Pequeña pero matona: existe una versión HRC Cup de la simpática Honda Grom

Hay motos que nacen para pasear, otras para correr, y luego está la Honda Grom: una especie de gremlin con ruedas que, a pesar de su tamaño de juguete, tiene más actitud que muchas maxi naked. Esta pequeña maravilla japonesa se ha convertido en una favorita entre quienes se inician en el mundo de las dos ruedas, y también entre los que buscan algo divertido, ligero y… sorprendentemente rápido.

Pero ahora, la cosa se pone seria. Desde Japón, y después de conquistar el corazón de miles de pilotos urbanos y de fin de semana, la Grom ha evolucionado en una versión que podríamos llamar “modo carrera activado”: la Honda HRC Grom Cup. Y no, no es un proyecto casero ni una modificación loca sacada de TikTok.

Se trata de una versión desarrollada por HRC (Honda Racing Corporation), pensada exclusivamente para circuito. Lo mejor: ya hay una unidad a la venta en Estados Unidos, aunque con matices.

Esta edición de competición, que parece sacada directamente del paddock de Suzuka, carece de elementos básicos para circular por la calle, como el faro delantero. Vamos, que si soñabas con meterla en el tráfico de lunes a viernes, mejor sigue soñando. Según el anuncio publicado en Bring a Trailer, la moto está “virgen”: no ha recorrido ni un solo kilómetro desde que salió de fábrica en 2023. Y sí, está tan impoluta que da miedo hasta mirarla.

La receta técnica sigue girando en torno al conocido bloque monocilíndrico de 124 cc, asociado a una caja de cambios de cinco velocidades. Pero no todo es lo de siempre: esta Grom HRC lleva algunas golosinas aftermarket que la convierten en una verdadera arma para los trazados más revirados.

El listado incluye un carenado inferior especial, colín de carreras, escape elevado artesanal, un limitador de dirección Tyga, inyección electrónica, asiento monoplaza negro, estriberas retrasadas, llantas de aleación de 12 pulgadas, frenos de disco y una pata lateral. Todo muy compacto, muy ligero y, sobre todo, muy enfocado al pilotaje.

Ahora bien, ¿cómo llegó esta joyita japonesa al otro lado del Pacífico? Según se indica en el sitio de subastas, el vendedor la adquirió en Japón en 2024 y luego la importó a Estados Unidos. El único “pero” es que, al tratarse de un modelo JDM (Japanese Domestic Market) y no contar con la homologación necesaria ni faro, sólo puede venderse con un bill of sale. En otras palabras: es para usarla en circuito, no para pasearla por la ciudad.

Y sí, por ahora el precio va subiendo. En el momento en que se redactó esta noticia, la puja alcanzaba los 5.600 dólares, lo que al cambio ronda los 5.200 euros. Aunque, tratándose de una Grom con el sello HRC, no sería raro que el precio se dispare antes de que cierre la subasta.

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A pesar de que esta versión nunca fue pensada para salir de Japón, la fiebre por las Grom y el culto que se ha formado alrededor de ellas han provocado que incluso las versiones más raras terminen cruzando fronteras. Aunque por ahora, y salvo que tengas un circuito a mano, esta pequeña bala blanca seguirá siendo una joya para coleccionistas y aficionados a las preparaciones extremas.

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Tomado de Todocircuito.com