Crónica de Alae Noctis + Sake Mate + Eclypse en Madrid: Zona de batalla

por admin · 3 febrero 2023

Alae Noctis

La noche, como todas las noches de concierto que se precien, empezó con un retraso considerable. ¿Los motivos? Los desconozco, realmente, pero lo curioso fue la “desaparición” del cantante del primer grupo, Eclypse.

Una vez todo preparado y listos, los murcianos Eclypse desplegaron su repertorio con muchas ganas, comenzando con «A fuego».

Su vocalista se dejó su maltrecha garganta (las faringitis no perdonan) desde el comienzo del show, en un despliegue de agudos y “screams” muy propios del power metal que practican.

Con una alternancia entre versiones («La Momia» de Tierra Santa, o «La batalla de los cueros de vino» de Saurom») y temas propios, fuimos recorriendo clásicos de grupos españoles muy afines a su temática como aderezo a sus canciones originales, en las que pudimos ver un poco de todo, temas propios del power metal patrio, pasando por un tema bastante más grave y contundente e incluyendo un tema lento, «Con el viento», cargado de emoción, dedicado a la memoria de la madre de uno de los componentes.

Eclypse

La clausura de su actuación fue apoteósica, al unir la fuerza de su canción “Desesperación” con la última cover y bis final, “Desátame”, de la increíble Mónica Naranjo, muy bien defendido pese al poderío inherente de la canción.

Los murcianos dieron paso a los madrileños Sake Mate, que, como suele ser normal cuando una banda local se sube al escenario, terminaron de llenar la sala, completando un aforo más que respetable.

Sake Mate

El sonido contundente desde los primeros acordes de los madrileños, con temas como «Pídeme la Luna» o «Escucharás mi voz en el viento», era sólido y potente sin ser estridente, y dotado de un control absoluto entre los instrumentos y la viva voz del cantante (desde el principio los micros dieron problemas y bastantes), mostraron la calidad su rock duro, directo, puro y con una fuerza arrolladora.

El saber estar de su frontman y la experiencia de los músicos solventaron con habilidad los problemas de sonido que les acontecieron durante la primera mitad de su actuación (el técnico de la sala no paro de trabajar para darnos un espectáculo digno en toda la noche).

Un setlist más que extenso (catorce temas poderosos y sin desfallecer, con ejemplos como «De reojo», «Has perdido», «Luz de guía», «Condenado a libertad» o «Palabras huecas») mantuvo a todo el público con un ánimo elevado, coreando temas, con los brazos en alto y dando palmas, agradeciendo el espectáculo ofrecido por Sake Mate.

Finalizaron su noche con el tema “Algo no va bien”, su canción extra, a petición popular, pues el público se negaba a dejarlos ir. Si hay algo que está claro, es el gran estado de ánimo y de forma de esta banda.

Los últimos en subir al escenario fueron los también murcianos Alae Noctis. Su entrada al escenario fue toda una declaración de intenciones: su intro, con sabor genuino a los 80, con toques de sintetizadores (mi oído no es el mejor, pero juraría que partes están tomadas de los afamados álbumes ‘Synthesizer’) enlazó con su primer tema, el demoledor «Starglider», no por su dureza sino por su estilo y ejecución, siendo la parrilla de salida de todo un espectáculo sonoro.

Alae Noctis

Todos sus temas, muy bien escogidos, como «Target Renegade», «Battle Beyond the Stars» o «Captor Borg», nos transportaron a una época donde la música no solo se podía oír, sino también paladear.

El estilo de Alea Noctis es inconfundible, son los 80 puros: rock, sintetizadores, homenajes a las películas de acción de la época y una imagen de su frontman que nos trasladaba de inmediato a ese rincón de la nostalgia, con su música y voz.

Entre canciones largas pero para nada monótonas llega «Win or Die» y desgranan «Rock Machine», «Action Zone» o «Thunder Race», títulos que ya transmiten la acción que se pega a nuestra memoria. Estos temas que fueron su seña de identidad, junto a su calidad como músicos, regalándonos un fin de noche perfecto con «Murder One», tras el que, sin darnos cuenta, habíamos vivido más de cuatro horas de música ininterrumpida, diversión y espectáculo.