Triple Bike: la creación artesanal de tres cilindros y dos tiempos más loca de la temporada
La Triple Bike de F84 Engineering no es simplemente una motocicleta artesanal: es un experimento con alma, un puente entre el pasado del motociclismo y la pasión actual por las preparaciones únicas. Representa la misma mezcla de ingenio, temeridad y locura de la que hablaba George Fitch en 1916, demostrando que, más de cien años después, la moto sigue siendo un territorio donde los soñadores se atreven a reinventar lo imposible.
Florian no es un recién llegado a este mundo. A los 14 años ya montaba motocicletas improvisadas con motores, y a los 15 afinaba ciclomotores hasta alcanzar velocidades prohibidas, llegando a ver 120 km/h en el marcador. Hoy conduce una Aprilia RSV4, una de las superbikes más avanzadas del planeta, y guarda en su garaje una minimoto de 700 cc que ya habla de su inclinación hacia lo extremo.
Pero nada se compara con la Triple Bike, su proyecto más ambicioso hasta la fecha. No se trata de modificar una moto existente, sino de concebirla desde cero: chasis, motor y componentes clave. Es, en palabras del propio Florian, una “construcción total”.
Secretos de la Triple Bike
La chispa surgió al ver un pequeño ciclomotor Mobylette con motor tricilíndrico. Ahí nació la obsesión: construir su propio tres cilindros de dos tiempos, un formato que casi no existe en la historia de las motocicletas ligeras.
Convencido de que el carácter de un dos tiempos está por encima de la frialdad de muchos cuatro tiempos (salvo los V12, admite con una sonrisa), Florian decidió lanzarse a un desafío monumental: fabricar cada pieza desde cero. Para lograrlo invirtió sus ahorros en un taller propio y adquirió un torno, una fresadora y la ayuda puntual de un amigo con una CNC de cinco ejes.
El resultado fue un propulsor de 255 cc y apenas 18 kg de peso, ensamblado con componentes diseñados al milímetro: cigüeñal, cárteres, transmisión, bielas, soportes, refuerzos del chasis y hasta partes del escape. Todo pensado y modelado en software CAD, disciplina que, por cierto, Florian aprendió por su cuenta durante el proceso.
Aunque todavía no ha pesado la moto completa, la ligereza es una de sus cartas de presentación. Florian asegura que la Triple Bike se comporta mejor que muchas monocilíndricas pequeñas, con una agilidad sorprendente y un carácter dócil en el uso cotidiano.
No pretende ser una máquina de récords. No es ni excesivamente rápida ni incontrolable, sino una motocicleta que permite disfrutar del trayecto sin estrés. En cierto modo, recupera esa filosofía de las primeras motos: pura diversión sobre dos ruedas, sin necesidad de cifras estratosféricas.
Su ambición no se detiene aquí. Él mismo asegura que está trabajando en un proyecto todavía más ambicioso, que podría convertirse en “una de las motocicletas más extremas de la historia”. Palabras mayores, pero viniendo de alguien que ya ha creado una triple de dos tiempos desde cero, la expectativa está más que justificada.
Tomado de https://soymotero.net/