Compartimos polvo y barro en un día diferente con Josep García
Campeón del mundo de Enduro en el 2017 y con un esperanzador futuro por delante, Josep García es uno de los pilotos de enduro más brillantes de los últimos tiempos que, sin embargo, no consigue el reconocimiento que se merece. Una estrella que brilla en la sombra. Y nosotros hemos tenido el placer de compartir un día con él y hacerle una entrevista muy especial.
El piloto de Suria tiene un talento increíble. Un estilo de conducción elegante. Es fino, dibuja las trazadas de las crono con tiralíneas. Lleva la velocidad en sus entrañas. Se adapta a todo tipo de terrenos, incluso en el barro, históricamente el peor escenario para los mejores pilotos españoles de la especialidad.
En su palmarés figuran además del mundial en la categoría de E2 del 2017, tres nacionales. En 2021 se llevó dos pruebas del mundial en la categoría E2 tras no poder tomar parte en el WESS (cancelado), campeonato alternativo con pruebas extremas al que está obligado a tomar parte pues así lo especifica su contrato con KTM.
La especialidad del enduro no consigue encontrar la fórmula apropiada para llegar al gran público. Y Josep García, al igual que otros pilotos, aunque él es el caso más representativo entre los nuestros, lo sabe muy bien. Su visibilidad es limitada y a pesar de ser una disciplina con muchos seguidores y apasionados, se ve atrapada por un problema de concepto y también por un interminable enfrentamiento entre promotores, marcas, intereses.
Y es una verdadera pena que tengamos a un piloto de la calidad de Josep García que, a pesar de haber ganado el mundial del 2017 y de que posiblemente ahora mismo tendría más de un diploma de la FIM colgado en la pared de su casa, se haya visto obligado a dejar el mundial y participar en un campeonato paralelo (WESS) que aglutina diferentes competiciones, para poder seguir siendo el piloto oficial de KTM. La firma austríaca decidió dejar el mundial de la FIM por un desacuerdo con el promotor del mundial.
“Perfect day”, un día y una entrevista con Josep García
Inevitablemente la realidad de Josep García no está en el mundial pero este año sí ha podido tomar parte en dos carreras, a la espera de que la llegada de un nuevo promotor le permita volver a donde debería de estar: el campeonato del mundo.
Nos vimos con el piloto de Suria en su ambiente y nos fuimos juntos de excursión con una KTM 790 Adventure. Ver evolucionar a Josep tanto con su moto de enduro, una súper competitiva KTM 350 EXC-F, como con la Adventure 790 fue un privilegio. La trail es un estilo de moto que Josep no había probado nunca y os aseguro que le gustó. Compartimos polvo y barro en su terreno. Tuvimos la oportunidad de conocer un poco más de cerca a un piloto extraordinario, ambicioso, sincero y honesto, con el que hablamos de su especialidad preferida, situación, presente, pasado y futuro.
Piloto de enduro, pero con una experiencia en velocidad.
“De pequeño me gustaba más la tierra y empecé con el motocross y el enduro mientras que a mi hermano mayor siempre le tiró más la velocidad. En 2010 tuve la oportunidad de probar en la Rookies Cup pero yo llevaba la tierra adentro y desde entonces me concentré en el enduro”.
¿Te gustaron las carreras en circuito?
“Sí, me gustaba mucho y fue bien, pero tuvimos un problema con un equipo y no pude seguir. No sé si me hubiese decidido por el asfalto, quién sabe. La Rookies es una copa de promoción que te escogen tras una selección. Me cogieron el primer año y de nuevo el segundo, pero hubo problemas”.
No quiere recordar aquel episodio en el que conoció de cerca la dureza de la letra pequeña de algunos contratos. Así que punto y aparte.
De nuevo tierra, polvo y barro.
“Empecé con Husqvarna y luego pasé a KTM España. Me ayudaron mucho en el nacional y el mundial de junior 125 que se me escapó por culpa de las lesiones. Pasé a ser piloto oficial para el mundial y gané en E2 en el 2017 con KTM”.
¿Tienes buenos recuerdos de tu experiencia en los ISDE?
“Sí, me gustan mucho. Es una de mis carreras preferidas porque están los mejores pilotos del mundo. En el mundial están los mejores de Europa, pero faltan los americanos y australianos mientras que en los ISDE están todos. Incluso pilotos del AMA de motocross. Además, son seis días seguidos de carrera”.
Algo a lo que no estás acostumbrado…
“Los ISDE hoy en día son duros, pero no son muy intensos en el rally, ya no hay trialeras imposibles ni controles muy apretados”.
Campeón del mundo en el 2017. Nada como ser campeón del mundo ¿no?
“Sí. En el 2015 y 2016 luché por el junior. De pequeño quería ser campeón del mundo en la categoría que fuera, pero serlo de una categoría senior es más difícil. Llegar el primer año y conseguirlo fue como un sueño”.
