Le mete el motor de una Suzuki Hayabusa al coche de ir a hacer la compra. Spoiler: acaba muy mal
¿Un Peugeot 106 que sube hasta las 13.000 vueltas, con cambio secuencial y más rabia que muchos’ hot hatch’ modernos? Existe, pero lo que más mola es lo que lleva debajo del capó. Pista: Suzuki Hayabusa. Y está en manos de un británico con una mezcla peligrosa de talento, paciencia… Y mala suerte.
Este coche nació como un humilde utilitario, pero su corazón ahora late al ritmo de un Suzuki Hayabusa de 1.300 centímetros cúbicos: un motor de superbike con 180 CV que le da al 106 una velocidad punta potencial de más de 320 km/h. Pero como todo proyecto extremo hecho en casa, no iba a salir todo bien.
180 CV de moto metidos en un pequeño coche
A través de una serie de vídeos, este ‘youtuber’ ha ido montando su particular proyecto. Ha ido enfrentando innumerables sacrificios y problemas… Hasta que logra circular con él.
Por ejemplo, primero, el motor iba tan bajo que el cárter raspaba hasta con un badén. Solución: cambiar el cárter por uno slim y aprovechar para hacer un cambio de aceite y quitar el radiador de aceite. Ya de paso, aprovechó para bajarlo aún más con unos muelles de -50 mm… Que no bajaron nada. Así que compró otros de -60 mm. Otros 120 euros a la basura.
Con el coche por fin a una altura decente, el siguiente objetivo fue acabar con el escape lateral ensordecedor. El plan: adaptar un silencioso Sportex de segunda mano y fabricarse un sistema completo. ¿El resultado? Más civilizado, más limpio… Y con un sonido brutal a Hayabusa, evidentemente.
Ah, y como no podía faltar, también arregló un error de concepto: el cambio funcionaba al revés. Tirar era bajar marchas, empujar era subir. Lo solucionó taladrando el cortafuegos y recolocando el cable en dirección opuesta. Fácil en teoría, en la práctica… Ya sabemos.
Pero cuando todo parecía por fin estar encajando, el motor se calentó más de la cuenta. Sin medidor de aceite real y con el radiador original tapado, el coche se paró en mitad del campo. Volvió con más aceite… Y nada. Radiador nuevo. Otro. Esta vez, uno plano de Suzuki SV1000, con un montaje casero que parece OEM. Nuevo soporte, nueva parrilla, nueva esperanza.
¿Final feliz? Tampoco. Cuando por fin sale a rodar para grabar unos clips en condiciones, se rompe el cable del acelerador. Lo arregla a mano. Se vuelve a romper. Y ahí, sí, se rinde.
«Ya van tres veces en tres días. Cada vez que intento grabar, pasa algo», dice en el vídeo. Pero promete que no es el final. Y menos mal. Porque si hay alguien que puede domar a esta bestia casera, es él.
Imágenes | Capturas de YouTube
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Tomado de https://www.motorpasionmoto.com/
