Crean en EE. UU. una mecánica V8 biturbo basada en dos Suzuki Hayabusa: «La bestia»
La Suzuki Hayabusa es una motocicleta que, desde su lanzamiento, se ha consolidado como un ícono de velocidad, potencia y versatilidad. Con una velocidad máxima que supera los 300 km/h, llegó a ser la moto más rápida del mundo, lo que la convirtió en el centro de numerosos proyectos y modificaciones extremas. Sin embargo, ninguno ha alcanzado la escala de esta última hazaña norteamericana.
Es obvio, el motor de la Hayabusa ha demostrado ser una plataforma excepcional para creaciones, desde su integración en microcoches eléctricos hasta su uso en quads de alto rendimiento. Pero este proyecto eleva las posibilidades al límite. Como os hemos comentado, se trata de un motor V8 biturbo desarrollado a partir de dos motores de origen Suzuki. Por cierto, esta creación redefine los estándares de la ingeniería.
Así de loca es la mecánica V8 basada en dos propulsores de origen Hayabusa
Como os estamos contando, JFC Racing, una empresa especializada en la preparación de motores para competición, ha diseñado un monobloque V8 Hayabusa. De hecho la compañía presentó dos versiones de esta impresionante mecánica. Una primera de 3.0 litros con 460 cv y 280 Nm de par, y otra de 2.8 litros biturbo que alcanza los 785 cv y 505 Nm. Ojito, para hacernos una idea, la segunda versión de esta bestia de V8 supera la potencia de un Lamborghini Aventador (770 cv).
Ahora viene lo malo. A pesar de su increíble potencia, este motor V8 no está diseñado para motocicletas, sino para vehículos de cuatro ruedas, donde su rendimiento puede ser explotado al máximo sin comprometer la seguridad del piloto. Actualmente, JFC Racing ha instalado este motor en un prototipo que suena como un Fórmula 1 de épocas pasadas. Pero luego os damos más detalles.
Como os podréis imaginar, el desafío técnico de unir dos motores Hayabusa en un único bloque V8 es enorme. Cada componente interno fue reforzado y optimizado para garantizar el rendimiento y la durabilidad de la mecánica. Además, este proyecto no solo refleja el nivel de sofisticación alcanzado por JFC Racing, sino que también abre nuevas posibilidades. Como ellos mismos comentan: “Nuestras creaciones han culminado con nuestro chasis Lola LMP2 y con nuestro JFC Hayabusa V8 de 2.8L biturbo”.
Una cosa está clara, la Suzuki Hayabusa sigue marcando hitos en el mundo de las modificaciones extremas. Años después de su debut, esta motocicleta continúa siendo una fuente de inspiración y un símbolo de lo que se puede lograr cuando se desafían los límites de la velocidad y la potencia.
Tomado de https://soymotero.net/