Avistamientos Old School: Yamaha Maxim 650 de 1980
Uno sale una tarde a dar un paseo por la urbanización y de repente, a lo lejos, diviso una montura que a priori, parece ser una Yamaha SR250, pero nada más lejos de la realidad. Conforme me voy acercando a la susodicha y tras una primera inspección ocular, me percato que, esos cuatro “perolos” que brotan de la doble cuna tubular de su chasis, nada tienen que ver con la conocida custom ciudadana que durante 20 temporadas disfrutamos en nuestro país.
Tras una vuelta de reconocimiento atisbo a leer en uno de sus laterales Maxim 650 y me digo para mis adentros, ¿Qué coño es esto? La duda se me despeja automáticamente al comprobar que porta matrícula extranjera, por lo que muy probablemente sea propiedad de alguno de los guiris que reside aquí, de los muchos que viven por esta calurosa zona del sureste peninsular.
Mi primera reacción ante tal monumento es echar mano a mi vetusto smartphone y sacarle un par de fotos, a pesar de que esta luce una gruesa capa de suciedad fruto de estar, a priori, bastante tiempo arrumbada en la calle. Posteriormente, y casi de manera automatizada, se las paso al primero que siempre se me viene a la mente cada vez que doy con un hallazgo de este tipo, mi jefe. Y este, que me conoce a la perfección, me dice “podríamos sacar algo sobre el modelo, ¿no?” Dicho o hecho.
Así que aquí está un servidor tecleando estas líneas sobre la desconocida Yamaha Maxim 650 (XJ650 Maxim en algunos mercados), al menos en nuestro país. Una motocicleta que además tuvo dos versiones posteriores en forma de Maxim 700 y 750. Esta última con refrigeración líquida, al contrario de las dos primeras que emplean sistema por aire. De igual forma, las dos generaciones posteriores a la Maxim 650 contaban con un diseño más tipo “Macho-Bike”, tan de moda a mediados de los 80.
Recordemos que por aquel entonces modelos como la Honda Magna 700 y 750, triunfaban entre los apasionados de los custom. De algún modo, la filosofía que ofrecía inicialmente la Maxim 650 se diluía un poco con las dos variantes siguientes a esta. En cualquier caso, centrándonos en el modelo originario, según cuentan las crónicas de la época “La Maxim 650 fue impactante, controvertida, sensacional y un éxito rotundo en los concesionarios.”
Yamaha Maxim 650 en detalle
Sucesora directa de la XS Special de 1978, la nueva Maxim 650 era presentada en sociedad en la temporada de 1980. La idea de la firma nipona era ofrecer una custom con carácter sin perder ese halo clásico del segmento. Para ello instalaba en esta una mecánica tetracilíndrica de 653 cc refrigerada por aire, con 8 válvulas en culata y alimentada por una batería de carburadores Hitachi de 32 mm. Esta, a su vez, quedaba sincronizada con una caja de cambios de 5 relaciones.
Otros datos significativos en este apartado técnico eran por ejemplo el contar con una transmisión por cardan, o llevar anclado el alternador por detrás de los cilindros y encima de la propia caja de cambios. Así mismo, su depósito de combustible podía albergar hasta 13 litros de gasolina con los que era posible recorrer unos 260 kilómetros entre repostajes.
Yamaha declaraba para entonces una potencia final de 71 CV a 9.400 rpm y 57 Nm de par máximo a 7.500 vueltas. Con esta caballería disponible, la Maxim 650 lograba flirtear con los 200 km/h de velocidad punta, recorriendo los primeros 400 metros desde parado en 12,6 segundos. Sin duda toda una declaración de intenciones, dejando claro que, independientemente de su imagen, era capaz de sacarle los colores a más de uno de los modelos coetáneos considerados de corte deportivo.
Además, la parte ciclo lograba estar a la altura de las circunstancias gracias a disponer de un chasis tubular de acero de doble cuna, freno de disco delantero o una horquilla telescópica frontal por aire de 26 mm. Detrás encontrábamos una pareja de amortiguadores laterales Kayaba regulables hasta en 5 posiciones, y un tambor encargado de la frenada del eje posterior.
Por último, sendas llantas de aleación de 19 delante y 16 pulgadas detrás, con un llamativo diseño en turbina, completaban el despliegue empleado por la firma nipona en su parte ciclo. En el plano de cotas, la XJ650 Maxim paraba la báscula en poco más de 200 kilos, con un asiento del piloto colocado a solo 744 mm, lo que la hacía una montura razonablemente manejable y apta para pilotos de tallaje diverso.
Eso, unido a una lograda ergonomía y el buen tacto que ofrecían sus mandos, la convertían en un modelo muy versátil para trayectos de todo tipo, tanto con uno como con dos pasajeros. Cycle World dijo de ella:
“Otras compañías han producido imitaciones espectaculares de la Maxim 650, imitaciones que adolecen de exceso. Es una lástima que la Maxim quedara en el olvido cuando los fabricantes inundaron el mercado con cruisers. Una década después, la Maxim bien podría ser un auténtico clásico de los 80: una idea brillante que resistió el paso del tiempo.”
La Maxim 650 estuvo presente en diferentes mercados durante cuatro temporadas, dando paso posteriormente a la citada versión de 700 cc. Para 1982 introdujo algunas mejoras significativas como horquillas delanteras con asistencia neumática, y según detallan desde el foro especializado XJ Bikes:
“Los modelos Maxim de 1982 en adelante usan motores YICS (Yamaha Intake Control System), lo que significa que la apariencia y el texto de las tapas laterales (y la tapa de válvulas) difieren. Las tapas laterales son intercambiables (a pesar de las diferencias de texto y apariencia); las tapas de válvulas, no.”
Dicho todo esto, no hay duda de que la XJ650 Maxim marcó una época para los amantes de las custom japonesas con carácter y personalidad propia. En la actualidad, encontrar a la venta una Maxim “seis y medio” en nuestro país (o cualquiera de las otras dos versiones) es prácticamente imposible, ya que el modelo no se comercializó dentro de nuestras fronteras.
En naciones vecinas, como es el caso de Francia o Alemania, sí que podemos dar con algún ejemplar, principalmente de las dos generaciones posteriores a este modelo inicial. Lo mismo esta tarde, cuando salga a dar mi paseo rutinario de cada día, y pase de nuevo por la zona donde lleva aparcada demasiado tiempo esta bonita Maxim 650, le dejo al dueño una nota cogida al manillar con el siguiente texto:
“Aquí un petrolhead enamorado de todo aquello que tiene ruedas, huele a viejo y goza de personalidad propia. Estaba pensando en que podrías darme en adopción a esta belleza con falta de un poco de cariño…” Por probar que no quede, ¿no?
Tomado de https://soymotero.net/