Moto del día: Rieju RS2 50

La Rieju RS2 50 fue una apuesta de la firma española para ofrecer una opción al poderío italiano en el segmento del ciclomotor deportivo, donde campaba a sus anchas la Aprilia RS50 y, a la cola, la Yamaha TZR 50. Era un segmento que no acaparaba muchas ventas, las motos eran de las más caras entre las 50, pero tener una deportiva con carenado y aspecto de moto grande era un sueño para muchos chavales.

El segmento de las motos deportivas “de 50”, era como hablar de Superbikes para usuarios de 14 y 15 años. Tener una deportiva a esas edades era como ser Rey del barrio y daba un caché que bien valía lo que costaba la moto y las incomodidades que escondía, pues no olvidemos que los ciclomotores, por mucha pinta de moto deportiva que tuvieran, eran vehículos puramente urbanos. El caso es que ese caché no solo afectaba a quién se ponía a los mandos, la marca ganaba peso entre los chavales que, quizá, más adelante se convertirían en motorista.

Rieju buscaba eso, una cantera de usuarios y para ganarse a la chavalería, nada mejor que una deportiva. Sin embargo, allá por 2002, cuando apareció la Rieju RS2 50, las ventas de motos en España estaban de capa caída por culpa de una escalada de precios en los seguros espectacular. Fue una época complicada, con un descenso de las ventas de motos de un 7,8% y de ciclomotores de nada menos que un 29%. Era casi imposible asegurar una moto a menores de 25 años.

Aun así, la Rieju RS2 50 buscaba repetir los mismos éxitos de aceptación y ventas que tuvo la RS1 con el mismo concepto, es decir, una deportiva de diseño agresivo, pero técnicamente sencilla para no resultar demasiado cara. Por ejemplo, la horquilla hidráulica era de tipo convencional, mientras que la suspensión trasera no tenía regulación. Los frenos recurrían a un rotor en la rueda delantera y el motor era el conocido Minarelli AM6 con 49 centímetros cúbicos y ciclo dos tiempos, que rondada los cuatro o cinco caballos.

No era la moto más rápida del segmento, ni tampoco la de mayores hechuras, eso se lo reservaba para sí la Aprilia RS50, pero, sin embargo, si presentaba una buena planta, lo suficientemente buena como para ganar el premio de la Motorcycle Design Association en 2004, en la categoría de menos de 200 centímetros cúbicos. En cuanto a prestaciones, la limitación de la normativa a 45 kilómetros/hora era fácil de saltar, lo que permitía rondar una velocidad máxima de unos 90 kilómetros/hora en las mejores condiciones.