Entrevista a Álvaro Bautista: “¿El peso? Sí, claro, ser ligero tiene algunas ventajas, pero también tiene muchas desventajas”
Un Álvaro Bautista mucho más maduro que cuando debutó en SBK en 2019 ha devuelto el título a Ducati, 11 años después de que lo hiciera Carlos Checa. Un Bautista que reconoce que entonces tuvo errores que le costaron el campeonato.
Si ahora pudieras volver a 2019, tu primer año en SBK… ¿qué harías distinto a lo que hiciste entonces?
–En 2019 iba rápido, pero no sabía realmente por qué. Con lo que sea, ahora, lo que hubiera cambiado del 2019 es aprender a conformarme. Empecé con una racha de ganar carreras con mucha ventaja, y al final era como que no quería ganar: quería como extra-ganar… y no, no se puede. La primera vez sí, porque me salió así, pero ya está. Luego llegaron circuitos que no eran los mejores ni para mí ni para la Ducati en ese momento. Pero a mí me dio igual, yo quería ganar a toda costa y me equivoqué.
Si se pudiera volver al pasado yo cambiaría la paciencia y la tranquilidad, y la ‘no conformidad’: tener una perspectiva un poco más desde la distancia y poder decir ‘Espera, que en este circuito si haces segundo ya es un buen resultado’. Pero no me conformaba con ser segundo, y un poco también mi falta de experiencia con los neumáticos en la categoría… Pero yo creo que en mí habría cambiado muchas cosas.
Entonces, tal vez ahora tendrías tres Mundiales o más, ¿no?
-Eso nunca se sabe, porque al final la cosa es que no los tengo. Pero bueno, yo creo que he aprendido mucho y ahora me encuentro física y mentalmente muy bien, así que si no los he ganado antes voy a luchar por hacerlo ahora.
«Lo que viví en Honda fue un golpe de realidad»
¿Perdiste el tiempo en esos dos años en Honda?
–¡Para nada! De todo se aprende, sobre todo de los malos momentos. Lo que viví en Honda fue un golpe de realidad. En 2019, como te decía, llegué y arrasé, y me dije ‘joder, aquí voy muy bien’. Y tenía la confianza en Honda, que quería hacer un proyecto para ganar.
Era una moto muy buena, y aquí -igual que en todos los campeonatos- debes tener una buena moto y un buen equipo, y desde ahí empezar a trabajar… Pero con la Honda sufrí mucho porque en ningún momento me encontré a gusto con la moto que, aun siendo buena, no era súpercompetitiva. El equipo también era bueno, pero le faltaba experiencia en SBK y, como te comentaba, fue un golpe de realidad.
Aquí, cualquier mínimo detalle… todo tiene que estar perfecto para poder luchar para hacer quinto. Y entonces era como que ‘joder, intenta lo máximo para entender más los neumáticos, para sacar el máximo partido de todas las circunstancias…’ Y esto seguro que me ha hecho crecer como piloto, porque ahora me obligo a intentar sacar lo máximo en cada situación. Pero lo que me pasaba es que siempre sobrepasaba mucho los límites, y ese primer año me caí mucho por eso: porqué quería más de lo que me permitía lo que tenía.
«En 2019 siempre sobrepasaba mucho los límites, por eso me caía tanto»
Ahora he aprendido a llegar hasta el límite, pero sin sobrepasarlo. Y eso ha sido también una clave de este año: sacar el cien por cien de cada situación, pero sin querer más, porque pasar los límites en un campeonato al final te cuesta caro.

¿Es diferente trabajar con italianos que con japoneses?, ¿A quién prefieres?
–Pues… ¡a los italianos! Son como más más vivos, con reacciones más rápidas. Con los japoneses todo es más lento, se requieren más permisos para todo, más probar antes de usar…
La mentalidad italiana es más rápida, y yo creo que se adapta mejor a mi estilo. Somos más de ‘prueba esto a ver si funciona o no’, pero los japoneses tardan más tiempo y es todo como más lento.
Con Ducati siempre me he encontrado muy a gusto, tanto en MotoGP como en SBK. Cuando he estado en mi época de Honda en los dos sitios, y aunque haya conseguido muy buenos resultados en MotoGP, nunca he terminado de sentir que la moto era mía … Es así.
«Eso del peso mínimo, con una moto que pesa casi 170 kilos y tiene más de 230 CV… Sinceramente, yo no lo veo»
Leía el otro día un tuit: “Álvaro Bautista ganó en Australia por el peso… por el peso de sus cojones al montar los slicks”. ¿Qué tienes que decir a la polémica que ha surgido en torno a este tema?
-Me río… ¿El peso? Sí, claro, ser ligero tiene algunas ventajas, pero también tiene muchas desventajas. Quienes solo ven lo de mi peso, solo ven mi ventaja, pero ninguna de las muchas desventajas. Eso del peso mínimo, con una moto que pesa casi 170 kilos y tiene más de 230 CV… Sinceramente, yo no lo veo. No creo que sea una cuestión de que solo gane por el peso.
No me da rabia, pero está claro que buscan excusas, y cuando no es porque peso poco es porque la moto corre mucho, y si no por la aerodinámica. El caso siempre es buscar la excusa de que yo, por ejemplo, no puedo ser mejor que otro, y que si gano es porque soy ligero, no porque soy mejor o porque trabajo más en la técnica…
Al final son excusas, y si tú tienes unas ventajas con tu peso aprovéchala, intenta sacar el máximo de todo o, al menos, eso es lo que intento hacer yo.
Yo tengo muchas desventajas, pero intento por mis medios, por mi entrenamiento, con la técnica, intentar minimizarlas. Y cuando tengo las ventajas de mi peso intento aprovecharlo, y ya está.
Es como si tú vas a la NBA y mides 1,69 como yo… pues, te jodes, macho, porque no vas a poder jugar. Pero ese no es mi deporte, ni tampoco voy a pedir que me bajen las canastas porque los que miden 2,15 van a decir ‘pues, te jodes, macho’. Yo tendría desventaja aquí, sí, pero luego a lo mejor me muevo más rápido que esos gigantes. En todos los deportes hay ventajas y desventajas con el tema del peso y la altura.
Y Álvaro resume su filosofía con esta frase, que es un aviso a navegantes: Saca el máximo de tus ventajas y minimiza las desventajas, y ya está. Y céntrate en ti, no busques excusas externas de que si te gana un tío es solo por eso.
Tomado de solomoto.es