Crítica de Machine Head: Of Kingdom and Crown

por admin · 25 agosto 2022

Debo reconocer que a Rob Flynn hay que quererle. El número de veces que ha metido la gamba (cómo olvidar el pelito de pinchos y el chándal naranja) es directamente proporcional al número de veces que ha regresado de la tumba.

Seré sincero, esperaba poco de ‘Of Kingdom and Crown’, teniendo en cuenta todas las bajas que ha habido dentro del grupo y que venimos del decepcionante ‘Catharsis’, que para más inri empeoraba el precedente (e irregular) ‘Bloodstone & Diamonds’. Pues bien, considero que el último álbum de la formación es su mejor disco desde ‘The Blackening’.

Flynn se ha destapado también con uno de sus trabajos más melódicos (con estribillos muy muy acertados), sin olvidar la agresividad, algo que deja claro nada más comenzar el disco: “Slaughter The Martyr” empieza como una poderosa (y excelente) balada, para transcurridos tres minutos, convertirse en un tema marca de la casa, con unas guitarras tremendamente afiladas. ¿Podrían haber sido dos temas distintos, sin necesidad de irse a los nueve minutos de duración? Perfectamente, pero también hay que querer a Flynn porque hace lo que le sale de los mismísimos y como arranque del álbum es cuanto menos sorprendente.

También relaja saber que el compositor no se ha pasado de grandilocuente (error en el que ha caído en varios de sus últimos discos) y que de las trece canciones del álbum, tres son interludios. Diez temas directos y melódicos.

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“Choke On The Ashes Of Your Hate” es un tema Machine Head cien por cien, con ese característico sonido de guitarras y esa oscilación entre el groove y el thrash. Me ha gustado el riff con puntito black de “Become The Firestorm” y se agradece que abracen la velocidad, con esos constantes dobles bombos, incluso en el melódico estribillo. “My Hands Are Empty” y sus coros melódicos dejan claro que el tema va a ser imprescindible en directo.

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“Unhallowed” abraza la épica y sonoridades más heavys (mucha atención al solo final de puro heavy metal) llegando a recordar a Trivium. Afortunadamente, el lado hardcore en esta ocasión no da vergüenza, con esa vigorizante “Bloodshot”.

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Toda una sorpresa, nunca puedes darles por muertos. El cabrón de Flynn tiene más vidas que un gato.