Mototurismo: Kilómetros de historia, mar y Sol; la Baja en la Benelli TRK 502
Hola, amigos de Revista Moto, aquí su motorrutero de confianza, Alex Lara. Ya todo listo para platicarles de mi paso por la Baja a bordo de la Benelli TRK 502 en esta entrega de Mototurismo.
Muchas cosas que contar, grandes fotos para el recuerdo, pero, sobre todo, una invitación para que tú, que me lees, hagas lo propio y un buen día te encuentres rodando tus propias rutas.

Fue una noche calurosa, predecible. Recuerdo que los asientos del ferry eran cómodos, al menos los del anterior a este viaje. Tal vez se sintieron más cómodos porque ya llevaba más de 5,900 km rodando, y ahora apenas llegué a los 1,000.
Por momentos, el calor me despertaba. El aire acondicionado marcaba los 22 grados, pero mi cuerpo percibía aún más calor. Me limpiaba el sudor y me volvía a dormir. El vaivén del ferry ayudaba a conciliar el sueño otra vez. La noche y la madrugada pasaron rápido. Me recordó las noches de hospital que pasaba con mi padre.

Son las 6:21 horas. Por los ya de por sí pequeños portillos se alcanzan a ver unas luces amarillentas: el amanecer que está por salir desde el Mar de Cortés. A pesar de que dormimos, no descansamos, pero el ánimo contrarresta las dificultades. Un viento frío acaricia mi frente. Estoy a unos cuantos minutos de bajar del ferry, de iniciar la Baja y comenzar a rodar. Me quedo unos minutos apreciando cómo sale el Sol. Disfruto el momento y lo atesoro, no sólo en la memoria de mi cámara.
Pasear en ferry es una experiencia que sí o sí se debe vivir. Escuchar y ver una estructura tan grande que almacena otras máquinas de gran tamaño te da otra perspectiva. Saber que vas en tu moto, y que esta ocupa apenas una décima parte del espacio, te hace sentir lo pequeños que somos.

Estoy en La Paz. No he tardado más de hora y media en bajar del ferry. Decido visitar una cafetería que me agrada mucho, donde las chapatas y el café son muy sabrosos. La Paz ha sido una ciudad donde, al llegar, sé que es mi último punto a visitar de la Baja. Hoy eso es diferente. No llevo prisa. Debo llegar a Loreto y disfrutar de la ruta. Si bien la TRK 502 ya aflojó el motor desde Fresnillo, quiero ver cómo se comporta en estos primeros kilómetros.
La carretera 1, la Transpeninsular, es un tramo complejo, aburrido, demandante y, al mismo tiempo, entretenido por el paisaje. Complejo porque hay rectas y curvas en bajada donde es fácil entrar con mayor velocidad. Aburrido por tratarse de una de las carreteras con la recta más larga. Demandante porque debes prestar atención a los diferentes caminos y no confiarte. Y entretenido por todas estas vicisitudes, el paisaje y el sentido sur a norte, que, a mi gusto, permite ver otro tipo de Baja. Recomendación: hacer la Baja de sur a norte.

Visitamos la Misión de Loreto, una de las primeras en llegar a través de la orden jesuita. Es considerada la madre de todas las misiones californianas, y no es difícil entender por qué. Si hoy en día, con carreteras y acceso, puede ser complicado llegar, imaginen en 1697 la tarea titánica que fue para esta orden.
A gusto personal, Loreto es el lugar ideal para iniciar la Baja Sur. Los Cabos está bien si vas en plan de fiesta; La Paz baja de intensidad, ideal para disfrutar de su malecón; pero Loreto te envuelve con su aspecto natural y arquitectura colonial española y mexicana, un pequeño punto de la Baja que remonta a otros tiempos.

Mi segundo día de ruta en la Baja es aún más relajado. Encontré un buen lugar donde descansar y preparar la ruta. Si bien es mi tercera incursión a esta grandiosa península, es la primera en sentido sur a norte, y está siendo mejor que las otras, sin duda. Ahora me dirijo hacia las playas de Santispac, Requesón, El Burro, entre otras. Estos puntos de la Baja son ideales para meterse al mar, refrescarse y descansar en sus aguas cristalinas y confortables.
Después de un rato de playa, nos dirigimos a Guerrero Negro. Este tramo es de los más importantes después de estar en La Paz. A nuestro paso tenemos Santa Rosalía. En dicho lugar vas a encontrar una construcción que se relaciona con la Torre Eiffel, o al menos con su creador. Aunque puede tratarse de un error, hay críticos que aseguran que la iglesia no es autoría de Gustave Eiffel, sino que, debido a su popularidad, todo lo realizado en “metal noblemente labrado” solía atribuírsele. Incluso hay una placa que asegura la autoría del famoso arquitecto.

El camino sigue y debemos pasar por la Cuesta del Infierno. Cuando vienes de norte a sur, al terminar una curva se asoma el Mar de Cortés. Ahora, al ir en sentido contrario, solo podemos ver cómo dejamos el mar en el espejo. Sin embargo, lo que sí podemos ver de forma imponente es el volcán Las Tres Vírgenes. Cada que lo veo, me inmuto, y las ganas de dejar todo e ir hacia ese lugar son muy altas. Debo llegar a Guerrero Negro, pero en mi siguiente visita me daré el tiempo para entrar a Las Tres Vírgenes.
El viento particular de la zona de Guerrero Negro, y el ahora estar en el Pacífico, me reciben inclinando la moto a más no poder. Voy luchando por no acostar la moto y, al mismo tiempo, acelero para reducir el efecto del viento. Por si fuera poco, la gasolina está a punto de acabarse. Bajo la velocidad y me doy cuenta de que llevo más de 420 km sin repostar. Punto para la TRK 502.
Nuevamente encuentro un buen lugar para descansar. Reviso algunas cosas de la moto, acomodo el equipaje, limpio y lubrico la cadena. Al día siguiente me esperan las salineras.

La salinera, como tal, no es un lugar turístico, aunque hay recorridos para conocerla y apreciarla. Sin embargo, hoy lunes está cerrada por vacaciones. Me dirijo a otra parte, le dicen Los Amargos. No tengo todo el pedazo de chocolate, pero sí me quedo con una pequeña porción, y qué porción. Este lugar está siendo mágico, transmite paz y me pone a pensar en el viaje, a dónde quiero ir y a dónde quiero llegar. Para mí, hasta este punto, el viaje ya valió toda la pena.
Con este punto cerramos el tramo de la Baja Sur. Espera en nuestro siguiente número el paso por la Baja Norte y cómo, a partir de este punto, decidimos rodar de Tijuana, Baja California, hasta Mérida, Yucatán.
Nos vemos en el camino.
Para saber más sobre la motocicleta de este viaje, visita benelli.com.
Podría interesarte: Kilómetros que unen: De Guadalajara a Puerto Vallarta con VIP Ocho y Medio, y BMW Motorrad Vanguardia
¡Reacciona a nuestra nota!
¡Felicidades!
¡Felicidades!
Me enoja
Me enoja
Me encanta
Me encanta
Me gusta
Me gusta
¡Esto arde!
¡Esto arde!
Me divierte
Me divierte
#LargaVidaalMotociclismo #BikerSonora #SonoraRiders #MotociclismoyRocknRoll #Motociclismo #MotociclistasdeMexico #Rock #Siguenos #Rodadas #México #Sonora #Arizona #Nogales #Navojoa #Obregon #Guaymas #Empalme #AguaPrieta
Tomado de https://revistamoto.com/wp_rm/feed