¿Por qué conformarse con 4 cilindros pudiendo tener 9 y de dos tiempos? La historia de la Kawasaki de Whitelock
Ahora mismo, lo normal en el mercado es que nos encontremos como motos desde uno a seis cilindros. Pero en su momento Simon Whitelock creó una Kawasaki a la que le puso, ni más ni menos que nueve, y a la que llamó Triple-Triple y sí, es tan locura como parece aunque al final te contaremos otras que todavía fueron más.
Para crear la Triple-Tripe con sus nueve cilindros en W y que es de dos tiempos, Whitelock recurrió a tres motores de la Kawasaki KH 250 de los años setenta. Partiendo de esos motores, que eran tetracilíndricos en línea, comenzó un proyecto que 1.000 horas después, terminó dando como resultado una de las motos más extravagantes que uno puede imaginar.

Y es que una cosa era trabajar en la idea y otra ponerla en marcha. Para ello tuvo que acoplar los tres motores mediante engranajes frontales rectos. Con ello no alteraba la disposición de las muñequillas del cigüeñal ni los intervalos de encendido cada 120 grados. Una tarea ardua para crear un motor final que cubicaba casi 750 centímetros cúbicos (747 para ser exactos), y que ofrecía una potencia total por encima de los 75 CV.
No era ligera, ni práctica, pero la moto de Simon Whitelock funcionaba de verdad
No hay que olvidarse que estamos ante una máquina de dos tiempos y esa potencia con un chasis de juguete y un peso de unos 220 kg no era para tomarlo a broma. De hecho, partiendo de un chasis también de KH que tuvo que alargar y ensanchar. Además, eligió la caja de cambios de una KH 500, que podía asimilar mejor la potencia que las de las pequeñas 250.
Lo mejor de todo es que la moto llegó a funcionar, aunque el propio Whitelock confirmaba que no era fácil de conducir. Tanto como para estimar que tendría una velocidad máxima cercana a los 200 kilómetros por hora.

Pues bien, aunque este invento del señor Simon pueda parecerte una locura, en realidad no lo es. Tiempo después construyó un motor de siete cilindros en línea y un motor de 48 cilindros, ambos dos tiempos. Sin duda unas creaciones peculiares y con poco sentido práctico pero que demostraban un gran ingenio por parte de Whitelock.
Tomado de https://soymotero.net/