Morbidelli: «No tenemos miedo a la hora de decirle a alguien que ha sido un imbécil»
Valentino Rossi lleva un año y medio apartado de MotoGP, pero su nombre, su dorsal y su carisma siguen más presentes que nunca gracias a sus pupilos, especialmente ahora que el Mooney VR46 Racing Team está empezando a asomar la cabeza en la categoría reina sólo un año después de su llegada a MotoGP.
Un vistazo rápido a la general del campeonato demuestra lo bien que lo está haciendo Valentino con su academia; Marco Bezzecchi, uno de sus protegidos, lidera el mundial tras la disputa de la ronda de Argentina, escenario de la primera victoria del piloto de Rimini tras un triunfo incontestable en la pista de Termas.
Detrás de Bezzecchi, con nueve puntos menos, Pecco Bagnaia ocupa la segunda posición de la general; el vigente campeón de MotoGP es otro de los diamantes italianos que han crecido al abrigo de la VR46 Academy, una cantera en la que también se formó el que fuera subcampeón de MotoGP en 2020, Franco Morbidelli, piloto que parece estar recuperando su estado de forma.
El italobrasileño lleva dos años arrastrando una serie de problemas que le han alejado de los puestos de cabeza; en 2021 se tuvo que operar de una rodilla en plena temporada, y aunque tres meses después le ascendieron al equipo oficial Yamaha, su estado físico le impidió ser competitivo el resto del año.
El 2022 fue otro año pésimo para Morbidelli, que acusó más que nadie la falta de competitividad de una YZR-M1 que quedó en evidencia frente al potencial de la Ducati.
Y ahora, con los primeros albores del 2023 y la presión de perder su asiento ante la posible llegada de Toprak Razgatlioglu al equipo, ‘Frankye’ parece haber recuperado su mejor versión, o al menos un espejismo de ella. En Argentina, el de Yamaha peleó como un jabato por el podio en las dos carreras del fin de semana, firmando dos cuartas posiciones que le permitieron incluso adelantar a Quartararo en la general, metiéndole tres puntos de ventaja a su vecino de box.
Morbidelli fue sincero en Termas cuando le preguntaron por este cambio de tercio en su rendimiento, y dejó claro que él «sigue con los pies en la tierra», consciente de que no será fácil mantener esta velocidad en un calendario formado por 21 grandes premios y asumiendo «lo sencillo que es subir o hundirse en esta categoría».
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Quedarse a las puertas del podio en Argentina es un resultado que, en palabras de Morbidelli, supone «una inyección de confianza para mí y para el equipo. Espero con ansias llegar a Austin, intentaré mantener este nivel en las próximas carreras».
Para poder aspirar a los puestos de honor, Morbidelli se tuvo que batir en duelo con varios rivales a los que también considera amigos; Bezzecchi, Bagnaia y Luca Marini han compartido interminables horas de entrenamiento en moto junto a ‘Frankye’ en el rancho de Valentino Rossi, donde los piques en las carreras de dirt-track están a la orden del día.
Morbidelli reconoció que, por momentos, «parecía que estábamos en el rancho» cuando tenía delante a los dos pilotos del Mooney VR46 Racing Team y al propio Bagnaia; allí, dice, «siempre peleamos muy duro, pero somos buenos amigos y tenemos una gran relación».
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El de Yamaha afirma que, cuando se suben a las motos de dirt-track del rancho, «no nos cortamos nada, no tenemos miedo de darnos un golpes el uno al otro», y tampoco existen reparos entre ellos cuando alguno se pasa de la raya: «No tenemos miedo a la hora de decirle a alguien que ha sido un imbécil. Creo que hemos formado un gran grupo. Eso también se refleja en la forma en la que luchamos entre nosotros y otros pilotos», resumió un renacido Franco Morbidelli.
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Tomado de Todocircuito.com
