Toprak Razgatlioglu cambia el mono de cuero por un volante en Nürburgring
Razgatlioglu se trasladó al corazón de Alemania para vivir en primera persona la experiencia de pilotar en uno de los circuitos más legendarios y temidos del planeta: el Nordschleife, también conocido como el “Infierno Verde”. Este trazado, con más de 20 kilómetros y 73 curvas, es célebre por su exigencia técnica y por haber sido durante décadas escenario de gestas, récords e incluso tragedias en el automovilismo.
Aunque la Fórmula 1 abandonó este recorrido por razones de seguridad en 1976, Nürburgring sigue siendo un lugar de peregrinaje para pilotos profesionales y aficionados.
Así fue el paso de Toprak Razgatlioglu por Nürburgring
En el caso de Toprak Razgatlioglu, la cita no era una simple jornada de ocio: fue invitado por BMW M, la división deportiva de la marca bávara, para ponerse al volante de un BMW M2, un coche que comparte el mismo ADN competitivo que las motos que él pilota cada fin de semana.
El BMW M2 que condujo Razgatlioglu monta un motor seis cilindros en línea biturbo de 3.0 litros, capaz de entregar 473 cv de potencia y acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de cuatro segundos. Con el paquete opcional M Driver’s Pack, puede alcanzar los 285 km/h de velocidad punta, cifras que encajan perfectamente con la filosofía de un piloto acostumbrado a exprimir al máximo cada máquina que cae en sus manos.
Durante la jornada, Toprak compartió pista con otros pilotos oficiales de BMW, entre ellos René Rast y Kelvin van der Linde, dos nombres bien conocidos en el mundo de la resistencia y el DTM.
El turco demostró que su instinto competitivo no entiende de vacaciones: en una de las tandas tuvo que esquivar a otro conductor que perdió el control en una frenada, y lo hizo con la misma sangre fría y precisión que suele mostrar en las luchas cuerpo a cuerpo de WorldSBK.
Eso sí, el paso de Razgatlioglu al volante de un coche no significa un adiós prematuro a las motos. Con apenas 28 años, todavía tiene un largo camino por recorrer en Superbikes y, según los rumores más insistentes, en un futuro también en MotoGP con Yamaha. Sin embargo, su visita a Nürburgring reaviva un paralelismo inevitable con Valentino Rossi, quien tras retirarse en 2021 decidió volcarse en las carreras de GT y resistencia al volante de Ferrari y Audi.
¿Será Toprak otro de esos pilotos que, tras triunfar en las dos ruedas, encuentra un segundo hogar en las cuatro? Todavía es pronto para decirlo, pero lo cierto es que su habilidad, su hambre de velocidad y su capacidad de adaptación parecen empujarle en esa dirección.
Tomado de https://soymotero.net/