Del Enduro al WESS
Adiós al mundial de enduro por el WESS.
“Me lo propusieron en KTM en el año que en el que se me acababa el contrato. Ellos apostaron por mí y yo decidí seguir con ellos. Lógicamente al ver el programa de carreras con competiciones tan diferentes, pensé que no sería capaz de ganar. Es cierto que no he podido luchar por el mundial en los últimos años, pero también lo es que me he visto obligado a aprender cosas nuevas. Ahora cuando llego a un enduro y veo una extrema donde antes solo me preocupaba de intentar no fallar y me resultaba un problema, me despreocupo pues para mí ya no representaba un problema. La verdad es que he sufrido en pruebas que no eran de mi estilo, pero ahora me doy cuenta de que eso me ha ayudado porque he crecido como piloto”.
En 2020 te rencontraste con dos pruebas del mundial. ¿Ha subido el nivel? ¿Bajado? ¿Cómo te viste?
“Se crearon unas expectativas muy altas, pero llevaba tres años sin hacer el mundial. Yo sabía que era rápido, pero el ritmo del mundial es otro con respecto al WESS. Llegué a Portugal con muchas ganas, pero para mis adentros me conformaba con poder estar con Steve Holcombe y Bradley Freeman. El primer día hice tercero, pero luchando con ellos a apenas tres segundos. En 2017 Holcombe era claramente más rápido que yo. Así que me sorprendí porque pude ganar dos días y estar en el podio luchando contra ellos. Mi nivel con respecto al 2017 ha subido. Me sorprendí. He ganado en confianza y me ha servido para demostrar a mucha gente que sigo estando allí”.
¿Has cogido algún vicio con el formato del WESS?
“He dejado de hacer el mundial, pero no de hacer enduro porque he estado en el nacional. No he perdido velocidad. Tal vez perdí un poco el ritmo, pero si tienes las ganas que yo tenía, ese ritmo lo coges rápido”.
¿Ahora mismo en qué tipo de terreno te encuentras más cómodo?
“El barro me encanta y disfruto mucho. Si hay polvo, si está seco es más fácil entre comillas porque hay más tracción. Me gustan todos los terrenos, pero lo que no me gusta mucho es cuando hay mucha piedra”.
¿Qué prefieres, las 2T o 4T?
“En el enduro clásico, es decir en el mundial, me quedo con una 4T, pero algún año me gustaría hacerlo con una dos tiempos. Para hacer extremas o “hard enduro”, es decir algo más trialero, la 300 de 2T va muy bien”.
¿Cómo te gusta la puesta a punto de tu moto? ¿Tienes manías en este sentido?
“En enduro me gusta ir con las suspensiones más duras que blandas. La posición del manillar la llevo muy atrás porque se baja el centro de gravedad y me da más feeling la rueda delantera. El asiento en carrera, no en entreno, me gusta siempre nuevo porque la espuma es más dura. Me gusta un poco alto, por encima del manillar y si se usa mucho, se lava y demás, se reblandece demasiado”.
Enduro
¿Cómo ves la especialidad del enduro? ¿Cómo debería de ser?
“A mí el enduro me encanta. Ahora que he estado fuera del mundial, cuando veía una carrera en Italia, Francia o España, pensaba que realmente valía la pena porque se veía que hay afición, público, ambiente. Pero hay otros países donde se vive mucho menos. Entiendo que también tenemos que ir para crear afición, pero se necesita de un promotor que realmente haga promoción del enduro, que se preocupe más en buscar visibilidad. También hay que buscar fórmulas como la Open Class para los pilotos amateurs”.
¿Qué te gustaría hacer en el futuro si dependiese de ti?
“Volver al Enduro sería como volver a mi lugar de origen, me gustaría mucho pues ahora es como si hubiese estado de Erasmus aprendiendo”.
¿Cómo es tu día a día?
“Vivo en Andorra con mi novia y estoy muy bien porque puedo entrenar y estamos a gusto. Allí viven varios pilotos como Taddy Blazusiak, Alfredo Gómez, Walker, Mario Román o Santolino. Entre semana sin carreras puedo entrenar a tope, gimnasio, trial, enduro y motocross. Hago bicicleta de montaña y carretera y gimnasio en pretemporada. En temporada no me gusta abusar del gimnasio porque te puedes sentir pesado. La bicicleta es muy buena para mantenerse y el trial me encanta y lo practico mucho”.
¿Te has planteado un futuro en el Dakar?
“Me gustaría en un futuro no muy lejano, pero todavía no lo he probado. Tengo ganas de probarlo para ver si realmente me gusta como disciplina porque al fin y al cabo lo más importante es disfrutar. Si me gusta, no quiero hacerlo con 30 años, no quiero hacerlo de mayor sino cuando todavía tenga velocidad y esté en forma…”.
Tomado de solomoto.es
