Conoce Moan, un invento valenciano que unió el motociclismo con la tierra y el agua

En la historia de la automoción, existe un curioso y poco conocido hito: la creación de la primera moto anfibia del mundo, obra de un valenciano llamado Antonio Martínez Carmona. Este visionario desarrolló la Moan, un vehículo diseñado en 1956 para desplazarse tanto por carretera como por agua, uniendo dos mundos que hasta entonces parecían incompatibles.

El nombre “Moan” proviene de las iniciales de “MOto ANfibia”. Su diseño incluía un motor monocilíndrico de dos tiempos, llamado Sumble (por su capacidad sumergible), con 249,31 cc de cilindrada. Para garantizar su funcionamiento en el agua, el motor contaba con doble encendido, batería/bobina y un volante magnético, además de un snorkel que evitaba la entrada de agua al sistema. También incorporaba frenos anti-agua de 200 mm y un embrague de discos múltiples en baño de aceite, acompañado por una caja de cambios de cuatro velocidades.

Sin embargo, en los años 50, la tecnología de motores aún era rudimentaria. Los sistemas eléctricos funcionaban a 6 voltios y eran extremadamente frágiles, por lo que requerían aislamiento especial para evitar fallos durante las inmersiones. A pesar de estas limitaciones, la Moan logró operar bajo el agua, algo notable para su época.

De las dos unidades fabricadas, una terminó hundida en la Albufera de Valencia durante las pruebas. La otra sobrevive hasta hoy en manos de un coleccionista asturiano, preservando la memoria de este singular invento.

Carmona, además de ser un ingeniero intrépido, tenía una inclinación hacia los desafíos. Antes de crear la Moan, construyó una avioneta con la que sufrió varios accidentes, uno de los cuales le costó ambos pies y casi su vida a los 25 años.

La Moan nunca alcanzó la producción en serie, pero marcó un precedente en la fusión de tecnología terrestre y acuática. Este proyecto, nacido del ingenio y la valentía de un inventor valenciano, es un símbolo del espíritu innovador.