Cuando te pones a probar una Suzuki Hayabusa sobrealimentada de 370 cv y se te acaba la pista
La Hayabusa, desde su aparición a finales de los 90, ha sido sinónimo de velocidad extrema. Con su motor de 1.340 cc, 4 cilindros en línea y una potencia de 188 cv de serie, esta máquina ya es capaz de alcanzar 305-315 km/h sin restricciones, algo que ha hecho temblar a pilotos y reguladores por igual. El par motor la convierte en una devoradora de asfalto capaz de catapultarte de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos.
Ahora bien… ¿Qué pasa si le añades casi 200 cv más a una moto que ya era una bestia? El encargado de domar esta criatura no es un aficionado cualquiera. Alastair Fagan, expiloto del Campeonato Británico de Superbike y del mítico TT de la Isla de Man, conoce bien lo que es convivir con la velocidad al límite.
Tras dejar la competición profesional, cofundó junto a Chris Eades el popular canal 44Teeth, un referente para los amantes de las dos ruedas en el Reino Unido y más allá.
Una Hayabusa que desafía las leyes de la física
Esta Hayabusa (SuperBusa) es obra de TTS Performance, el conocido preparador británico especializado en exprimir al máximo motores de alto rendimiento. La moto equipa un supercargador centrífugo Rotrex C30-94, junto con componentes internos reforzados para soportar la presión extra. El resultado son 370 cv y 257,6 Nm de par disponibles a la muñeca.
Para mantener semejante potencia bajo control, monta aletas de fibra de carbono que generan bastante carga aerodinámica, mejorando la estabilidad a velocidades absurdamente altas. El cronómetro confirma su efectividad: el cuarto de milla lo completa en 8,0 segundos, alcanzando una velocidad punta de 350 km/h.
Pero, como la velocidad sin control, no sirve de nada y solo vivimos una vez: frenar a tiempo en una pista de aterrizaje corta no es un detalle menor. Esta unidad monta discos delanteros StopTech de 330 mm y un disco trasero TTS de bajo peso, pensados para detener toneladas de energía cinética en apenas unos metros. A esas cifras, un segundo de indecisión al frenar puede ser la diferencia entre detenerse a tiempo o besar la valla.
En el vídeo grabado por 44Teeth, Fagan acelera con una contundencia que borra las referencias visuales en cuestión de segundos. El final de la pista se acerca como si alguien hubiese pulsado el botón de avance rápido, y en su voz, al frenar, se cuela una risa nerviosa y un “¡Guau, guau, guau! ¡Ese era el límite!”. Deja claro que no había margen para mucho más.
Aunque la pieza estrella es ver a esta Suzuki en acción, el vídeo también muestra a Fagan jugando con una Suzuki GSX-R1000 de 230 cv como si fuera una moto de paseo. Pero, esta Hayabusa es el ejemplo perfecto de lo que ocurre cuando la ingeniería más extrema se junta con un piloto sin miedo y una pista dispuesta a ser conquistada.
No es una moto para todos, ni siquiera para la mayoría de los pilotos experimentados. Pero en las manos adecuadas, se convierte en un espectáculo de potencia, técnica y, sobre todo, respeto por la velocidad.
Tomado de https://soymotero.net/