Valentino Rossi: “No hay nada comparable a pilotar una MotoGP”
El Festival de la Velocidad que desde hace siete años se celebra en el Circuit de Catalunya es todo un espectáculo, y supone la oportunidad de ver en acción a los mejores coches GT de Europa, conducidos por pilotos auténticamente pro.
En la carrera de las GT World Challenge Europe no faltan nombres ilustres, como los de los ex pilotos de F1 Giancarlo Fisichella, Felipe Nasr o Christian Klien, pero también los de algunas de las leyendas del DTM, Le Mans o los Turismos.
La lista de inscritos de la prueba estrella del programa del fin de semana incluía algunos pilotos españoles de gran calidad, como Daniel Juncadella -que el domingo acabaría proclamándose campeón de tan prestigioso certamen-, Albert Costa o Miguel Molina.
Sin embargo, la carpa que despertó mayor expectación en el corazón del paddock de Montmeló no albergaba ningún coche en su interior. El color que predominaba en esa tienda tan concurrida es el amarillo. El de las gorras, camisetas, pizarras y toda suerte de objetos de merchandising relacionados con el piloto más deseado por todos los aficionados, entusiasmados con la idea de ver correr en vivo por primera vez en coche a su ídolo: Valentino Rossi, en la última cita de su primera temporada al completo sobre cuatro ruedas.

Según Jesús Pozo, director de la Escudería Targa Iberia, la promotora del Festival de la Velocidad, el reclamo de la participación del Doctor ha supuesto un incremento de la presencia de espectadores del veinte por ciento comparado con las mejores ediciones de esta carrera.
Y ‘Vale’ volvió al Circuit
“Amo este sitio porque tengo grandes recuerdos de él. Es difícil decir cual es mi pista favorita, pero seguro que esta está entre mis tres preferidas porque aquí siempre obtuve grandes resultados y viví momentos inolvidables de mi carrera. El lugar es fantástico, Barcelona es una ciudad maravillosa… siempre fue un gran placer venir aquí”, responde ‘Vale’ cuando al inicio de nuestra charla con él le damos la bienvenida a un lugar donde en el pasado ganó diez veces: una en 125, dos en 250, y otras siete ocasiones en la categoría reina (aquí con dos marcas distintas).
El de Tavullia recuerda que “la primera vez que gané aquí fue en 1996, pero el año anterior ya había estado en la carrera del europeo y desde el primer momento me vi muy fuerte en este trazado”.
Las cosas ahora, sobre cuatro ruedas, son muy distintas para él en el mismo escenario: “mi reto ahora con el coche, sinceramente, no me lo planteo aún para ganar carreras, especialmente en las pruebas de resistencia donde pueden pasar muchas cosas… Pero estoy intentando acabar entre los cinco primeros siempre, acercarme al pódium, y lo estamos consiguiendo porque habitualmente en estas carreras somos competitivos… Al ser carreras largas, puede pasar de todo, y normalmente las cosas nos han ido bien hasta ahora.”
El Doctor de los anillos
Rossi corre con el equipo WRT junto a dos pilotos con muchísima experiencia: el belga Frédéric Vervisch y el suizo Nico Müller. Los tres comparten el volante de un Audi R8 LMS Evo II de la difícil categoría GT3.
Sus compañeros saben que Rossi “se viene arriba” al llegar al Circuit, y esperan que pueda repetir adelantamientos magistrales como el que le vimos hacer a Jorge Lorenzo, en la última curva del Gran Premio de Catalunya del 2009.
“Hacerlo en coche es mucho más complejo que con la moto. En la última curva, si el rival que tienes delante no falla… es complicado superarle con un coche. En cambio, la moto sí te da esas oportunidades, como ya visteis” señala el Doctor, en una clara voluntad de rebajar las expectativas.
El italiano me comenta que ve el Circuit con algunas diferencias en comparación a cuando corrió aquí por última vez en moto. Y le suscribo “sí, ahora, entre otros cambios, la escalera de acceso al pódium es mucho más ancha que antes… Ya no correrías el riesgo de tropezarte con Max Biaggi en ese lugar… aunque, claro, todos sabemos que le entró un mosquito en el ojo aquel día…”, a lo que el nueve veces campeón del mundo hace ver que no oye.
“Moto: mi manchi”
“Rossifumi” echa de menos las motos, pero su cabeza está en los coches, sobre todo ahora que ha terminado su primera temporada completa sobre cuatro ruedas:
“El resumen que puedo hacer de esta temporada es muy positivo, porque el balance ha sido muy bueno. Me siento muy bien con mi equipo, el WRT. Creo que hice la elección correcta al elegirlos a ellos… Aunque esto de los coches no es nada fácil porque no se trata “sólo” de ser rápido cuando pilotas; todo es muy diferente de MotoGP. Son carreras muy distintas, en las que tienes que estar preparado para aprender siempre de situaciones muy diferentes que van apareciendo durante la carrera. Aquí todo ha sido nuevo para mi, y aunque hemos hecho buenas carreras y hemos tenido buenos resultados, hay que mejorar para el futuro más inmediato”.
El planteamiento que hace ahora antes de cualquier carrera es distinto al de cuando competía en moto. “En las dos últimas carreras de resistencia hicimos segundos. En Hockenheim estuvimos muy cerquita del pódium. Y me hubiera gustado hacer un pódium antes de acabar el año. Sabía que no iba a ser fácil, pero siento que estoy ya preparado para luchar por ello”, dijo dos días antes de no poder pasar del sexto lugar en la carrera de tres horas del domingo, tras hacer el primer relevo y protagonizar una buena salida.
Cuando eres Valentino Rossi y no ganas, debe ser complicado sentirse satisfecho, imagino. Y me lo aclara así: “Cuando uno viene de MotoGP, es difícil encontrar algo que le excite más que eso. Pero lo bueno es que, a pesar de ello, la conducción del coche me gusta mucho.

