Moto del día: Suzuki GSX-R750 endurance (Le Mans 1985)
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Cuando en 1985 llegó la Suzuki GSX-R750, nadie esperaba que una moto “recién salida de fábrica” pudiera ganar las 24 Horas de Le Mans de callejón. Pero el equipo privado francés Zone Rouge (Marseille Moto Service) lo hizo realidad: Guy Bertin, Philippe Guichon y Bernard Millet cruzaron la meta en primera posición con una GSX-R750 de chasis TT-F1 y motor Yoshimura, dejando atrás a las Honda RVF750 oficiales y firmando un histórico 1-2 para Suzuki con el SERT en segunda plaza. Aquella victoria no fue casualidad; fue la demostración de que la revolución oil-cooled podía durar lo que hiciera falta en resistencia.
La GSX-R750 de competición partía del revolucionario SACS (Suzuki Advanced Cooling System): un cuatro en línea de 747 cc (70 x 48,7 mm), 16 válvulas DOHC, aletas de refrigeración estrechas y pulverización masiva de aceite sobre pistones y culatas, con un enorme enfriador de aceite que simulaba un radiador de agua sin sus complicaciones. En configuración endurance, Yoshimura afinaba el motor hasta 130-140 CV a 12.000 rpm (frente a los 100-110 de serie), con carburadores Mikuni de flat-slide, escape 4-2-1 para banda media y caja de 6 velocidades con relaciones cerradas para circuitos revirados. El cigüeñal ligero y la lubricación separada minimizaban gripajes en las horas calientes, clave para carreras de relevos eternos.
La parte ciclo era igual de visionaria: chasis doble cuna de aluminio de sección cuadrada (29 piezas soldadas), ultraligero y rígido, con horquilla convencional de 41 mm delante, monoamortiguador atrás y basculante largo para estabilidad en recta. Los frenos eran dobles discos de 300 mm delante con pinzas Nissin de 4 pistones y uno de 245 mm detrás, montados sobre llantas de aluminio forjado y slicks Dunlop o Michelin preparados para 24 horas. Con un peso en seco de 176 kg de serie que bajaba a 165-170 kg en competición, la GSX-R era más ligera que muchas rivales V4 pero con mejor tracción gracias a su bajo centro de gravedad.
En Le Mans 1985, Zone Rouge rodó lap tras lap sin fallos mecánicos mientras las Honda RVF750 sufrían con el calor y las Yamaha FZR se quedaban cortas en fiabilidad. El SERT de Hervé Moineau y Richard Hubin caía a segunda tras un high-side, pero el 1-2 verde confirmó el potencial: Suzuki copó podios en Bol d’Or y Suzuka 8h ese año, con Yoshimura (Tsujimoto/Schwantz) firmando terceros en Japón. Aquellas GSX-R de resistencia demostraron que la fórmula ligera + SACS + preparación privada podía batir a prototipos oficiales en carreras de desgaste puro.
La GSX-R750 endurance resume el espíritu de los 80: cuando una moto de producción modificada podía ganar las 24 Horas y cambiar la resistencia para siempre, abriendo la puerta a la saga GSX-R que dominaría Bol d’Or y Le Mans durante décadas. Hoy son iconos de museo, con ese sonido agudo de cuatro oil-cooled subiendo sin vibraciones y la estética cuadrada que recuerda cuando “revolución” significaba aluminio forjado y aceite
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