Nick Mason recuerda la camiseta de Johnny Rotten (Sex Pistols) con el eslogan “odio a Pink Floyd” y dice que fue un motivo de orgullo

por admin · 17 septiembre 2022

17 septiembre, 2022 4:05 pm Publicado por Redacción –

Dentro del movimiento punk de 1977 había un par de grupos que concentraban la ira de los fanáticos de las crestas e imperdibles. Estamos hablando, obviamente, de Yes y Pink Floyd. Respecto a los primeros, se convirtió en una cuestión personal cuando algún miembro del grupo pidió que echaran a Sex Pistols de su discográfica, mientras que en el caso de los segundos no existía una causa concreta para esta aversión. En este sentido, el batería Paul Cook achacaba aquello a un mero pecado de juventud, a cuando “odias el mundo y todo eso”.

En una entrevista reciente para Ultimate Classic Rock a cuenta de la reedición del álbum ‘Animals’, el también aporreador de Pink Floyd, Nick Mason, se refería a aquella polémica que en realidad no procedía de nada personal.

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Así hablaba en concreto de los puntos de unión entre la misantropía de Roger Waters y el nihilismo del movimiento punk: “Creo que cualquier influencia que el punk trajera a ‘Animals’ o a la música de la época fue más subliminal que obvia. Fue una influencia, pero en mi caso no creo que hubiera muchas cosas con las que pensara: “Esto es genial”. Era más bien algo interesante porque volvía a aquel tipo de rock n’ roll con el que los adolescentes se podían reunir y tener un público para ello. Era curioso en ese aspecto”.

Mason reconoce el cambio de mentalidad que vino asociado al punk: “Creo que fue algo bueno a la hora de abordar el rock progresivo – que se había convertido en algo demasiado pomposo, la verdad – pero no se trataba de un hecho obvio. Bueno, aparte de Johnny Rotten con esa camiseta que decía “Odio a Pink Floyd”. Era casi como si fueran ámbitos tan separados que sería bastante complicado ver cómo uno podría influenciar al otro”.

El gesto de Johnny Rotten no le pareció a Mason una declaración de guerra ni nada similar: “Creo que se podría considerar como un rito de iniciación. Como ser expulsado del Royal Albert Hall, Festival Hall o cualquier otro sitio. En realidad es algo que te pone en el punto de mira. Es más un motivo de orgullo que algo que te decepcione”.

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