Hace casi 90 años alguien inventó un tipo de moto que parecía imposible. Ahora un mecánico muy friki la ha devuelto a la vida con solo cuatro fotos
En plena era de la electrificación, un mecánico italiano ha decidido recuperar uno de los experimentos más locos de la historia de las motos: un propulsor V8 de dos tiempos de 500 cc creado en 1938 que, por desgracia, nunca pasó de prototipo.
Lo hicieron Plinio Galbusera y Marama Toyo en la Italia de entreguerras. Su idea era tan simple como suicida (mecánicamente, ojo): unir dos motores V4 de dos tiempos, colocarlos en línea, hacerlos girar en sentidos opuestos para neutralizar vibraciones y alimentarlos con un compresor. El resultado fue un motor V8 de apenas medio litro que sacaba 28 CV a 8.000 rpm y prometía 150 km/h. Números que en los años ’30 eran directamente ciencia ficción.
Un mecánico lo ha devuelto a la vida solo con cuatro fotos
¿Y por qué un V8 de dos tiempos es una locura? Porque los motores de dos tiempos dependen de la precompresión en el cárter para llenar el cilindro. Con ocho pistones moviéndose al doble de explosiones que un cuatro tiempos, la mezcla de aire y gasolina se convierte en un caos.
La solución que idearon fue aún más marciana si cabe: ponerle un sobrealimentador que empujara la mezcla directamente a los cilindros. Añade a eso un engranaje que sincroniza dos cigüeñales contrarrotantes, un embrague, una caja de cuatro marchas y un chasis de moto, y el cóctel era tan fascinante como incontrolable.
El proyecto estuvo cerca de salir a la calle en 1938, pero la guerra y la falta de medios lo condenaron a ser un únicamente un prototipo que nunca vio la luz. Nadie más volvió a intentarlo, porque el concepto era demasiado complejo, demasiado caro y demasiado frágil para una producción real.
Ocho décadas después, Mirco Snaidero, un mecánico del Friuli (Italia) con más paciencia que sentido práctico, decidió que esa moto imposible debía volver a rugir. Con solo cuatro fotos (y no es un cuatro figurado, es literal; cuatro fotos) antiguas como referencia, pasó once años reconstruyendo pieza por pieza el Galbusera Toyo V8. A finales de 2025 lo presentó en funcionamiento: un artefacto que suena como una nube de avispas desatadas y que demuestra que la obsesión puede más que la lógica.
Hoy, mientras los fabricantes hablan de baterías de estado sólido, de autonomía y de software, un italiano ha puesto en marcha un V8 de dos tiempos (que hoy en día, pleno 2025, es algo así como el Santo Grial motero) con compresor en una moto. Es un recordatorio de que la historia del motociclismo está llena de genialidades imposibles. Y que siempre habrá locos dispuestos a traerlas de vuelta.
Imágenes | Officina Meccanica Snaidero Mirco
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Tomado de https://www.motorpasionmoto.com/
