Chasis de madera y mecánica GasGas, ¿qué podía salir mal?
La imaginación en la red parece no tener freno, y los canales de YouTube especializados en el mundo del motor lo demuestran una y otra vez. Uno de los más peculiares es CboysTV, un grupo que se ha hecho famoso por llevar a cabo ocurrencias tan extravagantes como entretenidas. Su última hazaña: embarcarse en la descabellada misión de construir una moto de cross con un chasis de madera y utilizando componentes de una GasGas como base del experimento.
La idea, desde el punto de vista de cualquier ingeniero, es poco menos que una temeridad. Los bastidores de las motocicletas, especialmente las de campo, se fabrican con materiales capaces de soportar tensiones extremas: acero al cromo-molibdeno, aluminio de aviación o incluso fibra de carbono en los casos más avanzados.
La razón es simple, estas motos están pensadas para resistir caídas, saltos violentos y cargas dinámicas que en ocasiones superan varias veces el peso de la propia moto y de su piloto.
La madera, en cambio, es un material con muchas virtudes… pero no en este contexto. Es relativamente ligera, se trabaja con facilidad y tiene una resistencia aceptable a la compresión, pero es muy vulnerable a la torsión, a la humedad y a las vibraciones. En una moto de cross, donde los impactos son continuos y las flexiones del chasis forman parte de su comportamiento dinámico, la madera es sencillamente un material condenado al fracaso.
Así es la pit bike de madera
Los Cboys no se dejaron amedrentar por la física ni por la experiencia acumulada de décadas de la industria. En lugar de un chasis de acero diseñado en CAD y soldado en una planta de alta precisión, optaron por lo más accesible: unas cuantas tablas de roble compradas en Home Depot. Según su razonamiento, “el roble es la madera más resistente”, un argumento que puede sonar convincente en carpintería, pero no cuando hablamos de un salto en motocross.
El proceso consistió en retirar el chasis original de una GasGas de MX y sustituirlo por la estructura improvisada de madera. El resultado fue una especie de híbrido entre moto y banco de trabajo que, sorprendentemente, llegó a rodar unos metros. Sin embargo, la historia no tardó en confirmarse: en cuanto se le exigió un esfuerzo mayor, el chasis se partió por la mitad.
Lo curioso es que GasGas, la marca cuyos componentes sirvieron de base para esta excentricidad, presume precisamente de la sofisticación de sus chasis. En la MC 85, por ejemplo, la firma explica que cada detalle del bastidor de acero está calculado para ofrecer un equilibrio perfecto entre “rigidez, estabilidad en recta y flexibilidad controlada en curva”, algo imposible de replicar con tablones de roble.
La comparación entre un desarrollo industrial de alto nivel y una ocurrencia casera deja claro por qué la ciencia de materiales existe. Donde los ingenieros emplean años en pruebas y simulaciones, los Cboys apostaron por el método de ensayo y error… Con un fracaso anunciado.
Pese a lo absurdo del experimento, los Cboys tienen experiencia en este tipo de proyectos. En su canal han mostrado la pit bike más alta del mundo, versiones alargadas imposibles de conducir y otros inventos destinados más al espectáculo que a la funcionalidad. La diferencia, claro, es que en esas ocasiones siempre partían de chasis metálicos reales, lo que les permitía, al menos, mantener la integridad estructural del vehículo.
En el caso de la moto de madera, los objetivos eran más modestos: arrancar, rodar unos metros, hacer un caballito y, si había suerte, intentar un pequeño salto. Cumplieron los dos primeros, pero el último quedó fuera de toda posibilidad. Los aterrizajes en motocross generan fuerzas de impacto tan grandes que ni siquiera algunos bastidores metálicos sobreviven ilesos tras un mal salto. Para la madera, simplemente era una sentencia de muerte.
Al final, el experimento no tiene valor práctico alguno, pero sí cumple con su propósito: entretener y sorprender a una audiencia que busca lo inesperado en YouTube. El vídeo se suma a la larga lista de ocurrencias extremas que, aunque no aportan nada al mundo de la ingeniería, sí despiertan sonrisas y dejan claro que la creatividad (aunque choque de frente con la lógica) sigue siendo un motor poderoso en la cultura digital.
Tomado de https://soymotero.net/