¿Metallica machista Esto dice el líder de Linkin Park

Linkin Park marcó una era en los 2000 al fusionar nu-metal, rock alternativo y elementos electrónicos, pero su camino no estuvo exento de contrastes. En una reciente entrevista con The Guardian, Mike Shinoda, cofundador y multiinstrumentista de la banda, abrió la puerta a los recuerdos de sus primeras giras, especialmente junto a titanes del heavy metal como Metallica. Sus palabras pintan un cuadro vívido de un entorno cargado de testosterona que chocaba con la sensibilidad introspectiva de Linkin Park. Aquí te contamos cómo la banda navegó esas aguas turbulentas y encontró su propio espacio en la escena.
Un mundo de “bro energy” en las giras de Metal
En los albores de su carrera, Linkin Park se encontró inmerso en el universo del metal, un género que en los 2000 aún destilaba una energía marcadamente masculina. Shinoda lo describe con claridad: “Estuvimos en giras con bandas como Metallica, y el ambiente era puro bro energy, muy macho. Era como una competencia para ver quién hacía la música más agresiva”.
Durante el Summer Sanitarium Tour de 2003, donde compartieron escenario con Metallica, Limp Bizkit y Deftones, esta vibra era palpable. Mientras el thrash metal de Metallica y la actitud desafiante de Limp Bizkit dominaban, Linkin Park llegaba con algo diferente: letras que exploraban el dolor, la frustración y la vulnerabilidad. “Chester [Bennington] conectaba un poco más con esa energía, pero ni siquiera él estaba del todo en sintonía. Nosotros éramos más de ‘me siento herido y frustrado’ que de ‘voy a romperte la cara’”, explica Shinoda.
Esta diferencia no era solo musical, sino cultural. En un entorno donde la agresividad era la moneda de cambio, las letras introspectivas de canciones como Crawling o In the End podían sentirse fuera de lugar. “En la secundaria no era el tipo que andaba peleando. Ese no era yo, y no lo era para la banda”, añade Shinoda, dejando claro que Linkin Park nunca encajó del todo en ese molde.
Las giras de los 2000 no solo enfrentaron a Linkin Park con el mundo del heavy metal, sino también con públicos diversos y, a veces, opuestos. Un ejemplo fue el Kings of the Game Tour 2000, que reunía a bandas cristianas como P.O.D. y Project 86 con actos seculares como (hed)p.e. y Linkin Park. La mezcla generó fricciones entre audiencias con valores distintos, un desafío que Shinoda recuerda como parte de su aprendizaje.
Cansados de adaptarse a entornos que no reflejaban su visión, Linkin Park decidió tomar las riendas. Así nació el Projekt Revolution Tour, una gira que les permitió curar su propio espacio, invitando a artistas de géneros tan variados como el hip-hop, el rock y el metal alternativo. “Queríamos algo que fuera nuestro, donde pudiéramos ser nosotros mismos y traer a bandas que compartieran esa vibra ecléctica”, señala Shinoda. Este movimiento no solo les dio libertad creativa, sino que consolidó su identidad como una banda que trascendía etiquetas.
El nu-metal hoy
Con el paso de los años, la perspectiva de Shinoda sobre el nu-metal ha evolucionado. En los 2000, el género era a menudo criticado por su simplicidad o exceso de actitud. Sin embargo, hoy Shinoda lo ve con otros ojos: “Los géneros están tan mezclados ahora, la música es tan diversa, que ya no tengo problema con el nu-metal. Es parte de lo que somos”.
Esta reflexión no solo habla de su crecimiento personal, sino del impacto duradero de Linkin Park. La banda logró conectar con millones al hablar de emociones crudas en un momento en que el metal tradicional apostaba por la fuerza bruta. Canciones como Numb o Breaking the Habit resonaron con una generación que buscaba catarsis, no confrontación.
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