Bruce Springsteen cumple 74 años: las cinco mayores locuras de su vida

por admin · 23 septiembre 2023

23 septiembre, 2023 4:29 pm Publicado por Alfredo Villaescusa –

Springsteen durante su último concierto en Barcelona. Foto: Domingo J. Casas.

Tal día como hoy pero de 1949, llegaba al mundo un artista irrepetible que cambiaría por completo la historia de la música y sería considerado “el futuro del rock n’ roll”. Ni el advenimiento del punk ni ningún otro movimiento afectaría lo más mínimo a una infatigable carrera que se ha mantenido durante más de medio siglo. Hablamos, por supuesto, de Bruce Springsteen, que cumple 74 años, y Alfredo Villaescusa rebusca en los archivos hasta dar con las cinco mayores locuras de su vida.

La ira es energía

Ya cantaba John Lydon (Sex Pistols) en “Rise” de Public Image Limited aquello de que “la ira es energía” y lo cierto es que en un capítulo concreto de la historia del Boss esto se cumple bastante. El icónico frontman mantuvo una pelea con su mánager y productor, Jon Landau, por las imposiciones de las discográficas, pero eso le inspiró para componer uno de sus mayores hits en una sola noche.

Durante las sesiones de composición de su laureado álbum ‘Born In The U.S.A.’, su representante le advirtió que entre el listado de canciones presentadas no había ningún single potencial que pudiera reproducirse a mansalva en las radios. Con un cabreo considerable, Bruce volvió al hotel donde se hospedaba en la ciudad de Nueva York y en solo una noche compuso “Dancing In The Dark”, un grito contra las exigencias de la industria del sector y que ponía fin a ese aislamiento voluntario al que se había sometido tras el furor provocado por el trabajo ‘The River’.

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Dicho tema poseía melodías bailables, e incluso se anticipó en el uso del sintetizador que se volvería habitual poco tiempo después. Toda una lección de cómo guardar el equilibrio entre convertirse en un personaje querido por el público y la necesidad de imponer su sello frente a las injerencias externas.

El himno de los nacidos para correr

Que alguien nos diga que no es una auténtica locura siquiera contemplar la posibilidad de que una canción de tu catálogo acabe convertida en himno del estado que te vio nacer. Eso mismo le pudo haber sucedido al Boss con “Born To Run” tras publicarse un artículo en el que se afirmaba que el estado de Nueva Jersey andaba a la búsqueda de un himno.

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La presentadora de radio, Carol Miller, con un programa en la emisora WPLJ-FM de Nueva York, propuso a los directivos de la cadena que “Born To Run” podría transformarse en la canción emblema de Nueva Jersey, puesto que era de las más solicitadas por los oyentes. La propuesta llegó al Senado, pero se desestimó, puesto que se interpretó que su letra hacía más referencia a abandonar el estado que a un genuino amor por él. Una mera cuestión de punto de vista.

Los másteres que acabaron en una piscina

Los artistas a menudo suelen tener una percepción bastante diferente de sus propios trabajos o canciones y Bruce Springsteen no es una excepción en este aspecto. A punto de estrenar el álbum ‘Born To Run’, el músico decidió cometer una locura que parecerá increíble a la mayoría de sus fans. Tiró los másteres a una piscina tras escuchar el resultado final y no terminar plenamente convencido.

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En una entrevista para Rolling Stone, explicaba así los motivos: “Siempre he tenido una actitud algo ambivalente hacia… ¿a qué tenía miedo? Al cambio, no sé. Estaba en un momento en el que la música que hacías definía toda tu identidad y acababas muy metido en ella e invertías mucho. Parte de lo que hizo tan bueno el disco fue que fuimos hacia extremos en la estructura y lo compusimos y lo tocamos de una manera tan detallada que casi nos acabamos volviendo locos. Lo cierto es que no lo escuché durante casi 20 años y, hace poco, lo volví a oír -porque íbamos a remasterizarlo- y me quedé impresionado. Ha aguantado muy bien porque lo construimos y estructuramos como un tanque. Era indestructible y vino de una enorme cantidad de tiempo que pusimos en él, de una forma poco sana, casi obsesiva”.

Springsteen achacaba el rechazo inicial al álbum a un sentimiento de vulnerabilidad: “Parte de los motivos (por los que tiré el máster a la piscina) fueron que tenía miedo de sacarlo y decir, sin más: “Este soy yo”, por todas las razones por las que la gente tiene miedo de exponerse y salir ahí fuera. Esto es lo que soy, esto es todo lo que sé, esto es lo mejor de mí, hasta aquí llego ahora mismo”.

El Boss y Jon Bon Jovi mano a mano

No hace mucho recordábamos lo increíble que resulta que una banda callejera se ponga a hacer versiones y justo el cantante original se encuentre enfrente. Algo parecido le sucedió al vocalista Jon Bon Jovi cuando conoció por primera vez a Bruce Springsteen.

Springsteen era una estrella mundial cuando Jon Bon Jovi comenzaba a dar sus primeros pasos en el mundo de la música. No sorprende que el segundo considerara al primero una especie de hermano mayor, por lo que recordaba así en una entrevista para Apple Music el momento en el que ambos coincidieron encima del escenario.

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Estas eran sus palabras: “Estaba en la escuela secundaria, tenía 17 años y estábamos tocando una de sus canciones. Entró en el bar, se fue derecho al escenario, se subió y cogió el micrófono que estaba a mi lado. Esa fue la primera vez, imagínate pasar de emular a tus héroes a compartir saliva en el micrófono”. Seguro que no se le olvidará en lo que queda de vida.

Me sobran temazos

Hubo un momento a finales de los setenta en el que la reputación de Springsteen como compositor estaba tan consolidada que no dudó en ofrecer material para ayudar a otras bandas. En este aspecto, tenemos múltiples ejemplos, desde los más conocidos, como “Because The Night” de Patti Smith, que acabó convirtiéndose en un tema bandera de la poeta laureada del punk, a ese “Hungry Heart” compuesto inicialmente para Ramones que Bruce se acabó quedando para sí por consejo de su productor y mánager, Jon Landau.

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Pero no fueron los únicos regalos, pues el Boss cometió otras locuras como ceder a The Pointed Sisters “Fire” en 1979, una pieza que por aquel entonces era inédita, o hasta cuatro composiciones, entre ellas “The Fever” o “Hearts of Stone”, a su compatriota Southside Johnny & the Asbury Jukes. Y a Gary U.S. Bonds, uno de sus héroes de juventud, le sacó de las catacumbas con la fantástica “This Little Girl”. Entregar un temazo así por la cara sí que parece una locura de las de verdad.