La Yamaha R1 no estaba muerta. Hay una patente que dice que va a revivir, y con aerodinámica a lo Fórmula 1
La Yamaha R1 puede haber desaparecido del catálogo europeo como moto matriculable, pero eso no significa que la marca haya tirado la toalla. Todo lo contrario. Una nueva patente muestra que la R1 está muy viva en los laboratorios de Iwata, y que su futuro podría ser más aerodinámico y eficiente que nunca.
Yamaha ha registrado un sistema de aerodinámica activa que podría marcar un antes y un después en el diseño de las superbikes. La idea no es nueva en el mundo del automóvil (BMW, por ejemplo, lleva años usando compuertas móviles en las calandras para mejorar la eficiencia), pero sí lo es en motos.
¿Vuelve la Yamaha R1 a producción para la calle? Puede
¿De qué se trata la idea? Pues de unos conductos laterales de escape del aire caliente del radiador que se abren o cierran automáticamente en función de las necesidades del motor… y del viento.
La clave está en no comprometer la refrigeración cuando no hace falta, y a cambio, mejorar la penetración aerodinámica. Dicho de otra forma: cuando la moto no necesita tanto flujo de aire para enfriar el motor, esos conductos se cierran y el aire fluye mejor por los laterales del carenado. ¿Resultado? Menos turbulencias, menos resistencia y más velocidad.
El sistema utiliza alerones internos móviles (tipo persiana) accionados por pequeños motores paso a paso. Todo controlado por la ECU, que calcula el ángulo ideal según la velocidad, la temperatura del motor, la posición del acelerador, la temperatura exterior y hasta la temperatura del catalizador. Este último detalle no es casual: mantener el catalizador en su rango óptimo ayuda a reducir emisiones, un punto clave para que la R1 vuelva a circular legalmente por Europa.
La patente contempla dos variantes: una con una única salida variable por lado, y otra con doble conducto para afinar aún más el equilibrio entre refrigeración y eficiencia. El sistema incluso puede priorizar el rendimiento por encima del enfriamiento durante aceleraciones a fondo, cerrando los conductos temporalmente para optimizar el flujo de aire alrededor del carenado.
La lógica es evidente: a más velocidad, más importancia cobra la aerodinámica. Y en una moto deportiva moderna, cada décima cuenta. Si encima puedes ganar también en consumo y emisiones, el paquete se vuelve muy interesante tanto para los ingenieros como para Bruselas.
Aunque Yamaha no ha anunciado oficialmente una nueva R1 para calle, este tipo de desarrollos indican que la marca no ha abandonado a su icónica superbike. Puede que la siguiente generación aún tarde en llegar, pero cuando lo haga, lo hará con soluciones de este calibre. Porque la R1 no está muerta. Está mutando.
Imágenes | Yamaha
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Tomado de https://www.motorpasionmoto.com/
