Qué fue de Sete Gibernau, el español al que Valentino Rossi barrió de MotoGP por denunciar sus trampas
Sete Gibernau fue un grande entre gigantes en el mundo del motociclismo. De los 55 títulos mundiales que tiene España, ninguno lleva su nombre. Es otro de esos reyes sin corona, más o menos como Dani Pedrosa. La afición llegó a vitorear con fuerza su nombre.
A sus 51 años, Gibernau está fuera de las carreras de moto. Pero no descolgado de ellas. Alejado del foco mediático, su actividad es prácticamente desconocida, más allá de varios cursos de pilotaje privados que acoge en su circuito.
Gibernau está metido en una aventura tecnológica
Lo que muchos no saben es que Sete Gibernau nació en una familia motera. Paco Bultó, fundador de Montesa y Bultaco, era abuelo del rubito chaval. De casta le viene al galgo; salió aficionado a las dos ruedas. Empezó en motocross y trial, pero no tardó en volar en velocidad. Allí atrajo la atención de muchos.
Su gran oportunidad vendría en 250 cc, cuando todavía era 250 cc y no Moto2. Despuntaba, y es por eso que no tardó en saltar a la categoría reina, los 500 cc. Eso vino después de dar sus primeros pinitos en los últimos GPs de 1996. Unos meses después correría con una Yamaha en el equipo de Yamaha, donde llegó a ser sexto.
No era malo. El piloto llegó a despuntar tanto que fue el tercer piloto del Repsol Honda, y en el ’98, llegó su primer podio en el Jarama por detrás de Checa y Norick Abe. Pero le faltó algo. Así que se fue a Suzuki, y con ellos consiguió su primera victoria en Valencia ’01.
Pero sus mayores éxitos no llegarían con un equipo oficial. A lo Jorge Martín, fueron con un equipo satélite: el de Fausto Gresini el apoyo de Telefónica-Movistar y Honda. Y llegó en un momento clave: reinaba un sobrado Valentino Rossi que ganaba a todos sin despeinarse los rizos.
Su pugna vestido de azul contra Valentino Rossi fue épica. Lo que parecía una aparente amistad se acabó convirtiendo en una enemistad manifiesta en pista y fuera de ella. ¿El problema? Sete era bueno, pero en una moto satélite. Y Honda no quería sacrificar al equipo oficial. En definitiva, que no tuvo la mejor moto de la parrilla.
Con todo en contra, Sete se alzó con dos subcampeonatos y ocho victorias. Sabía que podía ganar. Y llegó 2005. En el arranque de temporada en Jerez, Rossi le robó la victoria con una más que dudosa acción. En la última curva, Rossi metió la moto a Gibernau con todas las consecuencias. Después de aquello, vino el bajón de Sete. Acabó mal, y en Ducati no mejoró.
De hecho, su pugna contra Rossi llegó tan lejos que el ’46’ le dedicó una de sus particulares celebraciones con una escoba. El equipo de Sete, el Gresini, reclamó a Dirección de Carrera porque Rossi y Biaggi estaban el sábado por la tarde haciendo rueda con un scooter en el lugar de parrilla en el que salían el domingo. Al terminar el GP, Rossi le dedicó esta imagen.
El día 8 de noviembre de 2006 anunció su retirada oficial del motociclismo, rechazando una oferta de Kawasaki para continuar un año más en MotoGP. Stoner sería su sustituto en Ducati; y ganaría el mundial. ¿Podría haber sido Sete? Podría.
Poco después, en 2007, se casaría con la modelo Esther Cañadas. Justo un año después, se separarían de mutuo acuerdo. Entre tanto, sonaron rumores de un posible regreso al mundial con Ducati para sustituir a Melandri. Lo conseguiría en la temporada 2009 con un equipo privado, Ducati Onde2000, con Gelete y Pablo Nieto a la cabeza. Ni siquiera llegó a terminar la temporada, y se quedó sin moto en Sachsenring.
Entre tanto, Sete tiene una finca en Forallac, un municipio español de la provincia de Gerona, en la comunidad autónoma de Cataluña. En la parte trasera de ella construyó un circuito en el año 2008, y desde entonces, acoge varios cursos de pilotaje privado a lo largo del año. Es, por el momento, una de sus actividades conocidas.
Volvió a hacer un amago y lo cumplió: se subió a las MotoE eléctricas por un breve período de tiempo. Una temporada que no salió del todo mal, y en la que llegó a ser competitivo. Pero quería «pasar más tiempo con su familia».
Fuera de las pistas, y tal y como revela El Nacional, Gibernau es un emprendedor tecnológico. Ha constituido la empresa Metaenjoyworld en compañía de un socio para dedicarse a la consultoría en informática. Un año antes entró en el capital del desarrollador ‘All in Biking’.
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Tomado de https://www.motorpasionmoto.com/
