Historias sobre ruedas: emprendedores que transforman su vida con ITALIKA

En distintas ciudades del país, las motocicletas han dejado de ser solo un medio de transporte para convertirse en una aliada indispensable de miles de emprendedores. Les permiten trabajar, desplazarse y alcanzar la independencia económica que tanto anhelan.
Desde tacos de canasta que recorren las calles hasta pan recién horneado o refrescantes cocos junto al mar, estas son algunas historias reales de quienes, sobre dos ruedas, han encontrado el motor para hacer crecer sus proyectos.
Lizbeth Morales, ama de casa y emprendedora, sabía que quería vender tacos de canasta, dulces y refrescos sin depender de un local fijo. Consideró usar una bicicleta, pero el esfuerzo físico y la incomodidad al pedalear pronto la hicieron buscar otra opción. Así llegó su motocicleta ITALIKA, que no tardó en convertirse en su mejor compañera de trabajo. Con ingenio, Lizbeth la adaptó: colocó una sombrilla desmontable en la parrilla para protegerse del sol, instaló una hielera portátil debajo del asiento —que además sirve de respaldo para sus dulces— y organizó un espacio flexible para llevar todo lo necesario.
“Gracias a la moto puedo vender en cualquier lugar y moverme cuando lo necesite”. Hoy su familia continúa con las ventas en diferentes motocicletas alrededor de la Ciudad de México, ampliando el negocio y llegando a más personas. Lizbeth adquirió a crédito su primera motoneta con la intención de contribuir a la economía familiar, y ahora su idea se ha convertido en un gran emprendimiento.
En Veracruz, Antonio Mendoza también encontró en una moto la solución para impulsar su negocio. Con su ITALIKA FT180 recorre la carretera principal entre Veracruz y Xalapa, una ruta con constante movimiento de personas. Adaptó una canasta para transportar sus deliciosos volovanes y, gracias a que su moto consume poca gasolina, puede mantener su recorrido diario sin inconvenientes.
Al igual que Lizbeth, la compró a crédito, lo que le permitió arrancar su proyecto sin descapitalizarse y con la confianza de contar con una herramienta de trabajo confiable.
En el negocio familiar de Eduardo Valadez, las motocicletas son parte esencial de la operación. En 2010 comenzaron con una unidad para repartir pan, y hoy cuentan con una flotilla de 18 que trabajan los siete días de la semana. Han probado distintas marcas, pero asegura que ITALIKA ha demostrado mayor durabilidad y resistencia al ritmo de trabajo.
“No fallan y nos permiten llegar más rápido y más lejos, entregando el pan caliente directamente a nuestros clientes”, afirma.
Más al norte, en Mazatlán, Sinaloa, José Alfredo González inició la venta de cocos durante la pandemia, buscando una alternativa para generar ingresos en un momento de incertidumbre. Antes de dar el paso, consultó a amigos y conocidos sobre qué moto comprar, y la respuesta fue unánime.
Desde entonces, su motocicleta ITALIKA lo acompaña cada día, recorriendo distintos puntos para ofrecer su producto donde hay más clientes. Aunque ya tiene varios años de uso, asegura que sigue funcionando como el primer día.
Historias como las de Lizbeth, Antonio, Eduardo y José Alfredo muestran que, en manos de emprendedores, una motocicleta puede convertirse en mucho más que un vehículo. Es una herramienta que abre caminos, amplía horizontes y permite que las ideas avancen sobre dos ruedas.
ITALIKA, el motor de tu vida.
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