Prueba MITT T-ROX 125
Prueba MITT T-ROX 125: Introducción, posicionamiento y rivales del MITT T-ROX 125
La marca española MITT tiene ya una gama de lo más completa. Ya son 22 modelos los que podemos ver en su página web. De ellos, 10 son scooter. Algunos de ellos se presentan en varias cilindradas, pero todos ellos tienen versión de 125 cm3. En los otros segmentos (Adventure, Sport, Turismo y Custom) también está representada la cilindrada.
Esto ilustra la importancia que da MITT al ⅛ de litro como introducción -desde el carnet B o el A1- a la motocicleta. Dentro de 125 cm3, el segmento superventas es el de scooter ciudadano, donde los superventas han de tener un compromiso entre precio, prestaciones y equipamiento.
El MITT T-Rox 125 (14,5 CV, 3.095 €) trae el suyo propio para tratar de hacerse con la mayor parte del pastel. Se agradece la nomenclatura, fácil de recordar en un ecosistema donde el baile de siglas de los modelos de las distintas marcas es bastante común.
T-ROX 125 es fácil de recordar entre una amalgama de rivales, entre los que se incluyen -por orden alfabético- el Cyclone RT1 125 (12 CV, 2.795 €), el Honda PCX125 (12 CV, 3.499 €), el KYMCO Sky Town 125 (11 CV, 2.590 €), el Peugeot Pulsion EVO 125 (13,2 CV, n.d.), el QJ MTX 125 (15 CV, 2.999 €), los SYM Jet EVO 125 (2.999 €) y SYM Jet X 125 (3.499 €), los Wottan GT2 125 (11 CV, 2.990 €) y Wottan Storm-X 125 (11 CV, 2.690 €), el superventas Yamaha NMAX 125 (12,2 CV, 3.599 €) o el Zontes 125 E (14,5 CV, 3.887 €).
Con un equipamiento a la altura de sus rivales, cuando no superior, el MITT T-ROX 125 está en condiciones de meter una dentellada al mercado, que al final es el que da y quita razones.
Prueba MITT T-ROX 125: Características técnicas del MITT T-ROX 125
El motor del MITT T-ROX 125 es un monocilíndrico de 125 cm3 refrigerado por agua y alimentado por inyección electrónica Bosch. Entrega 14.5 CV a 8.500 rpm y un par máximo de 12 Nm a 6.000 rpm.
A pesar de ser un scooter de 125, cuenta con control de tracción, ABS de doble canal y sistema Start & Stop en las paradas (desconectable), que permite ahorro de combustible y disminución de emisiones.
El chasis es un multitubular de acero. La parte ciclo se complementa con una horquilla telescópica y doble amortiguador trasero con botella separada. Los frenos se componen de un disco delantero de 240 mm, mordido por pinza radial de dos pistones. El freno trasero es de 220 mm y la pinza, simple. Hay que sumar un freno de estacionamiento en la maneta izquierda de lo más práctico.
Las dimensiones del T-ROX son realmente compactas. Con 1.345 mm entre ejes, una altura de asiento de 790 mm y ruedas de 14 pulgadas delante y 13 detrás, disfruta de una agilidad endiablada, acompañada de un ángulo de giro sobresaliente. El peso también acompaña: solo pesa 131 kg en seco.
Si sumamos 8,5 litros de capacidad de depósito, el peso en orden de marcha supera escasamente los 140 kg, una cifra que hace una ratio peso/potencia muy favorable respecto a sus rivales.
Cuenta con conectividad y mirroring, por medio de la aplicación correspondiente. La interfaz se compone de una pantalla TFT a dolor muy luminosa que contiene toda la información necesaria: Cuentarrevoluciones, reloj, nivel de gasolina, temperatura (ambiente y del refrigerante), trip, odómetro y los testigos de ABS, reserva, control de tracción y de start & stop
A este equipamiento hay que sumar las estriberas escamoteables para pasajero, llave keyless, piñas retroiluminadas, doble asidero trasero y caballete central.
El hueco bajo el asiento tiene apertura remota (también el depósito de combustible) y luz de cortesía. La capacidad de carga viene limitada por la forma del hueco, o mejor dicho, por la forma del asiento en su parte inferior, completamente plano.
