Adiós a los precios de lujo: Suzuki rompe el mercado de las SBK con su nueva bestia de 192 CV

Llevábamos tiempo esperando este momento y por fin parece que la espera ha merecido la pena. En Hamamatsu han decidido que su legendaria saga GSX-R no merecía morir en el olvido de las normativas europeas y ha traído de vuelta a su buque insignia. Lo mejor de todo es que no vuelve de cualquier manera, sino dando un golpe sobre la mesa donde más duele a la competencia: en el bolsillo. La nueva Suzuki GSX-R 1000 2026 está a la vuelta de la esquina y su precio promete ser un auténtico dolor de cabeza para el resto de fabricantes.
Todavía estamos a la espera de que Suzuki España suelte la cifra oficial, pero nuestros vecinos italianos ya han abierto la veda. En Italia se ha confirmado un PVP de 20.490 euros. ¿Qué significa esto para nosotros? Pues buenas noticias. Históricamente, la filial española ajusta los precios casi al milímetro con respecto a Italia, a menudo incluso un pelín por debajo. Viendo la estrategia con la GSX-8S o la GT, donde las diferencias son mínimas, todo apunta a que aquí podríamos verla etiquetada en unos 20.199 euros aproximadamente.
Para que os hagáis de esta cifra, echad un ojo a lo que piden los demás. El segmento de las mil se había vuelto un club de lujo casi inaccesible. Si quieres una Kawasaki ZX-10R tienes que soltar 22.650 euros, y si te vas a por la Honda Fireblade la broma se va a los 25.500 euros. De las europeas mejor ni hablamos, con la Ducati Panigale V4 disparada por encima de los 32.000 euros. Suzuki ha decidido jugar a la contra y ofrecer una Superbike a un precio terrenal.
Incluso la Yamaha R1, que ahora ha quedado relegada exclusivamente a su uso en circuito bajo la denominación ‘Race’, cuesta más de 20.600 euros y no la puedes sacar a la calle. La Gixxer, en cambio, llega con todas las de la ley, matrícula incluida y homologada para la Euro5+.
Hablemos de lo que trae, porque coincide con el 40 aniversario de la familia GSX-R. La marca ha simplificado el catálogo y se ha cargado la versión básica. Aquí hemos venido a jugar, así que solo llegará a los concesionarios la variante «R», la pata negra. Es una moto que mantiene la esencia de siempre pero puesta al día para sobrevivir a las restricciones medioambientales sin perder su carácter.


Bajo el carenado ruge el conocido tetracilíndrico de 999 cc, que ha pasado por una revisión interna bastante seria. Bielas, cigüeñal, pistones y una compresión que sube a 13,8:1 son los culpables de que este motor siga vivo y coleando. Declara 192 CV a 13.200 rpm. Sabemos lo que estáis pensando: «le faltan caballos frente a las europeas». Es cierto, no busca el récord de potencia máxima, pero Suzuki siempre ha presumido de ofrecer motores llenos, aprovechables y, sobre todo, rocas fiables.
La parte ciclo es otra declaración de intenciones. Mantenemos el chasis de doble viga de aluminio que tan bien funciona, pero ahora vestido con tecnología heredada directamente de las 8 Horas de Suzuka. Los nuevos alerones de carbono no están de adorno: están fabricados en Japón y generan carga real para mantener la rueda delantera pegada al suelo. A nivel de suspensiones, Showa sigue al mando con la horquilla BFF y el amortiguador BFRC, garantía de calidad.
Donde la moto pedía a gritos una actualización era en la electrónica, y ha llegado. Por fin tenemos una IMU de seis ejes gobernando el conjunto. Esto habilita virguerías como el control de tracción predictivo ‘Roll Torque Control’ (que ya estrenó la GX), ABS en curva y gestión de freno motor. Es el paquete completo que necesitaba para mirar de tú a tú a las máquinas más modernas del mercado.


Hay un detalle que seguramente generará algo de debate: el cuadro de mandos. Suzuki ha pasado olímpicamente de montar una pantalla TFT a color y mantiene el LCD de toda la vida. Puede verse como un punto negativo en pleno 2026, o como una maniobra inteligente para contener costes y centrarse en lo dinámico.
Leer también: Ni Harley ni Indian: la custom más bestia tiene 175 CV y ya ha empezado a llegar a sus dueños
Para rematar la faena, la estética va directa al corazón de los nostálgicos. Las decoraciones disponibles son un homenaje rodante: desde el clásico azul y blanco, pasando por un esquema rojo y blanco que nos recuerda inevitablemente a Kevin Schwantz, hasta una librea amarilla y azul mate inspirada en la mítica publicidad de Coronita del Mundial de Superbikes. Si Suzuki cumple con los plazos previstos, la moto la veremos aquí a lo largo de la próxima primavera.
#LargaVidaalMotociclismo #BikerSonora #SonoraRiders #MotociclismoyRocknRoll #Motociclismo #MotociclistasdeMexico #Rock #Siguenos #Rodadas #México #Sonora #Arizona #Nogales #Navojoa #Obregon #Guaymas #Empalme #AguaPrieta
Tomado de Todocircuito.com