“Pilotar una MotoGP es recibir una descarga permanente y muy fuerte de adrenalina. No hay nada comparable a eso. Ha sido interesante pasar de “rider” a “driver”. Pero también me gusta pilotar este tipo de coches, y lo mejor: notar cómo he ido progresando desde el inicio de la temporada, lo que es muy bueno. Pero, por otro lado, resulta muy complejo entender esos pequeños detalles con los neumáticos, los muchos pequeños trucos que hay aquí que hacen posible que puedas estar delante en este tipo de carreras”.
“En la pista hay muchísimos coches, a veces más de cincuenta, y eso lo convierte todo en una especie de jungla. Todo parece siempre muy confuso, con mucho lío, las luchas son muy fuertes, puedes tener fases de “full corse yellow”, muchas vueltas detrás del Safety Car… El campeonato está lleno de pilotos muy buenos, con muchísima experiencia, y salvar la primera curva junto a ellos… nunca es fácil. Hay que trabajar mucho en los pits, en los cambios de piloto, porque las sensaciones de manejo cuestan de interpretar al principio”.
“Hay una gran cantidad de detalles a controlar que yo no me esperaba, porque desde fuera no parece tan complejo. MotoGP son carreras menos complicadas que estas, porque allí tú sales e intentas correr todo lo que puedas hasta el final… y ya está. Pero, en cualquier caso, esto también es interesante. Conducir solo en la pista es fácil, pero la gestión en grupo es lo complicado”.
Tras un primer año de aprendizaje, Rossi -extremadamente modesto- no parece tener prisa: “En 2023 repetiré exactamente el mismo campeonato y programa, sin contemplar aún las Le Mans Series. Pero creo que si la progresión continua como espero, estaré preparado para estar en las 24 Horas en 2024. Ese es el objetivo, pero, sinceramente, ahora vivo carrera a carrera, sin pensar demasiado a largo plazo”.

Paso del “sorpasso”
Valentino no tiene muchas ganas de hablar de motos en el contexto del fin de semana que nos vimos. No rehúye el tema, pero no parece querer profundizar cuando se le cuestiona si, como algunas personas dicen, que ahora MotoGP es algo más aburrido que en sus tiempos: “Amo MotoGP, y siempre estará en mi corazón. Tengo mi propio equipo, como sabes, con cuatro pilotos (NdR: el Mooney VR46 Racing Team). Procuro estar siempre en contacto con todos, siguiéndoles y hablando con ellos”.
“Actualmente, la aerodinámica de las motos va por el mismo camino que ha seguido con los coches, donde cuando te pegas a otro vehículo notas rápidamente los efectos negativos de la aerodinámica. En las motos hemos visto en las últimas temporadas una gran evolución en este campo, y no cabe duda de que esta es la razón que hace que adelantar hoy sea mucho más difícil”.
Puede que su cabeza esté ahora en los coches, cierto. Pero todos sabemos dónde está su corazón: “Echo mucho de menos MotoGP, por supuesto. Ha sido mi vida durante treinta años, más de dos tercios de toda mi vida desde que empecé en 125 hasta que llegué a MotoGP… Para mí es el mejor show en todo el motorsport, más que cualquier otra carrera. Por supuesto que este es mi punto de vista personal, pero lo veo así.
Ahora, cuando veo una carrera, aunque no sea lo mismo que cuando yo competía en ella, aún tengo una gran descarga de adrenalina. Me pongo aún muy tenso, porque allí está mi hermano compitiendo, y lo sigo viviendo a tope porque es un grandísimo espectáculo”.
Sus pilotos son Celestino Vietti en Moto2, y Marco Bezzechi y su hermano, Luca Marini, en MotoGP: “Estoy muy contento por la temporada que está haciendo; por él, pero también porque es un piloto de nuestro equipo, claro. Ahora siempre está delante, y poco a poco ha ido mejorando notablemente, y pensar en un podio antes del final del año no es ninguna tontería. Pero, para mí, el objetivo principal de Luca no debe ser ese, sino acabar el año entre los diez primeros (NdR: ahora Marini ocupa la duodécima posición, habiendo puntuado en trece de las diecisiete carreras disputadas), que para estar en un equipo privado es un gran resultado”.
Rossi tiene una querencia especial por Bagnaia, que corrió en su equipo tanto en Moto3 como en Moto2 cuando este era el Sky Team. Y aunque le gustaría la victoria de su compatriota, no tiene claro qué puede pasar:
“La temporada está siendo bellísima. El campeonato sigue igual de abierto para los tres aspirantes: Aleix, ‘Pecco’ y Quartararo… todo sigue en el aire. Puede pasar aún de todo, porque están separados por muy pocos puntos, aunque quedan tres carreras para el final y habrá que seguirlas atentamente”.

