«Perdimos 400 millones». KTM tiene claro quién es el culpable de su crisis: las bicicletas eléctricas
Por primera vez, KTM ha explicado con todo lujo de detalles cómo una marca que lideraba las ventas en Europa acabó al borde de la quiebra. Lo ha hecho en una entrevista exclusiva concedida por su nuevo CEO, Gottfried Neumeister, al periodista Adam Child para la revista MOTOMAG.
Neumeister no ha querido endulzar la situación: «Los problemas fueron internos, no cayó la demanda, cayó nuestra gestión«, admite con contundencia.
Problemas internos y las e-bikes llevaron a KTM al fracaso
La tormenta perfecta que casi se lleva por delante al grupo austríaco tuvo tres ingredientes clave: una pésima inversión en el mercado de bicicletas, la compra precipitada de MV Agusta y un sistema de distribución desbocado que infló artificialmente las cifras de ventas. Palabra de directivo.
El primer agujero llegó con la apuesta por las e-bikes tras la pandemia. «Perdimos 400 millones de euros», reconoce Neumeister. Luego vino la adquisición de MV Agusta, que añadió otros 220 millones de euros en pérdidas. Y el golpe final fue saturar la red de concesionarios con más de 70.000 motos en 2022 y repetir el error en 2023. KTM vendía al por mayor sin tener en cuenta el stock, generando una deuda neta que se disparó de 240 a 1.600 millones de euros en apenas 18 meses.
La situación llegó al límite. Más de 100 bancos apretaban. La producción se detuvo. Se activó un procedimiento de insolvencia autogestionado. Y entonces, el equipo de Neumeister ejecutó una operación de supervivencia milimétrica: negociar con proveedores, mantener el empleo a cambio de recortes salariales, y lograr que Bajaj (socio desde hace 17 años) aportase los 600 millones necesarios para reflotar la fábrica.

Hoy, KTM ha vuelto a arrancar las cadenas de montaje en Austria, pero lo hace con otra mentalidad. El CEO reconoce que la marca había dejado de escuchar a sus clientes: «Tenemos modelos duplicados, eslóganes que no encajan y demasiadas motos para demasiado pocos compradores». La simplificación de gamas y la recuperación de la calidad son ahora prioridad absoluta.
También se están tomando decisiones drásticas. MV Agusta se venderá. El deportivo X-Bow ya está en proceso de salida. CFMoto dejará de comercializarse directamente. KTM quiere volver a ser una marca ligera, rápida y rentable. “Preferimos ser los mejores, no los más grandes”, resume Neumeister.

¿Y qué pasará con MotoGP? Neumeister lo deja claro: «Seguiremos, pero no a cualquier precio. La decisión dependerá del nuevo reglamento de 2027 y del techo de costes que se establezca. Si no encaja en nuestro modelo de negocio, no seguiremos por orgullo».
La historia de KTM es un aviso para navegantes: vender mucho no significa hacerlo bien. Y sobrevivir no basta: toca reconstruir la confianza. «Nuestro nombre es nuestra ventaja competitiva«, concluye el CEO. «Ahora hay que estar a la altura de lo que significa».
Imágenes | KTM
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Tomado de https://www.motorpasionmoto.com/