¿El thrash metal está sobrevalorado?

Cuando se habla de metal, pocas corrientes tienen tanto peso histórico como el thrash. Nacido en los años 80 como una reacción cruda y veloz al heavy metal más tradicional, el thrash metal se convirtió rápidamente en un fenómeno global. Bandas como Metallica, Slayer, Megadeth y Anthrax —el llamado “Big Four”— llevaron esta explosiva mezcla de agresividad, técnica y actitud a lo más alto. Pero con el paso del tiempo, han surgido voces que cuestionan su estatus casi sagrado dentro del metal.
¿Es el thrash metal realmente tan grande como se dice? ¿O ha sido elevado a un pedestal que no merece completamente? ¿El thrash metal está sobrevalorado?
La furia que cambió las reglas
Para entender el impacto del thrash metal, hay que mirar el contexto. A principios de los 80, el heavy metal empezaba a estancarse en estructuras previsibles y un sonido más pulido. El punk ya había golpeado con fuerza, y las nuevas generaciones pedían algo más agresivo, más rápido, más visceral.
Ahí apareció el thrash.
Discos como “Kill ‘Em All” de Metallica, “Show No Mercy” de Slayer, “Peace Sells… but Who’s Buying?” de Megadeth y “Spreading the Disease” de Anthrax definieron una nueva era. Las guitarras eran más veloces, las baterías más explosivas, y las letras abordaban temas políticos, sociales y existenciales con una furia nunca antes vista.
Fue un terremoto sonoro. Y cambió la historia del metal para siempre.
Técnica, velocidad y actitud… ¿suficiente?
El thrash metal es respetado por su intensidad y por haber elevado el nivel técnico en la ejecución de riffs y solos. Sin embargo, también ha sido criticado por ciertos patrones repetitivos. Muchos álbumes de thrash, incluso de bandas grandes, tienden a seguir estructuras similares, y el género en ocasiones ha demostrado resistencia a la evolución.
Canciones como “Raining Blood”, “Master of Puppets”, “Holy Wars… The Punishment Due” o “Caught in a Mosh” son joyas indiscutibles, pero en la segunda y tercera línea del thrash aparecen muchas bandas que suenan demasiado parecidas entre sí.
Entonces surge la duda: ¿el thrash se volvió una fórmula?
La nostalgia puede pesar más que la innovación
Hay algo que alimenta el culto al thrash: la nostalgia. Para quienes vivieron su juventud entre 1983 y 1991, el thrash fue la banda sonora de su despertar musical. Esa conexión emocional es real y válida, pero también puede nublar el juicio cuando se trata de valorar objetivamente su legado frente a otros subgéneros.
Mientras el death metal, el black metal o el progresivo han seguido evolucionando, muchas bandas de thrash siguen tocando como lo hacían hace 30 años. Algunas lo hacen bien, como Testament o Kreator, pero otras simplemente repiten la fórmula sin mucho riesgo.
¿Es eso mantener la esencia o simplemente evitar el cambio?
El thrash como punto de partida
Decir que el thrash está sobrevalorado puede parecer herejía, pero no es una acusación vacía. Es una invitación a cuestionar si su legado ha sido idealizado hasta el punto de dejar fuera otras expresiones igual o más complejas.
Sin embargo, también es cierto que sin thrash no habría existido el desarrollo de tantos otros géneros extremos. El death metal, el groove metal, el metalcore y hasta el black metal deben mucho a la revolución que el thrash provocó en los 80.
Álbumes como “Bonded by Blood” de Exodus, “Among the Living” de Anthrax o “Rust in Peace” de Megadeth siguen siendo fuente de inspiración para músicos de todo el mundo.
¿Está sobrevalorado? Depende de cómo lo mires
Si hablamos de técnica, legado, actitud y energía en vivo, el thrash se ha ganado su lugar. Pero si lo observamos con lupa crítica, también es cierto que muchas veces se lo coloca en una posición de superioridad simplemente por su antigüedad o impacto mediático.
Quizás el thrash no está sobrevalorado en su esencia, pero sí en su estancamiento. No hay nada malo con volver a escuchar “Battery”, “Angel of Death” o “Puppets”, pero si queremos que el género siga vivo, debemos buscar también a las bandas que se atreven a llevarlo más allá.
Thrash metal
El thrash metal fue, es y será una parte fundamental del ADN del metal. Pero como toda forma de arte, necesita renovarse, cuestionarse y enfrentarse a nuevas generaciones.
¿Está sobrevalorado? Tal vez no. Tal vez simplemente necesita salir de la zona de confort en la que tantos lo han encerrado. Porque el verdadero espíritu del thrash no era seguir reglas: era romperlas.
Tomado de https://heavymextal.com/feed