamos a rodar por este magnífico estado de la República Mexicana. ¡Ah, Chihuahua!
Texto: Sandra Fernández
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