Crónica de Haches en Madrid: El triunfo del trabajo y de la convicción
Cualquiera que conozca a Haches sabe que es un grupo que si algo le caracteriza es la enorme cantidad de trabajo, dedicación e ilusión que le echa a sus canciones, a sus conciertos, a todo lo que supone ese proyecto por el que han apostado con tal determinación. Cuando se trabaja basándose en esa filosofía, la suerte puede ser adversa en algún momento, pero lo lógico es que ese esfuerzo acabe dando los frutos deseados.
La presentación en Madrid de ‘La vida que nos pasa’, el segundo disco de Haches, entiendo que ha sido un importante paso adelante en ese objetivo que la banda se ha marcado.
La Moby Dick registró una entrada espectacular, rozando el lleno absoluto, con presencia además de cronistas y colaboradores de diferentes medios creando un ambiente, una atmósfera muy entusiasta, de mucha expectación, desde luego mucho más que en la primera presentación hace algún tiempo ya en la sala Nazca.
Es evidente que en este tiempo Haches han crecido, han ganado seguidores y son ya una realidad confirmada de nuestra música.
Unos minutos pasada las nueve y cuarto de la noche el grupo salió al escenario dispuesto a dar un concierto de puro rock ‘n’ roll, a hacer que toda su gente de lo pasara en grande durante todo el show, al igual que ellos, que –y es algo luego comenté entre risas con Marcial, el cantante del grupo- se les notaba que disfrutaban allí arriba como auténticos posesos.
“Sin molestar”, que sonó atronadora y que ya marcó el ritmo que la actuación iba a tener, seguida por “Las mentiras” y “Mi camino”, marcaron el arranque de un vibrante concierto en el que, junto a una amplia selección de los temas de ese nuevo disco que nos presentaban y otros de la época de ‘Canciones para ti’, también hubo alguna que otra sorpresa que tal vez muchos no esperábamos.
Marcial, en alguna de las pausas entre canciones, comentó que no debería haber “guerras” ni enfrentamientos artificiales entre estilos musicales ni sus seguidores, y para predicar con el ejemplo, presentó “Acércate y bésame”, versión de La Trampa, – también adaptada en su día por Mägo de Oz- pero llevada obviamente al sonido y al estilo Haches.
En otro momento harían lo propio con “Dime por qué” de Antonio Orozco, que al igual que en el caso anterior, arrancó una respuesta muy entusiasta de todo el personal reunido allí.
“Dibujando corazones”, “Creyendo en los sueños” –esta canción despertó una reacción mucho más intensa del público, muestra de que está llamada a convertirse en un futuro clásico-, “El café” y “Aún arde Hortaleza”, con emotiva dedicatoria a Porretas, fueron lo mejor de la parte final del concierto, del que vuelvo a repetir, además de la solidez y la solvencia que el grupo ya ha adquirido en directo y cómo se le nota disfrutar de su música, quiero destacar el excelente sonido del que disfrutamos a lo largo de toda la actuación. Tanto para los técnicos del grupo como los de la sala: chapeau.
No tuvo que emplear mucho tiempo el público en corear el “Otra, otra…” para que volvieran al escenario, ya en plan fin de fiesta total de viernes por la noche, con dos versiones que no podían ser mejores para ponerle la guinda al pastel: “Hay poco rock ‘n’ roll” de Platero y Tú, y “Vamos muy bien” de Obús. ¡Así se hace!
Para Haches, como para cualquier otro grupo en nuestro país, el camino es largo, duro y lleno de dificultades que sortear, pero los de Hortaleza van en la mejor dirección. El éxito de este concierto es una prueba difícil de rebatir.
Periodista Musical en Mariskal Rock & La Heavy
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