Fuell, la start up de motos eléctricas de Erik Buell, termina subastándose a un precio irrisorio
Fuell, el proyecto centrado en la movilidad eléctrica y urbana, capitaneado por Erik Buell, veía la luz en el año 2019. Un año antes, el conocido ingeniero estadounidense volvía al sector de las dos ruedas con la fundación de otra marca, Vanguard Spark. Mediante una alianza a tres partes, la finalidad en cualquier caso era la de construir tanto motos como bicicletas impulsadas por electricidad.
Fuell corre la misma suerte que otras marcas del segmento EV
Tras varios años de desarrollo, en 2023 se presentaba la Fuell Flow, la primera montura enchufable de la nueva compañía que prometía, entre otras cosas, viajar 240 kilómetros por menos de 2 euros. Entonces, el propio Buell buscaba a 3.000 clientes que apostaran por el proyecto, estimando el primer trimestre de 2024 como fecha del lanzamiento oficial del modelo.
Sin embargo, apenas unos meses después se producía el hundimiento económico de la marca, obligando a esta a declararse en quiebra. Una situación que a priori nos pareció muy sorprendente, ya que todo estaba bastante bien planteado, al menos visto desde fuera. En lugar de buscar grandes motos eléctricas imposibles, Fuell se centraba en modelos medios a precios competitivos y que podían dar un giro al concepto de moto eléctrica.
Ahora la marca ha sido finalmente subastada al mejor postor. Un total de 185 lotes fueron adjudicados por Heritage Global Partners, la empresa especializada en la materia encargada de esta labor. Lo más llamativo de todo el asunto es el precio final por el que la han adquirido sus nuevos propietarios: 170.000 dólares, algo así como 146.000 euros. Y no es para menos, ya que Fuell adeuda una factura millonaria por valor de 7 millones de dólares.
Para hacernos una idea de por qué se ha dado esta situación hay que poner en el foco en las cuantías irrisorias por las que se han terminado adjudicando algunos de los activos que conformaban el lote de la subasta. Tal y como detallan desde Electrek: “Los activos subastados incluían propiedad intelectual de la empresa, como la marca Fuell, su sitio web y sus patentes, que alcanzaron los 50.000 dólares en varios lotes.”
Así mismos, algunas de las bicicletas que poseía la marca en stock terminaron vendiéndose por sumas que oscilaron entre los 475 y los 1.600 dólares dependiendo del modelo. Pero esto no es lo peor del asunto, ya que dentro de este último capítulo de Fuell tenemos la parte que se llevó la propia casa de subastas en concepto de honorarios, tasas e impuestos: 38.000 dólares.
“Aunque una parte de lo recaudado se destinó a la limpieza y el seguro. Al final se vendió todo lo que se pudo vender, quedando algunos lotes sin vender (entre ellos herramientas de mantenimiento de bicicletas y sillas de oficina)”, terminan puntualizando desde Electrek.
Tomado de https://soymotero.net/