Debido a esto, no entran todos los cascos integrales; solo encontrarán acomodo aquellos que no tengan tomas de aire en la parte superior, es decir, de superficie lisa. En caso contrario, no será posible cerrar el asiento. Un casco jet sí que cabe, también una mochila.
Para compensar, tiene dos guanteras, una de ellas con dos tomas USB (A y C) para que puedas recargar el teléfono y/o no consumir batería durante el mirroring, aunque ninguna de ellas tiene cerradura. Las estriberas del acompañante son escamoteables y los intermitentes también se integran en el diseño, una buena noticia en caso de besar el suelo, Dios no lo quiera.
El MITT T-ROX 125 está disponible por 3.095 € en tres tonos: negro, gris y un original Chameleon Blue, que varía su tonalidad en función de cómo incida la luz.
Prueba MITT T-ROX 125: Cómo va el MITT T-ROX 125
Es fácil hacerse a los mandos de la T-ROX, pues todo está en su sitio. Con mis 178 cm de estatura, llego perfectamente al suelo y hay espacio de sobra para esconder mis rodillas tras el escudo, sin que choquen con él. Es posible apoyar los pies tras el escudo, pero la posición natural es situar los pies en la plataforma horizontal, a ambos lados del túnel central (y de la boca de llenado del depósito de combustible).
El manillar está a distancia y altura perfectas y se agradece mucho que las manetas son regulables, así como el freno de estacionamiento, muy útil en pendientes en las que tengas que buscar algo en tus bolsillos.
La puesta en marcha es tan suave, que apenas notas que ha arrancado. Al ralentí es muy silenciosa y sólo te das cuenta de que está encendida una vez emprendes la marcha. Su óptima relación peso/potencia le permite acelerar con prontitud, pero a la vez con suavidad, lo que permite que sea un arma formidable en el culebreo entre coches parados. El manillar gira muchísimo y el centro de gravedad bajo contribuye a la facilidad de conducción.
A la hora de frenar, el freno delantero de pinza radial sale a relucir. Tacto y potencia son muy buenos y el ABS no es intrusivo. En el freno trasero, sin embargo, el ABS se manifiesta muy temprano, debido a su tendencia a bloquear. En conjunto la frenada es muy buena, pero hay que tener en cuenta esta circunstancia a la hora de combinar ambos frenos.
El tacto de las suspensiones ofrece una buena combinación entre confort y firmeza, siempre que tengamos en cuenta que estamos ante un scooter ciudadano y no deportivo. La pisada del T-ROX 125 es muy buena y aporta confianza, también gracias a los neumáticos CST, de buen tacto y agarre, al menos en seco.
Saliendo al extrarradio, el T-ROX 125 se defiende con solvencia. Llaneando y sin viento es capaz de sostener cruceros de 106-108 km/h, suficientes para desenvolverse por vías rápidas y de circunvalación sin la sensación de ir vendido.
En los repechos más pronunciados mantiene, una vez alcanzados, cruceros de 85-90 KM/h, mientras que en condiciones favorables (cuesta abajo y con viento favorable) pude atisbar 116 km/h en la pantalla TFT, en la que también aparece la máxima velocidad obtenida por el scooter (117 km/h, no fui yo).
Otra buena noticia es que no es fácil hacerlo rozar a pesar de incorporar caballete de serie. Y es que el equipamiento de serie es muy bueno, incluyendo elementos de seguridad como el control de tracción, que no tuve ocasión de probar, pero que nunca sobra en sitios como aparcamientos mojados.
El Start & Stop es una aportación extra a la reducción de consumo y emisiones. MITT no no has dado el consumo del T-ROX, que no puede ser muy elevado, pero su autonomía sí será muy elevada gracias a sus 8,5 l de capacidad de combustible. En toda la semana que dispuse del T-ROX (usándolo todos los días), no fui capaz de gastar más de la mitad del depósito.

Por 3.095 €, MITT ofrece un scooter urbano a la última en tecnología y equipamiento que destaca en sus cualidades urbanas y es capaz de defenderse en vías rápidas. Toda una declaración de intenciones.
Tomado de https://soymotero.net/






