Prueba Hyosung Aquila GV 125 S: Mayoría de edad

por admin · 2 agosto 2020

La Aquila del A1 ya no opta por los cromados, los manillares de tipo cuerno de vaca y los guardabarros largos y envolventes, sino que se centra en aportar deportividad y aire fresco a la clase del cruiser de 125 c.c.

Pocos dan más de lo que Hyosung ofrece con esta pequeña joya bicilíndrica, que ha dado un enorme salto adelante respecto a aquel modelo cuya primera versión data del año 2000.

La denominación Aquila viene de lejos: las primeras águilas de la firma coreana datan nada menos que del primer año de este siglo, cuando llegaron las 125 y 250 primero y las 650 pocos años después.

Mucho ha llovido desde entonces, y hace menos de dos temporadas nació la actual versión de la 125, Hyosung Aquila GV 125 S, que ponemos a prueba para todos vosotros.

Nada que ver con las anteriores: para empezar, cuenta con una estética mucho más sport, con una batalla muy corta y con una acertada y fresca decoración que la ubica entre lo muscle bike y lo sport.

Pero la Aquila S es mucho más que estética. Su corazón es un motor bicilíndrico en V a 60º con refrigeración líquida, alimentado por una inyección Delphi y con culatas de doble árbol de levas que mueven tres válvulas por cilindro (dos de admisión y una de escape).

Ese esquema da lugar a un motor que en marcha se muestra muy fino, con un empuje modesto pero constante, muy agradable de conducir por la ciudad y el extrarradio. Genera unas vibraciones muy filtradas y una gran capacidad de estirada, sin que se pierda en medios, en este caso debido a que se recurre a una configuración de carrera larga.

La finura es muy superior a la de un monocilíndrico y los únicos inconvenientes de esta configuración es el mayor peso del conjunto y el mayor coste de los componentes duplicados, si bien esto último es algo que no parece verse reflejado en el exiguo precio de la pequeña gran Aquila.

Para cumplir con los cánones estéticos de la clase, pese a la llegada de la refrigeración líquida, se ha incluido el clásico aleteado en las culatas y el radiador está perfectamente camuflado bajo un embellecedor que recorre toda la porción frontal a la vista del chasis. Una solución estética muy lograda, la verdad.

Sencilla, pero muy legible: el cuentavueltas mecánico se acompaña de una pantalla LCD retroiluminada en azul que resulta muy clara.

Hablando de estética, decir que sus líneas son muy atractivas y frescas, al estilo de las custom sport de media y gran cilindrada, con un manillar bastante plano, escasa altura de asiento y unas piernas que quedan en posición nada forzada. La instrumentación está bien acabada, nada que ver con los habituales plásticos cromados de muchas de las custom orientales.

Su única esfera va acompañada de una pantalla LCD que dispone de reloj horario, dos parciales, nivel de combustible y termómetro de refrigerante, lo más importante.

Las manetas no son regulables, y eso es algo que hay que revisar en un segmento donde la clientela es tan dispar. Por el contrario, todo el mundo encontrará su correcta angulación de manillar y el pedal de cambio puede regularse en altura.

La suavidad de los mandos es acorde a lo deseable y moverse entre coches es toda una delicia. La manejabilidad nos ha gustado y la respuesta del motor también: suave en la ciudad y alegre en carretera. Puestos a sacar pegas a la parte ciclo, diríamos que los frenos son muy poderosos y no disponemos de ABS, sino de CBS. Nada que no pase por utilizar un poco más de porcentaje de freno trasero que lo habitual.

Las ruedas cuentan con dimensiones generosas, lo mismo que sucede con los dos discos. Por ello contamos con una potencia de frenada considerable.

Por lo demás, su aspecto es tan auténtico y los acabados son tan buenos que más de un profano creerá que vas sobre un modelo de mayor cilindrada, pero lo mejor es que vas sobre una moto que se mueve bien en cualquier circunstancia y con un tacto muy fino. No se puede pedir más con un precio tan ajustado…

Solo+: Extremadamente manejable y ágil para lo habitual en su segmento, ya que la distancia entre ejes es mucho menor que la de la media. Su dinamismo es muy bueno y su motor, muy fino.

Solo –: Nos gustaría poder tener el control de la instrumentación en la piña izquierda y contar con asas para el eventual pasajero. Pero poco más se le puede exigir.