Este recorrido inicia en la histórica ciudad de Cananea y se adentra en los impresionantes paisajes del Río Sonora, atravesando tramos de carretera ideales para motociclistas que buscan aventura. Con curvas, elevaciones y caminos de terracería opcionales, esta ruta combina velocidad, habilidad y vistas inigualables.
La travesía comienza en Cananea, una ciudad con gran herencia minera y un papel fundamental en la historia de México. Antes de salir, vale la pena recorrer el Museo de la Lucha Obrera y disfrutar de un desayuno tradicional en alguna fonda local. Para esta ruta, es fundamental preparar la motocicleta, revisar llantas, frenos y equipo de protección, ya que el camino ofrece desafíos constantes.
Desde Cananea, tomamos la Carretera Federal 2 rumbo a Imuris, un trayecto con rectas largas ideales para motocicletas de gran cilindrada, como la Harley-Davidson Pan America 1250 o la BMW R1250GS. En este tramo, se pueden alcanzar velocidades considerables, pero siempre con precaución, ya que el viento y el calor pueden ser factores desafiantes.
Al llegar a Imuris, se toma la desviación hacia la Carretera Estatal 89, la cual serpentea a lo largo del Río Sonora. Aquí, el paisaje cambia y aparecen pequeños poblados con tradiciones centenarias. Banamichi es una de las paradas obligatorias, donde se pueden degustar platillos como el asado sonorense y quesos artesanales. La carretera se torna más técnica, con curvas cerradas y desniveles que desafían la estabilidad de la motocicleta.
Para los motociclistas que buscan un reto aún mayor, existen caminos de terracería hacia Aconchi y Arizpe, donde motocicletas Adventure son excelentes opciones para sortear caminos de ripio y cruzar vados. Estos trayectos atraviesan zonas montañosas con vistas espectaculares y aire fresco.
El destino final de esta ruta extrema es Arizpe, un pueblo con una gran historia y un ambiente tranquilo, ideal para un descanso antes del regreso. Aquí, se pueden visitar antiguos templos y probar bebidas refrescantes como la bacanora, un destilado local con mucha tradición. La opción de retorno incluye seguir la misma ruta, disfrutando nuevamente de sus curvas y paisajes, o tomar un camino alterno hacia Hermosillo, extendiendo la aventura.
En total, este recorrido toma entre seis y ocho horas, dependiendo de las paradas y del ritmo de conducción. Es una ruta que fusiona la velocidad, la técnica y la belleza del desierto sonorense, perfecta para quienes buscan una experiencia inolvidable en motocicleta. ¡Prepárate para desafiar el camino y vivir la adrenalina del Río Sonora!