Mototurismo: Himalaya en dos ruedas
El Himalaya es una majestuosa cordillera que se extiende imponente sobre la India y guarda en sus entrañas algunos de los caminos más peligrosos y elevados del mundo. En esta entrega de Mototurismo, te contamos sobre una aventura en ese lugar mágico.

Significa un reto que sólo motociclistas con experiencia en off-road y on-road se atreven a enfrentar. Ésta es la historia de cómo un grupo de 15 mexicanos, unidos por su pasión por las dos ruedas, lograron conquistar este gigante natural en una aventura que marcó sus vidas para siempre.

EL INICIO DE UNA LOCURA
Todo comenzó una tarde de diciembre de 2023, cuando mi amigo Javier Navarro, de la agencia Royal Enfield Heritage Guadalajara e instructor certificado de BMW Motorrad, me llamó inesperadamente. Con entusiasmo me propuso: “José Carlos, ¿qué te parece cruzar el Himalaya en moto el próximo septiembre?”. Apenas procesaba la idea cuando, sin pensarlo demasiado, respondí: “¡Sí, vamos!”.
Así empezó esta locura, que pronto contagiaría a mi compadre Jorge Fonseca. “¡Compadre, me invitaron a cruzar el Himalaya!”, le conté emocionado. Su respuesta fue tan simple como contundente: “¡Sí, vamos!”. Fue ese “sí” el que selló nuestra aventura. Poco a poco reunimos a otros amigos, y un grupo de 15 motociclistas mexicanos comenzó a prepararse para una aventura rumbo a lo desconocido.

PREPARATIVOS Y PRIMER DESAFÍO
Nuestra ruta, que abarcaba 13 días y aproximadamente 2,000 kilómetros, incluía nombres que resonaban como promesas de aventura: Shimla, Shoja, Manali, Keylong, Sarchu, Leh, Pangong, Nubra y Turtuk. Aunque los kilómetros no parecían muchos, pronto aprenderíamos que se trataba de una verdadera prueba de resistencia.

El primer desafío llegó incluso antes de partir: preparar una maleta de menos de 25 kilos que incluyera equipo de motocicleta, ropa y accesorios esenciales. Consultamos a nuestro guía de viaje, quien simplemente respondió: “Lleven lo que el Himalaya decida”.
LA AVENTURA COMIENZA
Nuestro viaje comenzó en Shimla, una ciudad boscosa rodeada de naturaleza exuberante, donde conocimos a nuestras primeras compañeras de viaje: las Royal Enfield Scram 411. Desde el primer kilómetro, la emoción se mezcló con la incertidumbre. Rob, nuestro guía inglés, nos advirtió: “Aquí se conduce por el lado izquierdo, no lo olviden”.
La carretera boscosa nos maravilló con sus paisajes, pero pronto el asfalto se transformó en terracería y piedra. La subida parecía interminable, con un clima frío y terreno resbaloso. Aprendimos rápido que las Scram 411, ligeras y maniobrables, eran perfectas para este tipo de terreno.

LOS HIGH PASSES
A medida que avanzábamos, el viaje se volvía más intenso. El primer High Pass nos llevó a 3,875 metros sobre el nivel del mar en Keylong. Desde ahí, ya no bajaríamos de los 3,000 metros. El aire escaseaba y el frío se intensificaba. En Sarchu, a 4,833 metros, la vegetación desapareció, dejando paisajes áridos y montañas cubiertas de nieve. Esa noche, bajo un cielo negro repleto de estrellas, sentimos la inmensidad del Himalaya como nunca antes.

El trayecto hacia Leh, con dos pasos elevados a más de 5,000 metros, fue particularmente duro. La falta de oxígeno hacía cada kilómetro más difícil, y uno de nuestros compañeros sufrió una caída. Afortunadamente, las botas de protección evitaron lesiones graves, y pudimos continuar.

Los caminos son estrechos, con barrancos a un costado y, en tramos, en ambos lados. Hay partes por las que sólo pasa un vehículo y se impone la ley del más fuerte, lo que quiere decir que el más grande nunca se detiene.
ENTRE MOTOS, LAGOS Y ESTRELLAS
En Leh, cambiamos nuestras Scram 411 por las Royal Enfield Himalayan 450, más potentes y robustas. Con estas nuevas compañeras nos dirigimos hacia Pangong Lake, el lago más alto del mundo. Allí, el azul intenso del agua se mezclaba con las montañas nevadas, creando un espectáculo inolvidable.
La noche nos regaló otro momento mágico: observar la Vía Láctea en todo su esplendor. El silencio del grupo lo decía todo: estábamos viviendo algo único.

EL FINAL DE UNA TRAVESÍA ÉPICA
El último tramo nos llevó a Khardung La, el paso de montaña más alto del viaje, a 5,400 metros. Subir hasta allí fue una prueba de resistencia física y mental, pero al llegar, la vista y la sensación de logro compensaron todo.
Cuando finalmente regresamos a Leh, nos bajamos de las motos y, sin decir palabra, nos abrazamos entre lágrimas y sonrisas. Lo habíamos logrado. Ya no éramos solo amigos; éramos hermanos unidos por esta travesía inolvidable.

UNA EXPERIENCIA INEXPLICABLE
Puedo contar cada detalle de este viaje, pero la realidad es que las palabras no le hacen justicia. Esta aventura debe vivirse para ser comprendida.
Mis hermanos en esta travesía fueron Alex Avendaño, Alex González, Jorge Zataray, Fer G, Germán Hoppenstedt, Gilbert Rosas, Jaime Almazán Jr., Jaime Almazán, Miguel Lomelí, Omar Avendaño, Willy Arochi y Jorge Fonseca.

El Himalaya nos cambió para siempre. En dos ruedas, cruzamos no sólo montañas, sino también nuestros propios límites.
Texto y fotos: José Carlos González Gutiérrez
Podría interesarte: Mototurismo: Cada kilómetro te maravilla
¡Reacciona a nuestra nota!
¡Felicidades!
¡Felicidades!
Me enoja
Me enoja
Me encanta
Me encanta
Me gusta
Me gusta
¡Esto arde!
¡Esto arde!
Me divierte
Me divierte
#LargaVidaalMotociclismo #BikerSonora #SonoraRiders #MotociclismoyRocknRoll #Motociclismo #MotociclistasdeMexico #Rock #Siguenos #Rodadas #México #Sonora #Arizona #Nogales #Navojoa #Obregon #Guaymas #Empalme #AguaPrieta
Tomado de https://revistamoto.com/wp_rm/feed