Un hallazgo arqueológico demuestra que las motos ya existían en la época Celta, hace 2.300 años
La historia de la motocicleta podría no comenzar en el siglo XIX, como hasta ahora se enseñaba en libros, museos y charlas de bar, sino mucho antes. Concretamente, en plena Edad del Hierro. Así lo asegura un grupo de investigadores tras el hallazgo de una herramienta metálica de origen celta cuya forma es, según reconocen incluso los más escépticos, “demasiado familiar para cualquier motorista”.
El objeto, localizado durante unas excavaciones rutinarias, fue catalogado inicialmente como una herramienta ceremonial o un utensilio agrícola. Sin embargo, bastó con que uno de los arqueólogos —aficionado a las minimotos en su tiempo libre— la sostuviera en la mano para que saltaran todas las alarmas: curvatura ergonómica, extremo redondeado, zona de apoyo para los dedos… exactamente igual que una maneta de embrague o freno de una moto de minicross.
Una coincidencia celta que no parece tal
“Al principio pensamos que era una coincidencia”, explica uno de los responsables del estudio. “Pero cuanto más la mirábamos, más evidente resultaba que aquello estaba diseñado para ser accionado con dos dedos, no para segar trigo”.
Los análisis de carbono y metalurgia confirman que la pieza tiene unos 2.300 años de antigüedad, lo que ha obligado a reescribir varias teorías históricas. La más aceptada, por ahora, es que los pueblos celtas ya dominaban algún tipo de vehículo de dos ruedas, posiblemente impulsado por fuerza animal, humana o —según hipótesis más atrevidas— por una primitiva combustión basada en hidromiel fermentada.
A partir de ahí, las conclusiones empiezan a tomar un cariz más… revelador. Algunos investigadores sostienen que los famosos carros celtas podrían haber sido, en realidad, prototipos de motocicletas rudimentarias, y que esta maneta sería parte de un sistema de control avanzado para la época. Otros van más allá y apuntan a que los rituales de iniciación guerrera incluían “dar gas” antes de entrar en combate.
El hallazgo también explicaría ciertos grabados rupestres hasta ahora incomprendidos, donde figuras humanas aparecen inclinadas hacia delante, con los brazos estirados y expresión concentrada. “Siempre pensamos que estaban cazando o lanzando lanzas”, explica otro experto. “Ahora creemos que simplemente iban fuertes de gas”.
La comunidad motera no ha tardado en reaccionar. En foros especializados ya se debate si los celtas fueron los primeros en sufrir calambres en el antebrazo, si existía el equivalente a las caídas en parado o si ya se discutía sobre qué maneta era mejor, si la original o la forjada por el druida del poblado vecino.
Por ahora, el objeto será expuesto en un museo bajo la denominación oficial de “Elemento de control manual proto-motociclista”, aunque muchos visitantes ya la llaman directamente “la primera maneta de la historia”.
Un descubrimiento que, sin duda, demuestra que la pasión por las dos ruedas no entiende de siglos… ni de Edad del Hierro.
Tomado de https://soymotero.net/