De Honda a Yamaha… como de Audi a BMW
Al día siguiente de la carrera de Montmeló, Rossi se quedó en el trazado del Vallés para una jornada de pruebas con BMW. Y es que su equipo está valorando seriamente cambiar el Audi R8 de los últimos tiempos por un BMW GT4. En el test con la formación belga -que lleva más de una década vinculada a la marca de los anillos- Rossi contó con la importante colaboración del austríaco Phillipp Eng, que ha contribuido mucho en el desarrollo de este coche.
La vinculación con la marca bávara puede aportar valores muy interesantes para Rossi, ya que esto le facilitaría disponer de la oportunidad de probar el LMDhD que BMW piensa estrenar en las 24 Horas de Le Mans de 2024… objetivo confeso de Rossi.
“Me gustaría hacer las 12 Horas del Golfo, que ya hice y disfruté mucho en 2019 y 2020 en Abu Dhabi, pero aún no se si va a ser posible. Tenemos todavía que valorar con el equipo si podemos hacer esta carrera. Y, si no fuera así, deberíamos buscar alguna otra carrera porque no quisiera quedarme parado durante todo el invierno antes del inicio de la próxima temporada”.
Valentino estuvo muy cerca de correr en F1, mucho más de lo que trascendió en su momento. Ese era el deseo de Luca di Montezzemolo cuando presidía la marca italiana. Las oportunidades de probar los coches de Maranello, sin embargo, no le dan ningún tipo de ventaja en las GT World Challenge: “Es cierto que probé varias veces algún Ferrari de F1, aquí y en otros circuitos… pero de eso hace ya más de diez años. (NdR: Fiorano 2004, Valencia 2006, Mugello 2010 y Montmeló 2010… que sepamos). Pero esos coches han evolucionado mucho desde entonces y aún son mucho más rápidos que antes.
Pero el nivel de este campeonato (GT3)es espectacular, con pilotos muy experimentados, oficiales de fábrica, gente muy joven terriblemente competitiva, pilotos que vienen de los fórmula, de la GP3… Esas son las principales características del campeonato en el que estoy ahora, pero si comparamos los coches, obviamente los F1 -con alas mucho más grandes- son mucho más rápidos especialmente en el paso por curva.”

El futuro es negro. El negro del asfalto.
A Rossi le hemos visto desenvolverse muy bien en algunos rallys, e incluso se ha hablado repetidamente de la opción de verle en algún Dakar: “Siempre tuve muy claro, estando en las motos, que cuando las dejara iba a correr en coches. Para mí esto siempre fue algo muy importante y prioritario, porque quiero seguir sintiéndome piloto durante mucho tiempo, incluso una vez cerrado el capítulo moto. No quiero prescindir de las sensaciones de un circuito, de una salida, de un adelantamiento, de la velocidad… y quiero seguir haciendo esto durante muchos años más.
Me encantan los rallys, donde empecé en coches, y es cierto que mantuve conversaciones para correr en el Dakar… pero he decidido que dónde me siento mejor es en un circuito. El Dakar es una gran carrera… pero, honestamente, creo que mi lugar está sobre el asfalto”
Le comento que su amigo Danilo Petrucci me dijo que ‘Vale’ nunca correría el Dakar “¡porque hay que madrugar mucho!… y a Vale le gusta dormir hasta muy tarde. Me llamaba cada día, y siempre me preguntaba lo mismo: ¿por qué tenéis que empezar tan pronto, joder?”
Rossi cierra los ojos ante mi explicación y susurra “’Petrux’, quale bastardo…”
Pero, desde marzo entendemos porqué el italiano valora ahora tanto las horas para dormir. Especialmente desde que han sido padres de una niña con Francesca Sofia Novello, su pareja: “Es una experiencia fantástica. Giulietta es una niña muy tranquila, aunque tiene su carácter, que demuestra fuertemente… cuando no está durmiendo”.
Tomado de solomoto.es